En el mundo digitalizado de hoy, resulta difícil imaginar a alguien alejado de los dispositivos tecnológicos básicos. Sin embargo, el icónico actor estadounidense Christopher Walken ha asegurado en una entrevista con The Wall Street Journal que “nunca ha tenido un teléfono móvil”, una declaración que resalta su estilo de vida único en una era donde la tecnología domina casi todos los aspectos de la vida diaria.
De acuerdo con la entrevista publicada por Wall Street Journal, Walken, a sus 81 años, enfatizó: “No tengo tecnología. Nunca he enviado correos electrónicos ni, como se dice, he twitteado”. Por sorprendente que parezca, el actor también confesó no usar relojes, explicando que simplemente pregunta la hora cuando lo necesita.
Este alejamiento de dispositivos electrónicos, no obstante, no es por incomodidad con ellos, sino por preferencia personal.
Según The Wall Street Journal, Walken reflexionó sobre cómo la omnipresencia de los teléfonos interfiere incluso en espacios tradicionales como el teatro: “La última vez que estuve sobre un escenario, la gente contestaba llamadas durante la obra, o grababa videos de la actuación. Pensé: ya está, se acabó”. Este comentario refleja su postura crítica hacia cómo el avance tecnológico ha alterado ciertas dinámicas sociales.
Un cambio de roles: de villanos al romántico Burt en “Severance”
A lo largo de su extensa trayectoria, Walken ha sido reconocido por interpretar personajes oscuros y complejos en producciones como Pulp Fiction y Batman Returns.
Sin embargo, su papel como Burt, un afable trabajador atrapado en la intriga corporativa de la serie de ciencia ficción Severance, simboliza un giro en su carrera. El actor describe su experiencia diciendo: “Yo interpreto a todos esos personajes malvados y retorcidos, pero Burt es un buen tipo”.
En la segunda temporada de la serie, disponible en Apple TV+, el personaje de Burt transita hacia una vida más plena, siendo retratado como un hombre casado en un hogar acogedor, pero con vagos recuerdos de su vínculo con Irving, interpretado por John Turturro.
En conversación con el medio, Walken destacó la dinámica única de su amistad con Turturro, quien es su colega tanto dentro como fuera de la pantalla.
“Cuando conoces a alguien durante mucho tiempo, se nota. Se nota que estos actores se llevan bien”, comentó en entrevista con The Wall Street Journal, al reflexionar sobre su complicidad con el reconocido actor. A lo largo de la producción, ambos lograron transmitir una conexión auténtica que es clave para mantener la fuerza emocional en las tramas de la serie.
Una carrera marcada por los contrastes
Nacido en Queens, Nueva York, Walken comenzó su formación en danza y artes escénicas, lo que moldeó significativamente su trabajo actoral. Obtuvo un Premio Oscar en 1979 por su papel en el drama bélico El cazador, además de una segunda nominación en 2003 por Atrápame si puedes.
Más recientemente, apareció como un emperador galáctico en Dune: Parte dos, consolidando su versatilidad como intérprete.
Pese a una carrera cargada de papeles dramáticos y villanos memorables, Walken afirma que prefiere alejarse de esos roles en esta etapa de su vida. Según indicó a The Wall Street Journal, ahora tiende a rechazar personajes oscuros: “Quiero más tíos, abuelos y padres más calidez”. Aunque todavía no sabe si regresará al mundo de Dune, mantiene abiertas las puertas a nuevas aventuras cinematográficas.
Rutinas matutinas y reflexiones sobre su vida diaria
A pesar de mantenerse alejado de la tecnología, Walken sigue una rutina diaria que muchas personas podrían considerar sencilla y gratificante.
Según relató a The Wall Street Journal, el actor comienza su día a las 6:30 am con jugo, café y una sesión rápida de ejercicios en cinta, actividad que reemplazó su antigua afición por correr al aire libre.
En casa, también dedica tiempo a alimentar a su gato Wolf, quien se ha convertido en protagonista de su tranquilidad cotidiana: “Lo persigo por toda la casa, eso dura unos quince minutos. Él se divierte, yo me divierto”, explicó con humor.
Cuando no está ocupado en proyectos de actuación, Walken intenta escribir memorias, aunque admite sentirse limitado en este aspecto: “Es una pena que no sea mejor”, dijo al referirse a sus habilidades narrativas.
En cambio, prefiere enfocarse plenamente en el arte escénico y explorarlo en su totalidad. Acerca de su proceso para memorizar diálogos, confesó: “Es un proceso largo y tedioso. Por eso necesito mucho tiempo para aprender un guion, y si lo cambian repentinamente, tengo problemas”, mostrando su meticulosidad y disciplina como actor.
La transición de Walken hacia roles más emotivos en series como Severance refuerza una faceta más cálida y profunda de su habilidad actoral, demostrando que incluso a sus 81 años sigue encontrando maneras significativas de evolucionar en su carrera.
Su visión única del mundo, marcada por su conexión humana y distancia de lo digital, lo posicionan como una figura auténtica en un ecosistema artístico saturado de tecnología.