Ariana Grande: “A veces me siento como un extraterrestre”

“Espero que este sea un momento para la hermandad, para la fuerza de las mujeres y para una cierta magia femenina”, dice Ariana Grande mientras se adentra en una reflexión sobre el poder transformador de la sororidad, un tema que marcó su vida personal, reflejándose en su carrera.

Entrevistada para la portada de la la Vogue italiana, la cantante y actriz -nominada a un Oscar por su papel de Glinda en la esperada adaptación cinematográfica de Wicked- reveló cómo la magia femenina y la solidaridad entre mujeres fueron claves en su trayectoria.

Las fotos de Elizaveta Porodina para la portada de Vogue muestran a Ariana Grande transformada, como una estrella pop, y como una bruja buena, etérea y poderosa, con un toque de melancolía que acompaña su recorrido personal. Como ella misma comenta:

“Con estas imágenes queríamos recrear una bruja etérea y buena, pero con un lado triste y oscuro”.

Desde sus primeros pasos en Broadway a los 15 años hasta su éxito mundial, Ariana logró mantenerse fiel a sí misma en medio de la fama, el trabajo incansable y los desafíos personales.

“Nunca me sentí obligada”, dijo, al recordar sus inicios y cómo el apoyo de su familia fue fundamental en su crecimiento. Pero, más allá de su éxito, lo que realmente resalta es su constante búsqueda de ser comprendida y la importancia de la vulnerabilidad en su vida y su arte.

La relación que Ariana Grande tiene con su familia es esencial para entender la persona y la artista que es hoy. “Durante mucho tiempo fui la más pequeña de la casa y de repente todos empezaron a pedirme consejos”, contó, recordando cómo su rol en la familia fue evolucionando a medida que crecía.

A pesar de la fama y el éxito, sigue siendo la persona que media las relaciones familiares, un papel que asumió con una mezcla de cariño y responsabilidad. “Por mi carácter, tengo el papel de mediadora, de terapeuta familiar,” añadió, riendo mientras reflexiona sobre su lugar dentro de su núcleo familiar.

Ariana, nacida en Boca Raton, Florida, creció en un hogar donde los contrastes entre sus padres marcaron su infancia. Su madre, Joan, una mujer de negocios, es descrita por Ariana como alguien “centrada, atrevida y fuerte, siempre vestida de negro”, mientras que su padre, Edward, es un artista que “encontraba poesía en todas partes” y pasaba su tiempo pintando con los pies en la arena.

Este contraste entre los mundos de sus padres le dio a Ariana una perspectiva única de la vida. “A veces me siento como un extraterrestre, pero todo tiene sentido cuando estoy con mis dos padres,” explicó, mostrando una profunda conexión con su familia a pesar de las dificultades.

Un momento clave en su vida fue la separación de sus padres cuando ella tenía solo ocho años, un evento que dejó una huella profunda en su infancia. “La relación con y entre mis padres es algo que dejó una profunda huella en mi infancia,” comentó.

Sin embargo, Ariana reconoció que este proceso fue parte de un esfuerzo personal gigantesco para desentrañar las complejidades emocionales que esa separación dejó.

“Ahora son mejores amigos, pero recorrimos un largo camino y el enredo que se formó gradualmente fue difícil de desenredar,” admitió, revelando la ardua reconstrucción de su mundo familiar.

A lo largo de estos años, la cantante aprendió a “llenar el tanque” con el amor y el apoyo de su familia, especialmente cuando se siente emocionalmente agotada por las presiones de la fama.

“Mamá, papá y mi hermano Frankie son el lugar al que recurro cuando necesito recuperar el aliento y conseguir algo de energía,” confesó. Pero a pesar de la cercanía con su familia, Ariana también reconoce la importancia de aceptar lo que la vida le deparó, incluidos los retos que conlleva el estar en el ojo público.

“Todo lo que hago es por mi yo infantil,” explicó, con una mirada retrospectiva sobre lo que perdió y lo que ahora guarda cerca de su corazón.

El viaje de Ariana Grande hacia el estrellato comenzó de manera humilde, cuando apenas tenía ocho años y debutó cantando el himno nacional en un partido de hockey de los Florida Panthers, el equipo al que todavía apoya.

En ese primer contacto con el escenario, Ariana encontró algo que la definiría para siempre: un espacio donde podía ser ella misma, sin presiones.

Su verdadero despegue llegó cuando se unió al elenco del musical 13 en Broadway, un primer paso importante que la conectó con el mundo del entretenimiento.

Sin embargo, fue con sus papeles en las series de televisión Victorious y su spin-off Sam & Cat que Ariana se catapultó a la fama a nivel mundial.

Para entonces, ya estaba en su adolescencia, y aunque el camino hacia la música no fue inmediato, estaba claro que la joven artista tenía mucho más que ofrecer.

A los 20 años, lanzó su primer álbum de canciones inéditas, Yours Truly, que le permitió consolidarse como cantante en el ámbito pop.

“Era un par de años mayor cuando firmé para hacer canciones navideñas, deshaciéndome de inmediato de lo que para muchos era un obstáculo de fin de carrera,” comentó, hablando sobre cómo arriesgó su futuro profesional al elegir un género que, en su momento, podría haber sido visto como una jugada arriesgada.

Sin embargo, esa jugada resultó ser un éxito, especialmente con el sencillo Santa Tell Me, que rompió récords año tras año, reafirmando su posición en la industria musical.

Con una carrera consolidada, Ariana cosechó 37 récords mundiales Guinness, una impresionante cantidad de nominaciones y premios, entre ellos dos Grammy.

Uno de ellos fue al Mejor Álbum Vocal Pop por su álbum Sweetener, y el otro, en colaboración con Lady Gaga, por Mejor Interpretación Pop de Dúo o Grupo con el tema Rain on Me. Pero más allá de los premios, Ariana encontró satisfacción en haber superado obstáculos personales y profesionales.

“Estoy orgullosa del trabajo que realicé, lo que todos pueden ver, pero sobre todo lo que nadie puede imaginar,” reflexionó, dejando claro que su éxito es el resultado de un esfuerzo constante y una dedicación que trasciende lo visible.

El papel de Glinda en la esperada adaptación cinematográfica de Wicked fue un hito en la carrera de Ariana Grande, y un sueño hecho realidad. Desde niña, Ariana fue una fanática del musical, una de las historias más queridas de Broadway.

Defying Gravity, una de las canciones más emblemáticas del show, fue parte de su vida desde que tenía apenas 10 años, cuando la vio por primera vez junto a su madre, Joan.

Desde entonces, cantó esa canción en la ducha, ensayando su interpretación en secreto. “Fue entonces cuando vi el musical por primera vez junto a mi madre,” recordó.

Y aunque en su mente Glinda siempre fue un personaje fascinante, la oportunidad de audicionar para interpretarlo en la película fue algo más que un simple trabajo: fue una misión personal.

Ariana detalló cómo se preparó para el proceso de audición con una precisión casi obsesiva. “Para la segunda audición, llené mi armario con una selección de vestidos rosas, el color que define a Glinda,” reveló.

Esta preparación era para que su apariencia se alineara con la estética del personaje, tratando de un compromiso total con la interpretación. Esa cápsula de vestidos rosas que almacenó en su armario se expandió, convirtiéndose en su look durante el rodaje y la gira promocional.

“El término ‘método de vestimenta’ se refiere a expandir un personaje, incluso fuera de la película,” explicó Ariana, quien trabajó en conjunto con su estilista, Mimi Cuttrell, para crear los atuendos más Glinda-escos posibles.

A través de esta dedicación al personaje, Ariana aseguró que “es un privilegio para una actriz enamorarse de la persona que interpreta. Tengo rastros de Glinda en todas partes. Espero llevarla conmigo para siempre.”

Para la alfombra roja de los Oscar, Ariana anticipó que el vestido que eligió será una extensión de la historia que estuvo contando, como una Glinda que pertenece al mundo de Oz, estando profundamente conectada con su propia narrativa.

“El vestido que elegimos será una extensión de la historia que contamos y seguiremos contando,” señaló, sugiriendo que, sin revelar demasiado, podemos esperar algo mágico, posiblemente vintage y, por supuesto, rosa.

“Siempre fui una chica retro de corazón,” comentó, recordando cómo desde sus 15 años disfrutaba de las compras en tiendas de segunda mano.

Además, en el contexto de la moda y la interpretación, Ariana es consciente del impacto que sus elecciones pueden tener, en la pantalla, y en la cultura popular.

En los últimos Globos de Oro, su elección de un vestido vintage de Givenchy, junto con su mini flequillo y guantes largos, encendió rumores sobre un posible papel de Audrey Hepburn en un biopic.

Aunque la estrella desmiente la relación, Ariana disfruta del misterio que su imagen genera. “¡Noveno! Aunque estoy contenta con esta asociación,” dijo, refiriéndose a la idea de que podría interpretar a la famosa actriz, dejando abierta la puerta a futuras sorpresas.

El concepto de la bruja experimentó una transformación radical en la cultura popular, pasando de ser un personaje siniestro a convertirse en un emblema de empoderamiento y magia femenina.

Ariana Grande es muy consciente de este cambio, especialmente al interpretar a Glinda, la Bruja Buena de Wicked. “Creo que es un buen indicador,” comentó, aludiendo a cómo las brujas, como personajes, ahora simbolizan mucho más que el mal.

El empoderamiento femenino no es solo un tema en el escenario de Wicked; es una parte integral de la forma en que Ariana vive su vida y su carrera.

En la entrevista, mencionó que la sororidad es algo que le resulta profundamente importante y que espera que, como sociedad, este sea un tiempo para que las mujeres se apoyen entre sí.

A través de esta evolución de la imagen de la “bruja”, Ariana se convierte en un referente de la magia femenina, donde el poder de las mujeres no se define solo por su fuerza, sino también por su capacidad de ser vulnerables, empáticas y complejas.

“Creo que las brujas están viviendo un brillante rebranding,” comentó, celebrando cómo la figura de la bruja, en sus diversas formas, se volvió un ícono de poder positivo.

No todo en su carrera fue fácil. Ariana reconoció que, a pesar de su éxito, no siempre tuvo la confianza de que las cosas saldrían como esperaba.

En su conversación con Paul Mescal durante el programa Actors on Actors de Variety, Ariana recordó cómo, desde pequeña, tuvo que lidiar con la frustración del “no”.

“Estuve haciendo audiciones desde que soy pequeña, aprendí a aceptar el ‘no’ y entender que es parte de la vida,” reflexionó, con la madurez de alguien que aprendió a ver el rechazo no como un fracaso, sino como una parte natural del proceso artístico.

Para Ariana, la clave para superar los obstáculos fue su dedicación al trabajo. “Entrené mi voz para que tuviera un timbre lírico y no ‘sólo’ pop,” explicó, detallando el esfuerzo físico y mental que implicó prepararse para interpretar un papel tan demandante como el de Glinda en Wicked.

Esta disciplina en su entrenamiento vocal es comparable a la de un atleta, que se prepara físicamente para afrontar un reto de gran magnitud.

De hecho, ella comparó este proceso con el entrenamiento que Paul Mescal tuvo que realizar para su papel en Gladiator II, destacando lo intensas que pueden ser las exigencias para los actores que buscan llevar sus carreras a un nuevo nivel.

A lo largo de su carrera, Ariana mantuvo una perspectiva abierta sobre su proceso artístico, y no teme mostrarse vulnerable. “Creo en cada sentimiento, incluso en aquel que me hace sentir más vulnerable,” dijo, explicando cómo el trabajo de un artista implica éxito, y una constante exploración de las emociones y experiencias personales.

Para ella, este proceso de entrega es parte de lo que hace su trabajo tan significativo. “Es parte de mi trabajo y para mí, al final, es una forma de amor de la que no puedo prescindir,” agregó, mostrando que su arte es, en última instancia, una extensión de su ser más profundo.

Ariana Grande es conocida por su éxito profesional, y por su capacidad de usar el humor como una herramienta para la sanación. A pesar de la fama y el éxito, Ariana enfrentó momentos difíciles que marcaron su vida, como la trágica pérdida de su ex pareja Mac Miller en 2018 y el atentado terrorista en el Manchester Arena durante su Dangerous Woman Tour en 2017.

Estos eventos fueron devastadores, pero la cantante aprendió a lidiar con ellos a través de la terapia, el apoyo de sus seres queridos y, sobre todo, el uso del humor.

“Para mí la risa tiene que ver con la curación,” afirmó, destacando cómo el humor se convirtió en un mecanismo fundamental de afrontamiento en su vida. “El sentido del humor ocupa un lugar fundamental en mi ‘kit de supervivencia’, me aferro a él con todas mis fuerzas,” dijo con una sonrisa, explicando cómo integró la risa en su proceso de sanación.

La tragedia y las dificultades le enseñaron a lidiar con el dolor, profundizando su comprensión de la vulnerabilidad. “Al final soy un trabajo en progreso, soy una flor que sigue creciendo con nuevos pétalos, hojas, brotes,” reflexionó, usando la metáfora de una flor para describir su evolución personal y profesional.

A pesar de las heridas que sufrió, Ariana se ve a sí misma como alguien en constante evolución, aprendiendo de las experiencias, tanto buenas como malas. “Pero todavía estoy aprendiendo a regarlo,” añadió, reconociendo que el proceso de sanación nunca termina.

La capacidad de Ariana para expresar su vulnerabilidad y al mismo tiempo utilizarla como una forma de fortaleza fue una de las claves de su éxito. En sus canciones, como Thank U, Next, donde expresa su gratitud incluso por sus relaciones fallidas, se puede ver cómo aprendió a transformar el dolor en algo positivo.

“Estoy tan agradecida por mi ex,” canta en la famosa canción, haciendo referencia a Mac Miller y a su relación con él. “Me gustaría poder darle las gracias a Malcolm, porque fue mi ángel,” dijo Ariana, con una profunda gratitud por lo que esa relación le enseñó, a pesar de su final.

Para Ariana, la vulnerabilidad no es una debilidad, sino una de las fuerzas que la conecta con su audiencia. “Sigo aprendiendo, incluso de lo que no funciona,” concluyó, demostrando que para ella cada experiencia, sin importar cuán dolorosa haya sido, es una oportunidad para crecer.