Óscar Puente buscará el despegue de Renfe inspirándose en el modelo internacional de Aena: cuál es el plan

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha presentado una visión ambiciosa para Renfe, la principal operadora ferroviaria de España, basada en un modelo que considera un referente: Aena, el mayor gestor aeroportuario del mundo. Durante un acto del Foro de la Nueva Economía, Puente expuso la necesidad de convertir a Renfe en una empresa con proyección internacional, capacidad de inversión y competitividad suficiente para rivalizar con los grandes actores del transporte europeo.

Aena, controlada en un 51% por parte del Estado español a través de Enaire, ha conseguido consolidarse como la sexta empresa más valiosa del Ibex 35, con una capitalización que supera los 31.000 millones de euros. Su éxito se basa en la gestión de 87 aeropuertos, de los cuales la mitad están fuera de España, y en su capacidad para generar beneficios significativos: 1.500 millones de euros en los primeros nueve meses de 2024. Este rendimiento destaca frente a las pérdidas acumuladas por Renfe Viajeros, que cerró el último ejercicio con un saldo negativo de 43 millones de euros.

Por tanto, existen diferencias estructurales evidentes entre ambas compañías. Mientras Aena cotiza en Bolsa y opera como un gigante internacional, Renfe sigue siendo una empresa pública dependiente directamente del Ministerio de Transportes. Puente ha señalado que las reformas en los estatutos de Renfe podrían abrir la puerta a nuevas estrategias, aunque no ha confirmado si se contempla una salida a Bolsa como parte de esta transformación.

A pesar de los avances en expansión internacional y gestión corporativa, Renfe enfrenta importantes desafíos. Uno de los más recientes ocurrió el 1 de enero de 2025, cuando un fallo en el software de los trenes Avril, fabricados por Talgo, paralizó el servicio hasta la madrugada del día siguiente. Puente describió el incidente como un ”efecto 2000 en pleno 2025″, atribuyéndolo a un “vacío temporal” generado por un problema con el año bisiesto.

Además de los problemas técnicos, Renfe ha tenido que lidiar con la creciente competencia en la alta velocidad. Desde la liberalización parcial del sector, empresas como Ouigo e Ilsa (Iryo) han comenzado a operar en las líneas más rentables, como Madrid-Barcelona, Madrid-Valencia y Madrid-Málaga. Esto ha forzado a Renfe a ajustar sus tarifas y a diversificar su oferta con servicios como el low-cost Avlo.

A pesar de que el número de pasajeros en los trenes de alta velocidad ha crecido un 36% en el último año, alcanzando los 32,4 millones de viajeros, las tres compañías acumularon 187 millones de euros en pérdidas a fecha de septiembre, lo que representa un aumento del 65% respecto al año anterior. El problema radica en la intensa competencia por ofrecer precios más bajos, lo que ha reducido la rentabilidad por pasajero. Esta situación, agravada por la inflación y el aumento de los costes operativos, ha empujado a las compañías a los números rojos, a pesar del crecimiento de la demanda.

El anuncio de la dimisión de Raúl Blanco, presidente de Renfe, marcó un punto de inflexión en la estrategia de la compañía. Aunque Puente negó que la salida de Blanco esté relacionada con los problemas recientes, subrayó que el futuro de Renfe necesita un enfoque diferente: “El reto a futuro tiene que ver más con la gestión pura y dura del transporte”.

El ministro ha señalado a Álvaro Fernández Heredia, actual secretario general de Movilidad Sostenible, como el candidato ideal para liderar esta nueva etapa. Aunque no ha confirmado su nombramiento, Puente lo describió como “el mayor experto en gestión de transporte del país”, destacando además su perfil independiente, al no ser militante del PSOE.

Puente destacó que su Ministerio ha ejecutado más de 10.000 millones de euros en inversión en 2024, duplicando las cifras de 2016 y 2017. De esta cantidad, más de la mitad se destinó al sector ferroviario, con un enfoque particular en la alta velocidad y los trenes convencionales.

Además, el ministro adelantó que en 2026 se implementará un billete único para todo el transporte, con el objetivo de simplificar la movilidad y fomentar el uso del transporte público.

En cuanto a la empresa fabricante de trenes Talgo, Puente subrayó la importancia de preservar su “españolidad” e integridad industrial. Tras el veto a la oferta del consorcio húngaro Ganz Mavag, el Gobierno ha apoyado el interés del grupo vasco Sidenor, que busca adquirir el 29,9 % de Talgo. Sin embargo, el ministro recordó que la decisión final recae en los accionistas de la compañía, cuyo principal propietario, el fondo Trilantic, aún no ha aceptado la oferta de Sidenor.

Respecto a las conexiones internacionales, Puente defendió la necesidad de completar la línea de alta velocidad hacia la frontera gallega como paso previo para extender el servicio hacia Portugal, a pesar de las críticas recibidas por parte de gobiernos autonómicos.