Jimmy Page advierte sobre la IA aplicada a la música: el arte humano está en peligro

El legendario guitarrista de Led Zeppelin alerta -en un artículo en The Times- sobre los riesgos de las nuevas tecnologías en el ámbito musical

Guardar
Jimmy Page se pronuncia sobre
Jimmy Page se pronuncia sobre el impacto de la IA en la música (REUTERS/Eduardo Munoz)

La expansión de la inteligencia artificial en la creación artística ha desatado un debate sobre la autoría y la originalidad. Entre quienes alzan la voz en defensa del arte humano, destaca Jimmy Page, legendario guitarrista y fundador de Led Zeppelin.

En un artículo publicado en The Times, Page expresa su preocupación por el impacto de la IA en la música y la creatividad, advirtiendo que la originalidad está en riesgo si no se establecen límites claros.

La creatividad, un proceso irremplazable

Jimmy Page inicia su reflexión recordando sus años de formación en los estudios de grabación de Londres en la década de 1960.

Como músico de sesión, debía improvisar y aportar riffs en el acto, sin ralentizar el proceso de producción. Fue esta experiencia la que le permitió desarrollar un estilo único y afianzarse en la industria antes de alcanzar la fama mundial con Led Zeppelin.

Para el guitarrista, este tipo de evolución artística es algo que ningún algoritmo puede replicar. La música, dice, no es una serie de patrones predecibles que pueden ser sintetizados por una máquina, sino una fusión de emociones, experiencias y espontaneidad que solo los seres humanos pueden aportar.

“El alchemy que convierte un riff en un himno es algo grabado en el alma colectiva de la banda”, escribe.

En contraste, las composiciones generadas por inteligencia artificial son, a su juicio, meras “sombras vacías” de la creatividad genuina. Aunque pueden imitar estilos y estructuras musicales existentes, carecen del “instinto visceral” que define la verdadera expresión artística.

Page afirma que la música
Page afirma que la música combina emociones, experiencias y espontaneidad humanas (REUTERS/Toru Hanai/File Photo)

Un problema ético y legal

Page advierte que la irrupción de la IA en la música y otras disciplinas artísticas no es solo un reto creativo, sino también un problema de derechos de autor y justicia para los creadores.

Critica el uso de modelos de inteligencia artificial que recopilan y reproducen obras sin consentimiento, reconocimiento o compensación para sus autores originales.

El guitarrista equipara este fenómeno con el robo: “Si en mis años como músico de sesión alguien hubiese tomado mis riffs sin permiso ni pago, habría sido considerado un acto de hurto”, señala.

En este sentido, cuestiona por qué a la IA se le debería permitir hacer lo mismo bajo el pretexto de la innovación tecnológica.

El problema, según Page, no es solo la tecnología en sí, sino la falta de regulación adecuada para proteger a los artistas. “Esto no es innovación, es explotación”, sentencia.

El peligro del nuevo marco legal en el Reino Unido

El músico también expresa su preocupación por la dirección que está tomando la legislación británica respecto a los derechos de autor en la era de la inteligencia artificial.

En particular, critica el Data (Use and Access) Bill, un proyecto de ley que, de aprobarse, permitiría a las empresas de IA utilizar obras de artistas, pasadas y futuras, como datos de entrenamiento sin necesidad de solicitar permiso ni ofrecer compensación.

El gobierno plantea un sistema de “opt-out” (exclusión voluntaria), en el que los artistas podrían teóricamente solicitar que sus obras no sean utilizadas por la IA.

Sin embargo, Page considera que esta propuesta es una farsa: “Es técnicamente imposible para los artistas optar por salir de este sistema”.

En lugar de ofrecer protección, argumenta, esta iniciativa otorgaría un “pase libre” a la explotación de la creatividad sin consecuencias legales.

La lucha por la preservación del arte humano

El arte -enfatiza Page- no
El arte -enfatiza Page- no es un producto de algoritmos, sino el reflejo de la esencia humana; aquí, junto a los demás "zeppelines": John Bonham, John Paul Jones y Robert Plant (Photo by Chris Walter/WireImage)

Para Page, la amenaza que representa la inteligencia artificial va más allá del aspecto legal: es una cuestión de identidad cultural.

Si permitimos que las máquinas absorban y reproduzcan el arte humano sin restricciones, corremos el riesgo de erosionar la autenticidad que define la música y otras formas de expresión artística.

El guitarrista concluye con una pregunta crucial: “¿Permitiremos que las máquinas tomen el escenario, o lucharemos por la magia insustituible del arte humano?”

En tiempos donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la defensa de la creatividad y los derechos de los artistas se convierte en una batalla fundamental.

Page nos recuerda que el arte no es un simple producto de datos y algoritmos, sino el reflejo de la esencia humana.