Zoe Saldaña: “Cuando murió mi padre, mi madre no se levantó de la cama durante dos años”

“Cuando todos estamos trabajando es cuando debe surgir la magia. Las noches deben ser para hacer cosas que alimenten tu alma”, menciona Zoe Saldaña mientras se prepara para otro evento en la intensa temporada de premios.

Con su papel en Emilia Pérez, la actriz se encuentra en un momento clave de su carrera, explorando nuevas facetas en la actuación y revelando aspectos profundos de su historia personal.

A lo largo de la conversación con Harper’s Bazaar, Saldaña habla con honestidad sobre su infancia, el impacto de la pérdida de su padre, su camino en la actuación y su identidad como mujer en la industria cinematográfica.

“En cierto modo, fue simplemente volver a conectar con partes de mí a lo largo de mi vida en las que sentí ese tipo de desesperación”, confesó Saldaña sobre su interpretación en Emilia Pérez.

En la película, encarna a Rita, una abogada atrapada en un mundo de corrupción y violencia, un personaje que la desafió a niveles emocionales y artísticos.

El director Jacques Audiard destaca su entrega absoluta al proyecto: “Lo que realmente sorprende de Zoe es su energía y su incansable autoridad. Trabaja muy duro, con un coraje y un talento extraordinarios”.

La actriz también reflexiona sobre su experiencia filmando la película: “Era un reto interpretar a Rita en español, pero sentí que volvía a mis raíces. Había una conexión muy personal con el personaje”.

La historia de Zoe Saldaña está marcada por la pérdida de su padre cuando tenía apenas nueve años. “Cuando murió mi padre, todos nos pusimos en modo supervivencia. Abandonamos todos esos pequeños placeres de la vida que te tranquilizan”, recordó.

El impacto en su madre fue devastador: “Recuerdo que mi madre se pintaba los labios de rojo y siempre estaba guapa y flirteando con mi padre. Pero en el momento en que falleció, no se levantó de la cama durante más de un par de años”.

Poco después, ella y sus hermanas fueron enviadas a vivir a la República Dominicana, un cambio que las marcó profundamente.

“No puedes hablar inglés; tienes que hablar sólo español. No puedes cambiar de registro. Nos defendíamos, pero luego atacaban más, porque todos se entendían”.

Su hermana mayor, Mariel, recuerda ese periodo con claridad: “Nos veías en un rincón simplemente conectando. Me sentía como en casa”.

En la República Dominicana, Saldaña encontró un escape en el ballet: “Era exactamente lo que necesitaba para calmar mi mente inquieta”.

Aunque su sueño inicial era la gimnasia, la danza se convirtió en su refugio y en la base de su disciplina artística.

Su profesora de ballet, Dilia Mieses, le inculcó una lección fundamental: “Menos es más. No necesitas tanto maquillaje. No necesitas tanto pelo. No necesitas esa ropa chillona. Es cómo mantienes la postura, cómo caminas”.

Esta filosofía influyó en su enfoque como actriz, permitiéndole desarrollar una presencia en pantalla que va más allá del diálogo.

La actriz ha brillado en sagas como Avatar, Guardianes de la Galaxia y Star Trek, mundos que, según ella, resuenan con su propia historia de sentirse fuera de lugar.

“Siempre he sido diferente. Cuando tienes una hija que tiene TDAH y es disléxica, y tiene mucha energía y no se está quieta, piensas que es a propósito. Recuerdo que me preguntaba: ‘¿Por qué no encajo?“.

Para James Cameron, su determinación es incomparable: “De todos mis actores, Zoe era la que más levantaba la mano para hacer preguntas. Me ponía a prueba para ver si mis respuestas resistían su escrutinio”.

Más allá de su carrera en el cine, Saldaña ha construido un espacio creativo junto a sus hermanas con su productora Cinestar.

“Creo que eso nos unió aún más porque no todo el mundo podía entender por lo que estábamos pasando”, explicó sobre su relación con Mariel y Cisely.

Juntas han desarrollado proyectos que reflejan sus experiencias y valores, como la serie Desde cero y Gordita Chronicles.

Zoe Saldaña no teme los desafíos. Lo demostró con su participación en la serie Lioness, de Taylor Sheridan, donde interpreta a una jefa de espionaje de la CIA. “No me sentía hecha para esto. Estaba convencida de que iba a fracasar”, confesó.

Inicialmente, rechazó el papel, pero tras un año de reflexión, decidió aceptarlo. “Me respondieron inmediatamente y me dijeron: ‘Joder, te estamos esperando”.

Su determinación ha sido una constante en su carrera. “Aprendí de una forma muy inocente e inconsciente cuando era muy joven que necesito vivir en el arte, porque encuentro la paz. Puedo descansar cuando estoy creando”.

Más allá de los premios, el reconocimiento y los desafíos, Zoe Saldaña tiene una filosofía clara: “¿Y si voy a tope, joder?”.

Desde su infancia marcada por la pérdida hasta sus éxitos en Hollywood, ha sabido convertir el miedo en impulso.

“Siente el miedo y hazlo de todos modos”, dijo con convicción. Y, viendo su trayectoria, no cabe duda de que sigue ese lema al pie de la letra.