
En una industria musical donde la perfección y la homogeneidad suelen ser la norma, Big Ocean emerge como una propuesta singular que logró cautivar a miles de seguidores en todo el mundo.
No por un sonido revolucionario ni por coreografías espectaculares, aunque las tienen, sino porque sus tres integrantes son sordos.
PJ, Chanyeon y Jiseok conforman la primera banda de K-pop integrada exclusivamente por artistas con pérdida auditiva, una anomalía en Corea del Sur, país conocido por su estricto sentido de la conformidad.
Desde su debut hace un año, el trío superó prejuicios, desafíos técnicos y estigmas culturales para consolidarse como un fenómeno inspirador.
“Pero queremos que nos vean actuar y se sientan inspirados, dejando nuestra audición casi como un detalle secundario”, reflexionó PJ, vocalista principal, en una entrevista con The Guardian.
Antes del escenario
Los tres miembros de Big Ocean llegaron a la música desde trayectorias completamente distintas. Jiseok, el más joven con 22 años, fue esquiador alpino y compitió en torneos nacionales para personas con discapacidad.
PJ, de 25, generaba contenido en YouTube para concienciar sobre la sordera, tras perder la audición en la infancia por una enfermedad.
Por su parte, Chanyeon, de 27, trabajó como audiólogo en el Hospital Anam de la Universidad de Corea, hasta decidirse por la música.
El punto de encuentro fue Parastar Entertainment, una agencia surcoreana centrada en talentos con discapacidad, que apostó por ellos cuando nadie más lo hizo.
“Cada uno reconoce los ritmos a distintas velocidades, así que al principio nos costó muchísimo coordinarnos”, admitió Chanyeon.
Pero la tecnología abrió una puerta: metrónomos visuales, relojes con vibración, pantallas numéricas y modelos vocales generados con inteligencia artificial permitieron transformar la experiencia sonora en una experiencia multisensorial.
Una propuesta artística con alma y mensaje

La música de Big Ocean no es solo técnica ni espectáculo: es narrativa, mensaje y símbolo. Sus canciones hablan de resistencia, comunidad y esperanza. Su debut, Glow, es una invitación a imaginar un nuevo mundo. Con temas posteriores como Blow y Slow, continuaron cultivando una lírica cargada de optimismo.
Uno de sus lanzamientos más conmovedores, Bright, estrenado en febrero, incluye letras escritas por estudiantes con discapacidades intelectuales mediante herramientas de IA y arte visual realizado por jóvenes con discapacidad visual.
Este enfoque colaborativo trasciende la industria musical y los ubica como actores activos en el impulso por una representación más inclusiva.
Del silencio al rugido de una ola global

La comunidad de fans de Big Ocean, conocida como Pado (ola, en coreano), se convirtió en un verdadero sostén emocional para el grupo. “Incluso en los momentos difíciles, su generosidad nos da fuerza”, dijo PJ.
El contacto directo con sus seguidores a través de videollamadas refuerza ese vínculo que va más allá del espectáculo: se trata de conexión, de reconocimiento mutuo.
Esa conexión se refleja en testimonios como el de Nicolle Brown, del Reino Unido, quien destaca el uso del lenguaje de señas como un acto de inclusión real.
O como el de Kirsty Spencer, de Tipton, quien afirmó que Big Ocean representa una visibilidad rara vez otorgada a personas con discapacidad. Para Jazmin Tannie, de Gales, “las letras del grupo generaron un sentido de pertenencia que el K-pop tradicional no le ofrecía”.
Un nuevo paradigma para el K-pop

Para Haley Cha, directora ejecutiva de Parastar Entertainment, Big Ocean tiene el potencial de ser un fenómeno de escala global comparable al de BTS, pero desde otro paradigma.
“Así como BTS rompió con los estereotipos sobre el éxito global de los artistas asiáticos, Big Ocean puede desafiar las ideas preconcebidas sobre los artistas con discapacidad”, declaró a The Guardian.
Con el lanzamiento inminente de su segundo miniálbum, Underwater, que propone una estética más madura inspirada en la figura mitológica del tritón como símbolo de descubrimiento interior, Big Ocean se prepara para su primera gira europea, que comenzó el 19 de abril en Lausana, Suiza.
“No importa lo difícil que sea la situación, interpretar el mensaje de nuestros fans es lo que me motiva”, concluyó PJ.
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