Cameron Diaz y su honestidad sobre las mujeres en Hollywood: “Sí, fui víctima de la cosificación”

La actriz reflexionó sobre cómo la presión estética impactó en su bienestar emocional. Entrevistada por Cosmopolitan, reveló detalles íntimos de su decisión de alejarse del cine para reencontrarse consigo misma

Guardar

La fama, tantas veces idealizada como sinónimo de éxito, puede convertirse en un arma de doble filo. Cameron Diaz, actriz que marcó una época con títulos como Algo pasa con Mary, La boda de mi mejor amigo o The Holiday, ofreció -entrevistada por Cosmopolitan- un testimonio honesto y contundente sobre las consecuencias que la exposición constante tuvo en su salud mental y emocional.

Durante su participación en la Cumbre de mujeres más poderosas celebrada el año pasado, compartió una reflexión que resonó con fuerza:

“Ninguna opinión, ningún éxito de nadie, ninguna oferta, nada pudo hacerme cambiar de opinión sobre mi decisión de cuidarme y construir la vida que realmente quería tener”.

Con estas palabras, Diaz no solo justificó su retiro temporal de la industria del cine, sino que reivindicó el derecho y la necesidad, de priorizarse en un contexto profesional que muchas veces exige una entrega total.

Lo que desde fuera podría haberse interpretado como una pausa, fue en realidad una reconstrucción personal.

La trampa de la imagen

Ya en 2022, en el pódcast Rule Breakers de la BBC, la actriz había comenzado a exponer las raíces más profundas de su decisión.

En aquella conversación, reveló un aspecto oscuro de su rutina diaria en los años previos a su retiro: “Cada día, me sentaba frente al espejo durante horas. Acabó siendo tóxico”.

Diaz reconoció haber sido parte activa de una estructura que cosifica y explota la imagen de las mujeres, una presión sistemática que según explicó, no solo se ejerce desde el exterior, sino que muchas veces es interiorizada por las propias víctimas.

Diaz relata cómo enfrentó las
Diaz relata cómo enfrentó las exigencias de la cosificación en Hollywood

Y enseguida afirmó, “sí, fui víctima de la cosificación y de la explotación social a la que están sujetas las mujeres. Yo misma llegué a comprar esa ideología en muchas ocasiones”.

La constatación de esta autocrítica marcó un antes y un después. Fue ahí donde la actriz decidió interrumpir su trayectoria para emprender un camino de autoconocimiento y sanación.

Tiempo de transformaciones

Durante su década de discreción, Diaz se volcó en su vida familiar, en la crianza de su hija, en su relación de pareja y en proyectos personales alejados del cine, como su incursión en la viticultura con un emprendimiento propio de vinos. La práctica del slow life (vida tranqui) más que un lema, se convirtió en una filosofía vital.

La actriz priorizó su bienestar
La actriz priorizó su bienestar personal, como ser madre, alejándose de la industria del cine (The Grosby Group)

En paralelo, encontró un canal para compartir su proceso a través del libro Ama tu cuerpo, donde narra su transición hacia una vida más equilibrada. El texto, concebido como una guía personal, recoge su experiencia con la alimentación consciente y la consulta con especialistas en bienestar físico y mental.

Lejos de ser una celebridad dando consejos, Diaz expone su recorrido con la humildad de quien ha atravesado una crisis profunda y ha decidido salir fortalecida.

El regreso con otra mirada

A pesar de su alejamiento prolongado, la actriz no se despidió del todo del séptimo arte. Su retorno con la película De vuelta a la acción marca un punto de reencuentro, tanto con el público como con ella misma. El título, casi irónico, alude a una vuelta que no ignora el pasado, sino que lo asimila desde una perspectiva transformada.

Cameron Diaz en su retorno a la gran pantalla con De vuelta a la acción, tras una década de retiro voluntario dedicada al bienestar personal, la maternidad y su emprendimiento vitivinícola

La filmografía de Cameron Diaz sigue ocupando un lugar destacado en la memoria colectiva. Películas como La máscara, Los ángeles de Charlie o The Holiday cimentaron su lugar como uno de los rostros más representativos de la comedia y el romance en el cine contemporáneo.

A través de su historia, se ponen en evidencia las exigencias desproporcionadas que enfrentan muchas mujeres en la industria del entretenimiento, y cómo el éxito, tal como lo impone el sistema, puede convertirse en una cárcel invisible.

Su decisión de hablar, de mostrar la vulnerabilidad sin adornos, es en sí misma un acto de resistencia. En tiempos donde la perfección sigue siendo una exigencia no dicha, Cameron Diaz ha elegido la imperfección, la pausa y la verdad.