Hank Azaria, la voz de Los Simpson, habló de su lucha contra el alcoholismo: “Tenía todo lo que quería y no era feliz”

El actor reveló en una entrevista con The Washington Post cómo su talento para la imitación lo llevó a cuestionarse quién era realmente, enfrentando una crisis personal que derivó en adicciones

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La habilidad de Hank Azaria
La habilidad de Hank Azaria para imitar voces se remonta a su infancia en Queens, Nueva York (REUTERS)

“Pasé más tiempo de mi vida en Los Simpson que fuera de la serie”, afirmó el actor de voces Hank Azaria en una entrevista con The Washington Post, reflejando el impacto que tuvo su participación en la icónica producción animada. Con más de tres décadas prestando su voz a personajes como Moe Szyslak, el Jefe Wiggum y Apu, su carrera quedó marcada por la capacidad de transformar su voz y dar vida a múltiples identidades.

Pero esa misma habilidad para la imitación, que lo hizo mundialmente famoso, también lo llevó a una profunda crisis de identidad. “Era un camaleón social”, admitió Azaria. Desde su infancia, su talento para absorber y reproducir voces lo convirtió en alguien capaz de adaptarse a cualquier entorno.

Aunque su habilidad con la cual cimentó su carrera actoral, también le atrajo una duda persistente: ¿Quién es Hank Azaria cuando no está interpretando a alguien más?

A lo largo de su vida, la respuesta fue cambiando. Desde su ascenso en Hollywood hasta su lucha contra el alcoholismo y la controversia en torno a Los Simpson, el actor pasó por una constante evolución. A sus 60 años, sigue en transformación, encontrando nuevas formas de expresión.

Hank Azaria es el responsable
Hank Azaria es el responsable de darle voz a personajes icónicos de Los Simpsons, como Apu, el Jefe Wiggum y Moe. Este trabajo impulsó la carrera en el entretenimiento de Azaria (Collage)

Hank Azaria y el arte de la transformación

Desde niño, Azaria demostró un talento innato para la imitación. Creció en un hogar donde la televisión era su principal compañía, absorbiendo y reproduciendo cada voz que veía en pantalla. “Lo que pasaba en la televisión, lo estaba observando y mimetizando”, recordó el artista.

Este don se convirtió en su herramienta más poderosa. En Queens, un barrio donde convivían múltiples acentos y subculturas, aprendió a encajar en cualquier grupo. Pero lo que en su adolescencia le dio aceptación social, con el tiempo se transformó en una fuente de incertidumbre.

La voz detrás de los personajes icónicos

Su talento lo llevó al mundo del doblaje casi por casualidad. Mientras trabajaba como barman y buscaba oportunidades en televisión, audicionó para un nuevo proyecto animado titulado como Los Simpson. Su prueba de voz para Moe Szyslak -el malhumorado tabernero de Springfield- le aseguró un lugar en la serie. “Simplemente mató cada línea”, confesó Matt Groening, creador del programa.

Pero hacer una voz era más que una cuestión técnica. Para Azaria, cada personaje tenía una identidad completa. “Si empiezo a hablar como Moe, automáticamente me vuelvo un poco más agresivo. Él odia a todos”, detalló el intérprete.

La búsqueda por la identidad
La búsqueda por la identidad y sobriedad permitió que Azaria pueda reconstruir las relaciones y revitalizar su carrera (REUTERS)

Crisis de identidad y búsqueda de sí mismo

Desde los 15 años, Azaria lidió con una sensación constante de desconexión. “Me preocupaba estar loco. No sabía cuál era mi verdadero yo”, profundizó. El hecho de ser una persona camaleónica le permitió encajar, pero también le generó una profunda confusión sobre su identidad.

Ya para los 30, cuando tenía fama y estabilidad económica, ese vacío seguía presente. Fue entonces cuando, en un momento de crisis personal, visitó a su amigo Matthew Perry en el hospital. Perry estaba al borde de la muerte debido a su alcoholismo. Mientras que Azaria atravesaba un proceso de autodescubrimiento que lo condujo hacia una nueva lucha: el alcohol.

En el hospital donde estuvo internado su amigo, habían reuniones de Al-Anon, un grupo de apoyo para familiares y amigos de personas con adicciones. El actor decidió ingresar a una de ellas y allí descubrió que tenía una constante necesidad de solucionar los problemas ajenos en lugar de enfrentar los propios.

Lucha contra el alcoholismo

“Al inicio era casi saludable, mejor que estar corriendo detrás de la gente tratando de arreglar sus problemas. Pero luego se salió de control”, confesó el reconocido actor. Además, durante años pudo mantener su adicción oculta y nunca afectó su trabajo o se vio involucrado en escándalos. Aunque en su interior, la lucha era constante y siete años después se sumó al programa de Alcohólicos Anónimos.

“Lo que me llevó a esas reuniones fue darme cuenta de que tenía todo lo que quería y aun así no era feliz”, admitió. En los AA, encontró una nueva estructura de vida basada en la sobriedad, el servicio a los demás y la responsabilidad personal. Actualmente, es una de las primeras cosas que menciona al hablar de sí mismo: “Soy un tipo sobrio”.

En los años noventa, Azaria
En los años noventa, Azaria enfrentó una gran crisis personal que lo llevó a buscar ayuda en Alcohólicos Anónimos (Archivo)

La controversia con Apu y sus aprendizajes

En 2017, Azaria enfrentó una de sus mayores crisis públicas cuando el documental The Problem with Apu, de Hari Kondabolu, criticó la representación del personaje en Los Simpson. La voz de Apu, interpretada por un actor blanco, reforzaba estereotipos negativos sobre la comunidad india en Estados Unidos.

Si hubiera seguido bebiendo, admitió que su respuesta habría sido diferente. “Probablemente habría enviado un par de tweets furiosos. Pero en lugar de eso, tomé una pausa, procesé mis emociones y decidí escuchar”, aclaró Azaria sobre posibles reacciones al caso.

Asistió a charlas sobre representación y racismo, y habló con activistas. En 2023, discutió el tema con el propio Kondabolu en el podcast Code Switch de NPR. Además, creó una fundación para apoyar iniciativas de diversidad e inclusión en la industria del entretenimiento. “Aprendí que la intención no siempre es lo más importante; pero el impacto sí”, sentenció.