Por qué se escancia la sidra en Asturias, la bebida que ya es Patrimonio de la Humanidad

Esta bebida típica de la región del norte de España no solo es famosa por su frescura y su sabor afrutado, sino por el ritual que acompaña a su degustación

Guardar
El escanciado de la sidra,
El escanciado de la sidra, un icono de la cultura asturiana. (Adobe Stock)

La diversidad cultural y gastronómica de España ha convertido el país en un lugar único, no solo para vivir, sino también para visitar. Desde las islas hasta el norte, la variedad hace único cada viaje a este territorio, donde muchos de sus símbolos, monumentos y tradiciones han sido reconocidos y protegidos por la Unesco.

La última región que ha logrado incorporar a esta prestigiosa organización uno de sus productos más típicos es Asturias. La sidra de esta tierra ha sido reconocida a nivel mundial, al convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esta tradición, que se remonta a hace siglos, se distingue no solo por la calidad de la bebida, sino también por las costumbres y rituales que acompañan a esta bebida, ya que para su degustación se deben seguir unos pasos.

La historia del escanciado: más que un simple gesto

Aunque el acto de escanciar pueda parecer un gesto decorativo, su origen y propósito son mucho más profundos. Históricamente, el escanciado no siempre existió de la forma en que se conoce a día de hoy. Antes de la invención de las botellas y vasos modernos, la sidra se servía en jarros de barro o en zapicas de madera, un utensilio tradicional típico de la vida cotidiana en los valles asturianos. Sin embargo, la llegada de las primeras botellas en 1880 trajo consigo una evolución en la forma de servir la bebida y, con ella, la necesidad de un ritual que la acompañara.

Las primeras botellas de sidra fueron diseñadas con un color oscuro para protegerla de los rayos ultravioleta. Su forma tampoco fue una decisión estética, ya que el cuello curvado, conocido como pierna de dama, ayudaba a controlar la velocidad con la que la sidra fluía, lo que facilitaba el proceso de escanciado.

Botellas de sidra.
Botellas de sidra.

Este gesto tiene como objetivo agitar la sidra y airearla, lo que permite que el gas carbónico, natural en su proceso de fermentación, se active y sea más perceptible para el bebedor. Así, se realza su aroma y se experimenta una sensación táctil única, un frescor que desaparece rápidamente.

El ritual del escanciado, por tanto, tiene un propósito más allá de la simple apariencia: se trata de maximizar el sabor y la frescura de la bebida, algo que los asturianos valoran profundamente. Esta costumbre, que es un verdadero arte, se realiza desde cierta altura y permite crear una espuma perfecta en el vaso.

Un arte ancestral

El proceso de elaboración de la sidra asturiana comienza con la cosecha de manzanas en otoño, las cuales son seleccionadas con cuidado para garantizar su calidad. Posteriormente, se llevan a los tradicionales llagares, donde son trituradas y prensadas para extraer el mosto. Este primer jugo, conocido como sidra dulce, comienza su fermentación en tinas y, a través de la acción de levaduras y bacterias autóctonas, se transforma en la bebida fermentada, burbujeante y refrescante que es la sidra asturiana.

El escanciado, entonces, tiene una relación directa con la tradición del espichado, el proceso ancestral de abrir los toneles en los llagares para liberar la sidra y despertar sus burbujas. El espectáculo del escanciado es tan característico que no solo forma parte de la cultura asturiana, sino que se ha convertido en uno de los mayores atractivos turísticos de la región.

El hecho de que la Unesco haya reconocido la “Cultura Sidrera Asturiana” como Patrimonio Cultural Inmaterial es una forma de poner en valor no solo la bebida, sino todo lo que representa: la historia, las tradiciones y, especialmente, la forma en que los asturianos han construido una comunidad en torno a ella. Beber sidra no es solo un acto de consumo; es una forma de compartir, de disfrutar con amigos y familiares.

Una de las rutas más bonitas de Asturias: recorre las montañas de un parque natural y descubre un maravilloso lago glaciar.
Guardar