Taylor Swift y su mamá, los motores emocionales detrás de Sabrina Carpenter

Sabrina Carpenter, a los 25 años, reflexionó sobre su éxito internacional en la música pop y la ruta personal que la llevó del anonimato en Pennsylvania a estadios repletos y posiciones destacadas en Spotify.

En entrevista con CBS Sunday Morning, la artista ofreció un repaso a una carrera marcada por la autenticidad, la influencia familiar y el valor de conservar el humor frente a la exposición pública.

Desde niña, supo que la música era su vocación. A los 11 años comenzó subiendo versiones a YouTube, etapa en la que estableció su primer vínculo directo con el público. Esta exposición temprana trajo consigo una rápida transición a la televisión y, luego, a las giras en vivo. “Hay personas que me siguen desde que era una niña y otras que llegaron en mi adolescencia”, reconoce, valorando las distintas fases de público que la acompañaron.

Creció en un entorno rural de Pennsylvania, arropada por sus tres hermanas mayores. La música en casa —desde Queen y The Beatles hasta Dolly Parton— alimentó su curiosidad creativa. Su madre, exbailarina, la alentó desde pequeña a explorar el arte sin presiones, brindándole un espacio seguro para experimentar.

La influencia de artistas como Taylor Swift y Christina Aguilera, oriundas también de Pennsylvania, le mostró la importancia de la identidad y el trabajo constante. El elemento folk y el enfoque personal en su música provienen tanto de sus referencias musicales como del entorno familiar. “Siempre quise que mis canciones reflejaran lo que vivía”, afirmó.

El salto a la composición llegó de manera natural. La primera canción propia apareció a los diez años, inspirada por sus ganas de estar en el escenario. Ese proceso, junto a la evolución de su música, marcó una década de transformaciones artísticas y descubrimiento personal, evidentes en la diversidad de sus seis álbumes.

La autenticidad es, para Carpenter, el hilo conductor de toda su producción. No teme cambiar de estilos, como demuestra la diferencia entre “Espresso” y “Please Please Please“. “Ambas canciones son fieles a mis experiencias y a mi personalidad”, afirmó, aclarando que sus decisiones creativas siempre parten de un lugar genuino y no del deseo de complacer expectativas externas.

Aunque sabe que el reconocimiento público implica presión, intenta mantener la perspectiva y la cercanía con quienes la rodean. Tras participar en la introducción de los premios Emmy, confesó sentirse abrumada por la magnitud de esos logros, pero agradecida por poder vivirlos desde una posición de madurez emocional.

El apoyo familiar sigue siendo esencial. Carpenter destacó la labor de su madre y la compañía de sus hermanas como factores que reforzaron su confianza. La familia insiste en que debe conservar la humildad y disfrutar el proceso más que la meta material. El apodo “Bumblebee” resalta la importancia de mantener los pies sobre la tierra y de no tomarse todo tan en serio, perspectiva que Carpenter agradece y considera fundamental para su equilibrio.

Las redes sociales ocupan un lugar ambivalente en su vida. Lee tanto los elogios como las críticas, aunque intenta no dejarse afectar en exceso. Reconoció que, como cualquier persona joven, es inevitable sentirse vulnerable frente a ciertos comentarios. Sin embargo, apuesta por centrarse en su arte y, si algo le resulta tóxico, opta por bloquearlo. Su visión es que la música tiene espacio para todos y que cada artista aporta con su historia.

El presente de Carpenter está marcado por los éxitos “Espresso” y “Please Please Please“, que llegaron a los primeros puestos en Spotify. El próximo gran paso es una gira por recintos multitudinarios, un sueño de infancia que hoy ve hacerse realidad. “Pensé que lo lograría a los 16, pero disfrutarlo ahora me llena de orgullo”, comentó. El verdadero premio, aseguró, está en ver a su público disfrutar sin reservas.

Sabrina Carpenter destacó la honestidad, la humildad y la capacidad de encontrar el lado cómico como sus aliados para atravesar los desafíos del éxito y mantener una conexión genuina consigo misma y su audiencia.