“Para quien cree en la humanidad y la colectividad, ser antifascista es un deber moral”, resaltó Luca Marinelli, el protagonista de la serie M. Il figlio del secolo (M. El hijo del siglo). En una entrevista con Esquire, el actor italiano reveló detalles sobre la ambiciosa producción de Sky Studios, donde asume el desafío de encarnar a Benito Mussolini en un brutal retrato del ascenso del fascismo en Italia.
Luca Marinelli se consolidó como una de las figuras más versátiles del cine italiano. Su carrera, marcada por interpretaciones intensas y desafiantes, lo llevaron desde el cine independiente hasta grandes producciones internacionales.
Tras destacar en diversas producciones nacionales, Marinelli demuestra en M. Il figlio del secolo una madurez actoral que lo sitúa en la cumbre de su trayectoria. Su capacidad para transitar entre géneros y personajes complejos lo convierte en un intérprete único, capaz de adentrarse en la esencia de cualquier rol sin perder autenticidad.

Desafíos de representar al fascismo en pantalla
Basada en la novela de Antonio Scurati, M. Il figlio del secolo es una de las producciones más ambiciosas realizadas en Italia sobre el origen del fascismo. La serie dirigida por el británico Joe Wright y respaldada por The Apartment y Pathé, fue presentada en la 81ª Mostra del Cinema di Venezia sin estridencias, pero con un impacto que resonó con fuerza.
El relato, lejos de ser una reconstrucción complaciente, expone el fascismo en su verdadera naturaleza: un movimiento criminal que utilizó la violencia como herramienta sistemática para aniquilar la democracia. Por primera vez en el audiovisual italiano, Mussolini no es retratado como un hábil estratega político, sino como un dictador oportunista que utilizó el terror para consolidar su poder.
Luca Marinelli y la inmersión en la figura de Mussolini
La serie reconstruye el contexto histórico con rigor y también interpela a la sociedad italiana actual. “Si se conoce la historia, no se puede ser fascista”, afirmó Marinelli. Además, asumir el papel de Mussolini fue un proceso arduo para el intérprete porque implicó una transformación física y supuso un viaje psicológico hacia los abismos del poder absoluto.
“Tuve que abandonar toda humanidad para comprender cómo era posible encarnar el mal de esa manera”, confesó el actor. La miniserie muestra a un Mussolini que oscila entre la arrogancia y la inseguridad, entre el carisma y la brutalidad. Marinelli logra transmitir la contradicción del personaje: un hombre que se presenta como salvador mientras destruye todo a su paso.
El actor reconoce que el contexto social de la época permitió la ascensión del fascismo. “Se subestima el trauma que dejó la Primera Guerra Mundial. La violencia se convirtió en parte de la sociedad, pero Mussolini la elevó a un método político”, analizó el protagonista.

Joe Wright y el impacto de la serie
La dirección de Joe Wright imprime a la serie un ritmo vertiginoso, evitando los clichés del cine histórico convencional. Elementos como la fotografía de Seamus McGarvey, la banda sonora de Tom Rowlands (The Chemical Brothers) y el guion de Stefano Bises y Davide Serino dotan a M. Il figlio del secolo de una energía constante, manteniendo la tensión en cada escena.
Wright, al ser extranjero aborda la historia sin concesiones ni miramientos nacionalistas. Marinelli reconoce que su perspectiva fue determinante, y señalo: “Joe siempre dice que hay que hablar de las personas, no de las naciones. El concepto de nación suele usarse para fomentar distinciones que llevan a tragedias”.
El Mussolini definitivo
Las interpretaciones previas de Mussolini en el cine oscilaron entre la imitación caricaturesca y la humanización excesiva. Marinelli rompe con ambas tendencias y entrega una versión que trasciende la mera recreación. Su Mussolini no busca parecerse físicamente al dictador, sino capturar su esencia.
Desde el tono de voz hasta los movimientos corporales, Marinelli se apropia del personaje con una intensidad que lo convierte en la mejor interpretación del Duce hasta la fecha. En su actuación, el líder fascista es un depredador insaciable, dominado por la avidez de poder, sexo y reconocimiento. “En su gigantesco ego, decía que el fascismo era querer siempre más hasta tomarlo todo”, comentó el artista sobre la paradoja política.

Mussolini y el vacío del poder
Más allá de la construcción del personaje, la serie profundiza en la relación de Mussolini con el poder y su entorno. Su ascenso no habría sido posible sin la connivencia de políticos de otras corrientes que por ambición, se plegaron a su causa.
“Cuando preparó las listas para las elecciones de 1924, vio que sus hombres eran impresentables. Entonces sumó a otros políticos que aceptaron el fascismo”, detalló Marinelli. Esta visión desmonta la idea de un dictador que impuso su voluntad sin resistencia.
La serie M. Il figlio del secolo es un ejercicio de memoria colectiva y un recordatorio de los peligros de la indiferencia. Marinelli, en la mejor interpretación de su carrera, ofrece un Mussolini que no deja espacio para la ambigüedad moral.
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