Este viernes, en el prestigioso Festival de Sundance, se estrenó It’s Never Over, Jeff Buckley, un documental que explora la breve pero impactante carrera del músico Jeff Buckley.
Como menciona Variety, dirigido por Amy Berg y producido ejecutivamente por Brad Pitt, esta obra no solo rinde homenaje a la voz singular del cantautor, sino que también desmonta mitos y malentendidos que han rodeado su trágica muerte.
La historia detrás del mito
Buckley, considerado uno de los músicos más prometedores de su generación, murió a los 30 años en el río Wolf de Memphis en 1997.
Su muerte prematura dejó un legado que hasta hoy resuena en la cultura popular. Su interpretación de Hallelujah de Leonard Cohen no solo fue un triunfo artístico, sino que es ampliamente reconocida como una de las mejores versiones de la canción.
La directora Amy Berg, conocida por documentales como West of Memphis y Deliver Us From Evil, decidió abordar la vida de Buckley desde un enfoque íntimo y auténtico.
“Una vez que comencé a escuchar sus mensajes de voz, sus demos y a leer sus diarios, simplemente no podía imaginar que fuera algo diferente a un documental”, explicó Berg, quien cambió sus planes iniciales de realizar una película narrativa.
Un camino lleno de obstáculos
Antes de que Berg asumiera el proyecto, Mary Guibert, madre de Buckley, fue cortejada por múltiples figuras del cine, incluido Brad Pitt, quien buscaba producir una película biográfica.
A pesar del entusiasmo de Pitt, Guibert expresó dudas sobre cómo un actor podría capturar la esencia de su hijo...
“¿Vamos a teñirte el cabello, ponerte lentillas marrones en esos ojos azul cielo, y vas a abrir la boca y va a salir la voz de Jeff?”, recordó con escepticismo.
Finalmente, el acceso al archivo personal de Buckley convenció a Berg de que la única manera de hacerle justicia era a través de un documental.
El proyecto no solo aborda la vida y obra del cantautor, sino que también busca contextualizar su impacto artístico y desmontar falsas narrativas, como la idea de que murió bajo los efectos de drogas o alcohol.
La complejidad de un genio atormentado
La vida de Jeff Buckley estuvo marcada por la sombra de su padre, Tim Buckley, un músico de folk y jazz que murió de una sobredosis a los 28 años.
Aunque su relación fue prácticamente inexistente, la comparación con su progenitor fue constante. Jeff emergió como una estrella en la escena musical neoyorquina, tocando en clubes como CBGB antes de firmar con Columbia Records.
Sin embargo, la presión por replicar el éxito de su aclamado álbum debut Grace (1994) fue abrumadora.
Aunque el disco fue elogiado por figuras como Bob Dylan y David Bowie, las expectativas de la industria llevaron a Buckley a un colapso psicótico momentáneo.
Su resistencia a la fama y su lucha contra el control de los ejecutivos discográficos reflejan su deseo de priorizar la autenticidad artística sobre el éxito comercial.
Un legado que trasciende generaciones
Aunque su carrera fue breve, el impacto de Buckley ha perdurado. Una nueva generación lo descubrió a través de plataformas digitales como TikTok, donde su música sigue cautivando a millones.
Según Berg, su influencia actual supera incluso la de iconos como Bob Dylan en términos de seguidores en redes sociales.
El documental no solo celebra su virtuosismo como guitarrista y cantante, sino que también subraya su autenticidad en un mundo que se volvía cada vez más digital.
“Una de las grandes cosas sobre Jeff Buckley es que lo descubres cuando estás destinado a descubrirlo”, afirmó la directora.
It’s Never Over, Jeff Buckley es un tributo a un artista cuya vida terminó demasiado pronto, pero cuya obra sigue dejando huella.
El documental de Amy Berg no solo ofrece una mirada íntima al hombre detrás de la música, sino que también reafirma el lugar de Jeff Buckley como una figura esencial en la historia de la cultura pop.
A través de esta obra, su voz y su legado permanecen, demostrando que, para algunos talentos, nunca es realmente el final.