“Cuando todo terminó, tuve que sentarme en el jardín y pensar: ‘Bueno, disfrutaré del sol… o de un porro’”, recuerda Ringo Starr con una carcajada. La separación de The Beatles en 1969 marcó uno de los momentos más duros de su vida, pero también fue un punto de partida para su carrera en solitario. “Y luego pensé: ‘No, vamos, tienes que levantarte’”.
Hoy, a sus 84 años, Ringo sigue irradiando el carisma y la energía que lo convirtieron en el más entrañable de los Fab Four. Desde su estudio en Los Ángeles, decorado con recuerdos de su trayectoria, conversó con Mojo sobre los momentos clave de su vida: la música, su conexión con el country y su último álbum, Look Up.
“Siempre me ha gustado la música country. Cuando era niño, me dejaba llevar por Gene Autry y toda esa magia de las películas”, comenta con entusiasmo. Ese amor por el género lo llevó a explorar nuevas fronteras tras el fin de The Beatles, marcando el inicio de un legado solista tan versátil como duradero.
Entre reflexiones, risas y su humor único, Ringo concluye con su habitual optimismo: “Todavía amo tocar. Y cada día es un día hermoso aquí en California”.
Los días turbulentos del final de The Beatles
El final de The Beatles marcó un antes y un después en la historia de la música, y un periodo de gran incertidumbre para sus integrantes, especialmente para Ringo Starr. A lo largo de septiembre de 1969, mientras se ultimaban los detalles del icónico Abbey Road, las tensiones dentro de la banda alcanzaron su punto de quiebre. “Fue un periodo totalmente traumático para mí”, admite Ringo, rememorando las intensas discusiones que precedieron a la disolución del cuarteto.
En una reunión clave, John Lennon sugirió una idea para mantener viva la dinámica creativa del grupo: un nuevo álbum en el que cada miembro tendría espacio para sus composiciones, incluso dos canciones para Ringo. Sin embargo, poco después, Lennon dio un giro drástico y anunció su salida. “De un momento a otro, todo se vino abajo”, comparte Ringo.
A pesar de la conmoción, Starr no tardó en encontrar un propósito. “Cuando terminó, pensé: ‘Voy a disfrutar el sol, pero no puedo quedarme quieto’”. Así, en octubre de 1969, decidió lanzarse en solitario con Sentimental Journey, un álbum de estándares clásicos que produjo junto a George Martin. “Era la música que escuchaba en las fiestas familiares. Quería algo que representara mis raíces”, explica sobre su inesperado debut como solista.
El siguiente paso en su carrera lo llevó aún más lejos: el country. Apenas seis meses después, sorprendió con Beaucoups of Blues, un álbum que reflejaba su amor por el género y que, según Starr, le permitió “explorar lo que realmente soy como músico”.
La conexión de Ringo con la música country
Desde su infancia en Liverpool, Ringo Starr sintió una fascinación especial por la música country. “Todo comenzó cuando vi a Gene Autry cantando South Of The Border en una película. Fue un momento mágico. Me voló la cabeza”, recuerda con entusiasmo, refiriéndose a su primer gran descubrimiento musical. Aquel encuentro con el legendario cantante y actor fue la chispa que lo llevó a explorar artistas como Hank Williams y Hank Snow, y más tarde, a sumergirse en los sonidos del country blues de Lightnin' Hopkins.
Ese amor por el género resurgió en 1970, cuando, por una curiosa coincidencia, conoció al pedal steel-player Pete Drake en el contexto de las sesiones de All Things Must Pass de George Harrison. “Pete vio que tenía cassettes de country en mi coche y me dijo: ‘Hoss, veo que te gusta la música country. Vamos a Nashville y hagamos un disco’. Yo le respondí: ‘Oh, no lo creo. ¿Cuánto tiempo tengo que estar ahí?’”. Drake lo convenció asegurándole que las sesiones serían rápidas, y así fue: “Llegué un lunes, escogimos cinco canciones el martes por la mañana, y para el miércoles ya habíamos terminado. Todo se hizo en dos días”.
El resultado fue Beaucoups of Blues, un álbum que permitió a Ringo explorar un lado más vulnerable y emotivo como cantante. “Bueno, sí, soy un tipo emocional”, admite entre risas. Con un tono suave y melancólico, el disco destacó como una prueba de que el country era un género que resonaba profundamente con él. Incluso Paul McCartney, al hablar sobre el proyecto, comentó: “Siempre amó el country desde que lo conocí. Es un tipo muy sincero, directo, y creo que eso encaja perfectamente con la esencia de esa música”.
La creatividad colaborativa: de The Beatles a la All-Starr Band
A lo largo de su carrera, Ringo Starr demostró ser un maestro en colaborar con otros artistas. Incluso tras la separación de The Beatles, mantuvo fuertes lazos creativos con sus antiguos compañeros. “Siempre estaban dispuestos a ayudarme. George produjo varias de mis canciones, Paul escribió para mí y John también participó. Había amor y respeto entre nosotros”, afirma Ringo, quien logró reunir a los cuatro Beatles en su álbum Ringo (1973), aunque no todos coincidieran en el estudio.
Su filosofía colaborativa tomó una nueva dimensión en 1989, cuando decidió formar la All-Starr Band, un proyecto que le permitió rodearse de músicos de alto nivel y seguir tocando en vivo. “Nunca quise ser el tipo al frente durante todo el show. Pensé que sería más divertido compartir el escenario con otros talentos”, explica. El concepto era simple: convocar a amigos músicos para tocar juntos una mezcla de éxitos de cada uno. “Solo llamé a mi agenda. Joe Walsh dijo que sí, Levon Helm también, y así se sumaron todos. Ni siquiera pensé que aceptarían tan rápido”.
Joe Walsh, guitarrista de The Eagles y cuñado de Ringo, recuerda: “Cuando todos dijeron que sí, Ringo se volteó y me dijo: ‘¿Y ahora qué hacemos?’”. A partir de ese momento, la banda se convirtió en una formación única que fue evolucionando a lo largo de las décadas, con artistas como Sheila E, Todd Rundgren y Colin Hay. “Amo tocar la batería, pero también disfruto ir al frente y cantar mis canciones. Es lo mejor de ambos mundos”, añade Ringo con su característico entusiasmo.
“Es increíble cómo logra que todo sea divertido y relajado, tanto para los músicos como para el público”, dice el bajista Klaus Voormann, quien compartió escenario con la banda. “Ringo tiene una energía especial que une a las personas, y eso es lo que hace que esta banda sea única”.
La importancia de la reinvención personal y profesional
En los años 80, Ringo Starr enfrentó uno de los desafíos más importantes de su vida: su batalla contra el alcoholismo. Este periodo marcó un antes y un después, en su vida personal, y en su carrera. “Cambias completamente cuando te limpias”, reflexiona Ringo. “Siempre tuve un buen corazón, pero ser sobrio me permitió ser más real y más accesible”.
La decisión de formar la All-Starr Band en 1989 fue parte de este renacimiento. Rodearse de amigos y grandes músicos revitalizó su amor por tocar en vivo, ayudandole a sentirse más seguro en el escenario. “Era inseguro sobre estar al frente todo el tiempo. Pero lo mejor fue que cuando llamé a los músicos, todos dijeron que sí. Fue increíble”, recuerda.
Hoy, a sus 84 años, Ringo mantiene una rutina estricta para cuidar su salud y seguir activo en el mundo de la música. “Hago ejercicio, como brócoli y arándanos, y eso me mantiene en forma”, comparte con una sonrisa. Su energía es evidente: en sus conciertos recientes incluso se atrevió a hacer saltos en el escenario, sorprendiendo al público. “Es inspirador verlo”, dice Joe Walsh, quien también señala cómo Ringo lo anima a cuidarse. “A veces lo miro y pienso: ‘¡Santo cielo, es uno de los Beatles!’ Es alguien que ha pasado por tanto y sigue siendo tan conectado con la vida y tan humilde”.
El espíritu positivo de Ringo se refleja en su nuevo álbum, Look Up, un proyecto profundamente personal producido por T Bone Burnett. “Es probablemente la canción más personal que ha hecho”, comenta Burnett sobre el tema principal, en el que Ringo canta sobre los momentos difíciles y cómo el amor por su esposa, Barbara Bach, lo transformó en una mejor persona. En palabras del propio Starr: “Es un día hermoso aquí en California, y no podría estar más agradecido”.
La huella cultural de Ringo Starr: Un fenómeno intemporal
Desde el principio de su carrera, Ringo Starr cautivó al público como el miembro más entrañable de The Beatles. Su carisma y sentido del humor lo convirtieron en el favorito de muchos fans, especialmente en Estados Unidos, donde pronto se ganó el título no oficial de “el Beatle más querido”. “Ringo for President”, bromeaban pancartas en 1964 durante una protesta ficticia organizada por estudiantes. “¿Presidente de qué? Bueno, sí, absolutamente, ¡sería genial!”, comentó Paul McCartney recientemente entre risas, recordando el impacto que tuvo su compañero en esos años.
El magnetismo de Ringo provenía de su personalidad, y de momentos como su famoso “escape” en A Hard Day’s Night. La escena donde el baterista se aleja del caos de la fama para caminar solo por Londres, con una cámara en mano, capturó una faceta vulnerable y humana que resonó con el público. Según T Bone Burnett, esa escena definió su atractivo. “Había un tremendo patetismo que surgía de él, en medio de toda la locura. Tiene un espíritu tranquilo y hermoso”, explica el productor.
La conexión de Ringo con los fans estadounidenses quedó sellada tras su debut en el Ed Sullivan Show en 1964, un momento que él describe de forma casi mágica. “Sentí que un pulpo envolvía sus brazos alrededor del avión y nos bajaba suavemente”, bromea al recordar la llegada de The Beatles a Nueva York. El impacto fue inmediato: “¿Quién sabía que sería tan grande? No puedes planear algo así”, reflexiona con humildad.
Incluso décadas después, Ringo sigue siendo una figura cultural fascinante. Para Joe Walsh, su cuñado y compañero de banda, la grandeza de Starr radica en su simplicidad. “Es increíble pensar que alguien que ha pasado por tanto pueda ser tan conectado con la tierra, tan auténtico y tan buena persona”. Esa autenticidad, junto con su eterno optimismo, asegura que la leyenda de Ringo continúe viva en el corazón de millones.
Mirando hacia adelante con optimismo
A sus 84 años, Ringo Starr no muestra señales de detenerse. Con su nuevo álbum, Look Up, y planes para dos giras con la All-Starr Band en 2025, el legendario baterista sigue disfrutando de la música como el primer día. “Todavía amo tocar”, afirma con entusiasmo. “Tener la oportunidad de estar en el escenario, tocar mis canciones, las canciones de mis amigos y sentir la energía del público es algo que nunca pasa de moda”.
La longevidad de su carrera no es casualidad. Además de mantener una vida saludable, Ringo supo reinventarse y mantener viva su conexión con los fans. “Cuido mi voz con ejercicios desde 1989. Hago (canta) ‘No, no, no, nooo’. Es gracioso, pero funciona”, comparte entre risas. Aunque admite que el esfuerzo físico de las giras puede ser un desafío, asegura: “Puedo superar el show. Siempre lo hago. No hay nada que me guste más”.
Parte de ese optimismo se refleja en Look Up, que, según T Bone Burnett, es un álbum que capta la esencia de Ringo como nunca antes. “Quería escribir canciones que fueran fieles a él, a su historia y a su espíritu. Creo que lo logramos”, dice el productor. Para Ringo, la música sigue siendo un medio para expresarse y celebrar la vida. “Escribí una canción sobre cómo el amor me ha hecho un mejor hombre. Después de 43 años con Barbara (Bach), sigo sintiéndome agradecido”, comparte emocionado.
Con los ojos puestos en el futuro, Ringo sigue abrazando su papel como un eterno optimista. “Hago más movimientos correctos que equivocados”, dice entre risas. Y aunque sus días en California transcurren con tranquilidad, su entusiasmo por la música y su conexión con el público siguen intactos. “Cada día es un día hermoso”, concluye, fiel a la filosofía que lo mantuvo vigente durante más de seis décadas.