El acceso a la vivienda en España está ahora mismo en el centro del debate político y social. El pasado lunes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habló sobre las consecuencias sociales de esta situación y señaló, durante el acto de clausura del foro Vivienda, quinto pilar del Estado del bienestar, que la desigualdad en este ámbito podría dividir a la sociedad en dos grupos: aquellos que heredan propiedades y pueden destinar sus ingresos a otros proyectos de vida, y aquellos que deberán trabajar toda su vida para pagar un alquiler, para quienes el objetivo de tener una vivienda en propiedad se les hace prácticamente inalcanzable. “Nos enfrentamos a un problema grave que exige una respuesta decidida del conjunto de la sociedad y de las instituciones públicas”, afirmó Sánchez.
Y es que en nuestro país han aumentado notablemente los traspasos de propiedades por herencia. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España se heredan más casas ahora que hace 15 años, un aumento del 53 %. Este efecto, conocido como “transferencia de riqueza”, está directamente relacionado con el envejecimiento de la población española, donde más del 20 % de los ciudadanos tiene más de 65 años.
El peso de las herencias en el mercado inmobiliario
De acuerdo con los datos más recientes del INE, en 2021 se registró un récord histórico de 201.117 transmisiones de viviendas por herencia. En 2023, último año del que hay datos, se produjeron 200.113 traspasos de viviendas por herencia. Por el contrario, si echamos una década la vista atrás, en 2013 están documentados un total de 132.980 traspasos patrimoniales.
El impacto de las herencias también se ha reflejado en el mercado inmobiliario en el último año. Según el último informe de Fotocasa de 2024, el 15 % de las viviendas en venta correspondían a propiedades heredadas, aunque esta cifra es ligeramente inferior al 17 % registrado en 2023. Los herederos, en su mayoría, optan por vender las propiedades en lugar de alquilarlas, debido a la rentabilidad que ofrece el mercado de compraventa. En este sentido, el 21 % de las viviendas en venta son heredadas, frente al 10 % que se destinan al alquiler.
En este contexto, es innegable que existe una creciente dependencia de las herencias para acceder a la vivienda. Según los datos del INE, el número de viviendas heredadas ha mostrado un aumento constante en la última década. Aunque la pandemia del Covid-19 provocó una caída temporal en 2020, debido al cierre de notarías y administraciones, la tendencia al alza se ha mantenido.
Este fenómeno no solo tiene implicaciones económicas, sino también sociales. La creciente desigualdad en el acceso a la vivienda podría consolidar un sistema en el que las oportunidades de tener una propiedad estén determinadas por el patrimonio familiar, en lugar de por el esfuerzo individual.
Un fenómeno demográfico y social
El aumento de las herencias en España está también relacionado con factores demográficos. La alta esperanza de vida, que supera los 80 años, y el envejecimiento de la población han incrementado el número de fallecimientos anuales, lo que a su vez ha generado un mayor volumen de transmisiones de propiedades. Además, este fenómeno ha modificado también el perfil de los herederos.
Según ha analizado La Sexta, mientras que en el pasado eran principalmente jóvenes de entre 25 y 35 años quienes recibían estas propiedades, ahora son la generación posterior, que en su mayoría ya cuentan con una vivienda propia, las que se benefician de estas herencias.
Esta dinámica ha generado una clara división social. Por un lado, los herederos tienen acceso a propiedades sin necesidad de enfrentarse a los elevados precios del mercado inmobiliario. Por otro lado, los jóvenes que no cuentan con este respaldo familiar se enfrentan a serias dificultades para adquirir una vivienda, especialmente en un contexto de precios que no paran de subir y salarios que no crecen al mismo ritmo.