El regreso de Jennifer Lawrence a la gran pantalla marca una fase de mayor introspección y sinceridad en su carrera. En diálogo con Lulu Garcia-Navarro para The Interview podcast, producción de The New York Times, la actriz abordó temas como la maternidad, la salud mental, la presión de la fama y su evolución personal y profesional.
“No quiero dar entrevistas llenas de frases hechas o palabras vacías”, resumió la actriz sobre esta nueva etapa y cómo la madurez y la maternidad modificaron la manera en que se muestra públicamente.
Maternidad y salud mental
Lawrence, que se alejó del centro de atención tras una década de éxitos, reaparece con la película Die My Love, bajo la dirección de Lynne Ramsay y con Robert Pattinson como coprotagonista.
Durante la charla, la artista comentó que la propuesta llegó a través de Martin Scorsese, quien la animó a leer la novela poco después del nacimiento de su primer hijo.

“Leí el libro de una sentada, justo cuando estaba en un buen momento de mi proceso posparto. No tuve dificultades en el sentido clásico, logré conectar de inmediato con mi hijo, y eso me permitió explorar los aspectos más oscuros del personaje”, explicó.
Añadió que, de haber estado en una etapa más vulnerable, habría sentido temor al adentrarse en la complejidad emocional de la protagonista.
La maternidad ocupa un lugar central en sus reflexiones. Lawrence compartió su experiencia con la depresión posparto tras el nacimiento de su segundo hijo: “Con mi segundo hijo sentí que un tigre me perseguía cada día. La ansiedad era constante, tenía pensamientos intrusivos que me dominaban”, confesó.
Detalló que recurrió a medicación para la depresión posparto y según sus palabras, le resultó de gran ayuda durante dos semanas de tratamiento.

Fama, autenticidad y vida personal
La dificultad de equilibrar la vida creativa con la rutina familiar es una constante en la vida de la actriz de 35 años. “Tener hijos es sacrificado, pero también gratificante y esencial para mí”, afirmó.
Aunque la familia es su prioridad, la creatividad y el trabajo artístico resultan inseparables de su identidad: “No sería una persona completa si no pudiera hacer películas”, expresó.
La maternidad la llevó a rechazar proyectos y la ansiedad tras su segundo hijo la acercó a la lectura y la historia, especialmente relatos sobre la Revolución Americana.
La relación de Lawrence con la fama fue, en sus palabras, precaria. Tras recibir el Oscar a los 22 años y protagonizar franquicias como Los juegos del hambre y X-Men, sentía que la admiración del público podía desvanecerse de un momento a otro.
“Cuando me preguntaron cómo se sentía que todos me quisieran, respondí que se sentía precario, como si en cualquier momento todo pudiera venirse abajo”, relató.
También recordó episodios como sus caídas en la ceremonia de los Oscar o el cansancio ante el escrutinio público: “Estaba cansada de ser citada, de ver cómo se analizaban mis palabras. Necesitaba una pausa, y creo que el público también”, reconoció.
Durante su retiro, convivió con su prima en Nueva York, paseó a su perro por Central Park y se acercó al arte contemporáneo, ámbito profesional de su esposo, Cooke Maroney, a quien conoció mientras buscaba asesoría para adquirir una obra de arte.
La madurez y la maternidad modificaron la manera en que Lawrence se muestra públicamente. Ahora es más reservada y cuidadosa con sus declaraciones, consciente de su impacto. “No quiero dar entrevistas llenas de frases hechas o palabras vacías. Intento encontrar un equilibrio entre ser auténtica y proteger mi vida privada”, explicó.

También reflexionó sobre el trato desigual que enfrentan las mujeres en la industria: “Es fácil ver cómo, en ocasiones, solo se les pregunta a las mujeres sobre ciertos temas, como trabajar con directores polémicos, mientras que a los hombres no se les cuestiona igual”.
Creatividad y aprendizaje
En relación con la creatividad y el trabajo con directores, la actriz destacó la influencia de cineastas como David O. Russell y Darren Aronofsky. Señaló que aprendió a asumir las críticas sin tomarlas como algo personal y valoró el ejemplo de colegas como Leonardo DiCaprio y Christian Bale.
Al cierre de la entrevista, reflexionó sobre su evolución personal y profesional, marcada por una mayor conciencia sobre los efectos de la fama y el equilibrio entre su vida familiar y creativa.
En el diálogo con The New York Times dejó en claro que la madurez y la maternidad redefinieron su manera de relacionarse con el trabajo y la exposición pública, sin dejar de lado la búsqueda de autenticidad que caracteriza su carrera.
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