Millie Bobby Brown y lo que está por llegar con el final de Stranger Things 5: “Tengo claro que Eleven siempre será parte de mí, pero no me define”

“No me había dado cuenta en todo este tiempo que este era el final... hasta ayer”, confesó Millie Bobby Brown sobre el rodaje de la última temporada de Stranger Things.

“Estaba en el set y pensé: ‘Bueno, me queda un día más’. Y comencé a llorar. En realidad no me gusta llorar en el trabajo. Soy una persona muy emocional, pero trato de mantenerme súper fuerte”, le dijo la actriz a Vanity Fair, que acaba de dedicarle su última portada.

Después de casi una década interpretando a Eleven, el icónico personaje que la lanzó al estrellato, la actriz británica se despidió de la serie que marcó su infancia y adolescencia.

Pasaron nueve años desde que, con tan solo 11 años, Brown se convirtió en la niña psicoquinética de Hawkins. Hoy, con 20 años, una exitosa carrera cinematográfica y una vida tranquila en su granja de Georgia, la actriz reflexionó sobre el final de la serie que la convirtió en un fenómeno global.

“Siento que Stranger Things me permitió explorar muchas facetas de mí misma. Crecí con el personaje, y de alguna forma, Eleven también creció conmigo”, dijo en conversación con Vanity Fair.

Pero su vida va mucho más allá de la actuación. En los últimos años, Brown diversificó su carrera con proyectos como Florence by Mills, su marca de belleza, y Joey’s Friends, su organización de rescate animal.

Además, está lista para asumir nuevos desafíos en Hollywood con películas como The Electric State, su próximo gran proyecto con los hermanos Russo. “Nunca quise ser famosa”, afirmó con seguridad. “Eso nunca fue lo mío. Simplemente me encanta actuar”.

En esta entrevista con Vanity Fair, Millie Bobby Brown habló sobre el final de Stranger Things, su matrimonio con Jake Bongiovi, su vida en la granja, su lucha contra el acoso mediático y sus planes para el futuro...

Desde que Millie Bobby Brown se convirtió en Eleven, su vida cambió para siempre. Ahora, con la última temporada de Stranger Things a punto de estrenarse, la actriz admitió que el final de la serie la tomó por sorpresa.

“No me había permitido sentirlo hasta el último momento”, dijo. Durante años, el rodaje de la serie fue su segunda casa, el lugar donde creció junto a sus compañeros de reparto y moldeó su identidad como actriz.

“Cada día en el set fue una experiencia de aprendizaje. Nunca sentí que estaba ‘actuando’, era más bien un proceso de descubrir quién era Eleven y, a la vez, quién era yo”.

El personaje de Eleven pasó por una transformación profunda, al igual que Brown. “La identidad de Eleven era algo muy importante con lo que luchábamos”, explicó.

“¿Se vestirá como una niña? ¿O se vestirá con las camisas de su padre adoptivo, Hopper? ¿O será lo que sus amigos la están ayudando a ser? En ese momento de mi vida, yo también me hacía esas preguntas. No sabía qué aspecto quería tener, si prefería looks más femeninos, más masculinos, más andróginos, más grunge. Así que implementé esa confusión”.

Más allá del impacto personal, Stranger Things definió una era en la televisión y en la cultura pop. Para Brown, el fenómeno de la serie trascendió las pantallas.

“Aún me sorprende lo grande que fue. Cambió mi vida, pero también cambió la industria. Demostró que una serie con niños como protagonistas podía ser un éxito global”.

Pero no teme ser encasillada. Con proyectos como Enola Holmes y The Electric State, está demostrando que su carrera apenas comienza. “Tengo claro que Eleven siempre será parte de mí, pero no me define. Hay muchas historias que quiero contar y personajes que quiero explorar”.

Para Brown, cerrar este capítulo no significó decir adiós al legado de la serie. “Es emocionante pensar en lo que viene después, pero Stranger Things siempre será especial para mí”, dijo con una sonrisa.

Lejos del bullicio de Hollywood, Millie Bobby Brown encontró paz en su granja en Georgia, donde vive con su esposo, Jake Bongiovi. “Es un lugar vibrante, pero caótico a su manera”, dijo entre risas.

“Mis animales son ruidosos, mis perros están locos, y hay mucha pasión y emoción. Pero aquí es donde yo prospero”. En su propiedad conviven ovejas, cabras, burros y hasta un gato esmoquin que se divierte jugando con los caballos.

Más que un simple escape de la industria, la vida en la granja refleja quién es Brown en esta nueva etapa. “No lo hago por estética”, aclaró. “Lo hago porque me encanta. Si no estás recogiendo excrementos de caballo o lavando una vaca con tus propias manos, entonces esa vida no es para ti”.

A pesar de su juventud, habla con una madurez poco común sobre el matrimonio y la vida en pareja. “Jake es el primer hombre al que amé y del que me enamoré. Si no estamos completamente comprometidos, ¿qué sentido tiene?”.

La relación entre ambos se construyó sobre valores sólidos desde el inicio. “Hablamos de todo antes de comprometernos: nuestras opiniones políticas, el tipo de familia que queremos, el hogar en el que soñamos vivir”, recordó.

Aunque se casaron jóvenes—ella con 20 años, él con 22—no lo ven como algo apresurado. “Siempre me sentí bien con él. Sabía que estaba tomando la decisión correcta”.

El matrimonio también fortaleció sus vínculos familiares. Los Brown y los Bongiovi, ambos con historias de amor longevas, fueron un ejemplo para la pareja.

“Las cenas familiares son caóticas, llenas de risas y anécdotas. La conexión entre nuestras familias es increíble”, dijo con orgullo.

Con el final de Stranger Things, Millie Bobby Brown se encuentra en una nueva etapa de su carrera. “No siento que este sea el punto culminante de mi vida”, dijo con convicción.

“Es solo el principio de algo diferente”. Desde hace años trabajó para diversificar su filmografía, asegurándose de que su legado vaya más allá de Eleven.

Su éxito en la franquicia de Enola Holmes y su incursión en la acción con Damsel la consolidaron como una de las jóvenes actrices más versátiles de Hollywood.

Su próximo gran desafío es The Electric State, una película de ciencia ficción dirigida por los hermanos Russo, en la que interpreta a una huérfana que se une a un grupo de resistencia en un mundo dominado por la tecnología.

“Simplemente encajaba con todo lo que estaba buscando”, comentó sobre el proyecto. Para los directores, Brown era la elección natural. “No hay muchas adolescentes con la profundidad y la experiencia actoral que tiene Millie”, dijo Anthony Russo.

Pero su visión va más allá de la actuación. Desde los 15 años, Brown incursionó en el mundo de los negocios con Florence by Mills, su marca de belleza y estilo de vida enfocada en la generación Z.

También exploró la escritura con Nineteen Steps, una novela basada en las historias de su abuela sobre la Segunda Guerra Mundial. “Siempre quise crear más que interpretar. Me interesa contar historias desde otros lugares”.

Mientras prepara la tercera entrega de Enola Holmes, Brown sigue explorando oportunidades en el cine y en su productora PCMA, enfocada en proyectos que amplifiquen voces no representadas.

“Quiero que la gente vea mis películas y se sienta empoderada”, afirmó. Su futuro en la industria no podría ser más prometedor.

Desde que se hizo famosa a los 12 años, Millie Bobby Brown tuvo que lidiar con el escrutinio constante de los medios y las redes sociales. “Empecé con esto muy joven y sentí que la prensa en particular era muy, muy dura conmigo”, admitió.

Su crecimiento fue analizado en cada entrevista, cada evento público y cada publicación en línea. Con el tiempo, se dio cuenta de que la exposición masiva estaba afectando su bienestar. “Pensé: ‘Dios mío, esto me está haciendo sentir horrible conmigo misma’”, recordó.

A los 18 años, tomó una decisión radical: eliminar las redes sociales de su teléfono y delegar su manejo a su equipo. “Me estaba obsesionando demasiado con la idea de convertirme en otra persona”, confesó.

También enfrentó situaciones incómodas con paparazzi que invadieron su privacidad desde una edad temprana. “Creo que debería haber más leyes para proteger a los niños en la industria. A veces la gente olvida que somos menores de edad”.

El acoso en Internet también fue un problema. Desde rumores sobre su vida personal hasta la sexualización de su imagen, Brown fue objeto de múltiples polémicas sin fundamento.

“No permito que muchas personas entren en mi vida y, cuando lo hago, creo que debería ser muy moderado”, explicó. Su instinto de protegerse la llevó a mantener un círculo cerrado de amigos y evitar interacciones innecesarias con la prensa.

A pesar de todo, encontró formas de equilibrar su vida pública y privada. “Aprendí a decir ‘no’ desde muy joven”, dijo con firmeza.

“Mi madre es muy sabia y sabe defender sus derechos. Mi padre siempre me impulsó a luchar por lo que merezco. Esa confianza me ayudó a mantenerme firme en esta industria”. Para Brown, la clave fue establecer límites claros y priorizar su bienestar sobre las expectativas externas.

Lejos del glamour de Hollywood, Millie Bobby Brown encontró una de sus mayores pasiones en el rescate de animales. En su granja de Georgia, creó Joey’s Friends, una organización dedicada a salvar perros de refugios con alta tasa de sacrificio.

“Las campañas de adopción en redes sociales son maravillosas temporalmente, pero realmente hay que involucrarse y hacer el trabajo para marcar una diferencia”, afirmó. Para ella, este no es solo un pasatiempo, sino un compromiso serio.

Brown no se limita a financiar la causa; decidió aprender sobre el cuidado animal de manera profesional. “Puedo tratar heridas, tomarles el pulso, moderar la presión arterial, cosas así. Yo misma me encargo de todos sus registros médicos”, contó.

Tomó cursos de estudios veterinarios y hasta compró una máquina de ultrasonido para detectar embarazos en los animales rescatados. Su dedicación va más allá de la simple compasión. “Quiero asegurarme de que cada perro que rescatamos reciba la mejor atención antes de encontrarle un hogar”.

El amor por los animales estuvo presente en toda su vida, incluso en los sets de filmación. “Tenía un animal rescatado diferente en el set cada día”, dijo entre risas.

Sus perros la acompañaron en proyectos como Stranger Things y The Electric State, e incluso su perrita de terapia, Winnie, fue un apoyo fundamental para su salud mental.

“Si estoy fingiendo llorar en una escena, no se estresa. Pero cuando sabe que estoy llorando de verdad, se pone nerviosa. Ella puede notar la diferencia”.

A través de Joey’s Friends, Brown espera inspirar a otros a involucrarse en el rescate de animales. “No se trata solo de salvar perros, sino de crear conciencia sobre el trato que reciben. Si puedo usar mi plataforma para cambiar aunque sea una pequeña parte de esto, entonces vale la pena”. Su activismo es una extensión de su deseo de marcar la diferencia, dentro y fuera de la pantalla.

Aunque su carrera estuvo marcada por la actuación, Millie Bobby Brown siempre sintió una profunda conexión con la música. “Soy una gran chica de musicales”, admitió con entusiasmo.

Desde pequeña soñó con protagonizar una producción de Broadway o incluso grabar un álbum. “Me encantaba Hairspray, Mamma Mia! y, por supuesto, Hannah Montana. Siempre quise hacer algo en la música”.

Sin embargo, reconoció que la exigencia de una carrera en el teatro musical o una gira sería difícil de equilibrar con su vida actual.

Aun así, Brown encontró formas de llevar su amor por la música a momentos importantes de su vida. En su boda en Toscana, sorprendió a los invitados con una coreografía de Grease junto a su esposo, Jake Bongiovi.

“Fue una rutina de baile de cinco o seis minutos que coreografiamos nosotros mismos”, contó. Con cambios de vestuario incluidos, interpretaron clásicos como Summer Nights y You’re the One That I Want. “Nos divertimos muchísimo. Fue algo que siempre quisimos hacer juntos”.

Su fanatismo por la música también la llevó a vivir experiencias únicas con sus ídolos. Es una Swiftie declarada y asistió al Eras Tour en Cincinnati.

“Fue increíble, fue increíble”, dijo sobre el concierto de Taylor Swift. También protagonizó un momento viral en un show de Sabrina Carpenter, cuando la cantante la “arrestó” en el escenario como parte de su rutina.

“Le escribí antes del concierto y le pregunté: ‘¿Puedes arrestarme?’”, reveló entre risas. “Y me contestó: ‘Me encantaría arrestarte’”.

Aunque su futuro inmediato está en el cine, Brown no descarta explorar más la música en algún momento. “Nunca digas nunca”, dijo con una sonrisa. “Si algún día surge el proyecto adecuado, me encantaría hacerlo”. Con su energía y versatilidad, no sería sorprendente verla brillar en un escenario musical en el futuro.

Criada en una familia unida, encuentra inspiración en sus padres y en los de Bongiovi, quienes también contrajeron matrimonio jóvenes. “Las cenas familiares son caóticas, llenas de risas y anécdotas. Hay algo muy especial en esa conexión”.

Más allá del matrimonio, Brown y Bongiovi comparten una visión profesional. Ambos están interesados en la producción de cine y en contar historias que generen impacto.

“Jake tiene una pasión enorme por crear historias que empoderen a las personas”, contó. “Compartimos ese objetivo. Quiero que la gente vea mis proyectos y se sienta representada y apoyada”. Su relación, más que un romance mediático, es una sociedad creativa y personal.

Por ahora, disfrutan su vida juntos entre Hollywood y la granja en Georgia, donde construyen su futuro lejos de los reflectores.

“Nos encanta estar aquí. Es nuestro espacio, nuestra burbuja”, dijo con tranquilidad. Aunque su vida está llena de proyectos y ambiciones, Brown tiene claro qué es lo más importante para ella. “Cuando encuentras a la persona correcta, todo tiene sentido”.