Un hombre gana un millón en una lotería de “rasca y gana” y vuelve a la administración a celebrarlo: “¿Cómo cobro el dinero ahora?”

En este mismo establecimiento ya se había repartido con anterioridad otro premio grande de un boleto de “rasca y gana”, pero de menor cantidad

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Boleto de "rasca y gana"
Boleto de "rasca y gana" (Adobe Stock)

Los ganadores de la lotería dejan historias sorprendentes: personas que lo habían perdido todo y que, por un golpe de suerte, ven su vida resulta y sin más preocupaciones; gente que eligió los números por pura casualidad o porque eran los que coincidían con la matrícula de algún coche que habían visto en el camino; algunos que consiguieron levantar un imperio con el dinero del premio u otros que en pocos años acabaron en bancarrota; conflictos familiares... Detrás de cada sorteo hay una historia por contar.

Ganar la lotería es algo que ocurre solo una vez en la vida (a veces ni siquiera eso), por lo que, tras la sorpresa inicial y la duda de si ha podido ocurrir algún error, son muchos los afortunados que se preguntan cómo deben proceder a partir de ese momento. Estas historias de incertidumbre y estupefacción suelen provocar la simpatía de los dueños de los locales donde se vende la lotería, que comparten su alegría y nerviosismo.

Esto fue lo que le ocurrió a Cristina Cerato, la propietaria de 57 años de un estanco en el que se han repartido al menos dos premios grandes por tarjetas rasca y gana en unos pocos meses. En su quiosco, que se encuentra en Chivasso, comuna italiana de la provincia de Turín, un hombre consiguió en julio 100.000 euros. “Después de 25 años de actividad, en este momento creo que la suerte se ha detenido aquí”, explicó al medio Corriere della Sera después de vender otro rasca y gana premiado, este con una cantidad mayor.

Un premio mayor de un millón de euros

El ganador de la lotería no era cliente habitual del estanco, pero Cristina Cerato ya le había visto en otras ocasiones: “Venía, compraba la tarjeta rasca y gana y luego se marchaba”. Sin embargo, aquel día, el hombre de entre 40 y 50 años regresó poco después de haber adquirido su boleto y le hizo una pregunta a la propietaria del establecimiento que, al principio, consideraron que era mera curiosidad: “¿Cómo cobró el premio el cliente que había ganado 100.000 euros?”.

Cristina Cerato pensaba que, asombrado por la suerte de aquel hombre que había ganado la lotería hacía unos meses, este señor quería saber más datos sobre la historia, así que le explicó el procedimiento para obtener el dinero. Su sorpresa fue mayúscula cuando el hombre le pidió que, en ese caso, preparase una pancarta grande y bonita porque había ganado.

Tras rascar el billete en la calle, había encontrado el número 52 y la cifra de 1 millón de euros, lo que le hacía ganador de una suma más que considerable de dinero. “Un millón de euros pasó a mis manos y lo dejé escapar”, bromea Cristina Cerato al medio italiano.

Tras comprobar que, efectivamente, el boleto estaba premiado y hacer una fotocopia de este, el hombre se marchó. Desde ese momento, no ha regresado al establecimiento de Cristina: “No lo hemos vuelto a ver, pero mañana cumpliré 58 años. Quién sabe, tal vez este señor me haga un lindo regalo”.

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