Un elogio inesperado: el actor que el cineasta Paul Thomas Anderson comparó con Jesús

El cine de Paul Thomas Anderson se distingue por su capacidad para dirigir y extraer lo mejor de sus actores, algo que ha logrado con una lista de nombres imponentes como Daniel Day-Lewis, Philip Seymour Hoffman y, en un giro sorprendente... Adam Sandler.

Aclamado por sus complejas tramas y por trabajar con grandes elencos, Anderson sigue los pasos de cineastas como Robert Altman, quienes dieron un peso considerable a las interacciones de personajes en sus películas.

Como menciona Far Out, su habilidad para crear estudios de personajes profundamente humanos ha sido clave para que sus obras, como Petróleo sangriento (2007), Boogie Nights (1997), El hilo invisible (2017) y The Master (2012), se conviertan en hitos del cine contemporáneo.

Uno de los ejemplos más reveladores del enfoque único de Anderson hacia sus actores es su colaboración con Tom Cruise.

El director eligió al astro de Hollywood para interpretar a Frank TJ Mackey en Magnolia (1999), un papel que marcó una de las transformaciones más notables en la carrera de Cruise.

En una conversación con Rolling Stone en 2000, Anderson no dudó en comparar al actor con figuras de gran trascendencia, y, de forma inesperada, lo comparó con Jesús.

El director describió a Cruise como un actor que no solo está dispuesto a enfrentar cualquier desafío, sino que, además, se entrega completamente al rol, una cualidad que definió su carácter:

“Es el jodido más grande de todos los tiempos, siempre, SIEMPRE”, dijo Anderson, destacando la humildad y disposición del actor para realizar cualquier cosa que se le pidiera en el set.

Lo que más impresionó a Anderson de Cruise fue su actitud frente a las exigencias del director. Mientras la mayoría de los actores podría tener reparos en realizar ciertos retos, Cruise mostró una disposición total para colaborar en cada escena.

“Él es el tipo que crees que es, en términos de, ‘Vamos por ello, hagámoslo lo mejor que podamos y esforcémonos al máximo’”, expresó el director, elogiando la ética de trabajo y la dedicación de Cruise.

Este nivel de entrega también se refleja en la franquicia Misión Imposible, donde el actor ha realizado hazañas extremas, como escalar el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, y llevar a cabo peligrosas maniobras aéreas.

En un momento de su charla, Anderson no pudo evitar reflexionar sobre la ironía detrás del nombre de la madre de Cruise, Mary.

Según el director, este paralelismo con la figura de Jesús resultaba ineludible, dado el impacto y la devoción que Cruise ha mostrado a lo largo de su carrera, algo que él considera comparable a la figura religiosa.

La declaración sorprendió a muchos, pero reflejó, en su singular manera, la admiración profunda que Anderson sentía por el actor.

A pesar de la controversia que ha acompañado a Cruise debido a su adhesión a la Cienciología y su impecable personalidad de estrella, su habilidad como actor ha sido indiscutible.

A lo largo de su carrera, desde los años 80 con Top Gun hasta sus papeles más recientes, Cruise ha sido una figura polarizadora, pero su talento sigue siendo una constante en la industria.

Anderson, lejos de los rumores que han empañado la vida personal del actor, lo considera uno de los mejores de su generación, destacando su capacidad para transformar cualquier papel y entregar actuaciones memorables.

La relación entre Paul Thomas Anderson y Tom Cruise es un claro ejemplo de la química entre un director visionario y un actor dispuesto a asumir riesgos.

Si bien la comparación con Jesús puede resultar exagerada, no cabe duda de que, en el contexto del cine contemporáneo, Tom Cruise ha alcanzado un nivel de entrega y dedicación que lo coloca en la cúspide del talento actoral.