El sector de la hostelería tiene cada vez más dificultades para encontrar jóvenes empleados. Las condiciones laborales de este sector han hecho que las personas en edad activa no quieran trabajar en bares, restaurantes o pubs. Muchas horas, turnos de noche o turnos partidos, remuneración insuficiente, incluso peleas… son algunas de las razones por las que ya casi no se encuentran camareros o cocineros.
Así, la desesperación de los que tienen algunos de estos negocios y que no son capaces de encontrar empleados no es una novedad. Una de las épocas en las que más se nota este desinterés por trabajar en la hostelería es en verano, pero también ahora durante la Navidad, precisamente cuando más gente disfruta del ocio y del tiempo libre, y los empresarios necesitarían más ‘manos’.
Es el ejemplo del dueño de un restaurante de Pavía, al norte de Italia. El hombre ha escrito una carta al diario TuttoNotizie en la que refleja claramente esta situación, y que fue posteriormente publicada por el mismo medio.
La carta
“Escribo con amargura y cierta frustración para compartir una situación que muchos colegas restauradores viven desde hace tiempo y que corre el riesgo de poner a prueba la estabilidad de nuestro sector. Mi negocio, un restaurante iniciado y frecuentado por una clientela fiel, desde hace meses se enfrenta a una dificultad que parece insuperable: no encuentro camareros”, comenzaba el dueño del restaurante.
“A pesar de haber publicado numerosos anuncios en varios canales y de ofrecer condiciones económicas no acordes, sino superiores a la media del mercado, las solicitudes son escasas. Y cuando finalmente logro organizar una entrevista, me encuentro ante solicitudes que en el pasado habrían sido impensables”, explicaba el empresario.
“Los candidatos, cada vez más jóvenes y con menos experiencia, suelen declarar abiertamente que no quieren trabajar los fines de semana o que no están dispuestos a trabajar en turnos largos. Algunos piden explícitamente terminar el turno a las 22:00 horas, rechazando categóricamente los horarios flexibles que son, desde siempre, una característica de nuestro trabajo”, lamentaba el italiano.
“Entiendo que la dinámica del mundo del trabajo está cambiando y que los jóvenes quieren con razón conciliar la vida laboral y privada”, expresaba. “Pero me pregunto: ¿Qué será de nosotros, los restauradores, si ya no encontramos a quienes estén dispuestos a realizar un trabajo que por su naturaleza está hecho de sacrificios, noches y fines de semana ocupados?”, se preguntaba el dueño, también queriendo transmitir que él se sacrifica por el negocio.
Además, el empresario apuntaba que, hoy en día, los jóvenes “ven el trabajo en la restauración como una opción temporal e indigna”.
Para terminar, el restaurador reconocía que se podían mejorar las condiciones del trabajo, pero que no se podía cambiar “la esencia de la profesión”. El dueño se explicaba diciendo que “la gente sale a cenar los fines de semana, no el lunes por la mañana”, cuando empieza la jornada laboral de la mayoría de los trabajadores.
“La restauración es un trabajo de servicio, y como tal, requiere de disponibilidad en momentos que para muchos son de descanso”, concluía.