En el vasto universo cinematográfico, las historias de amor encontraron diversas maneras de manifestarse, desde los clásicos de Hollywood hasta interpretaciones más modernas y experimentales.
En este contexto, el director Scott Derrickson, reconocido por su trabajo en películas como Doctor Strange y diversas obras de terror (Sinister, The Black Phone), se adentra en un nuevo territorio con The Gorge, una propuesta romántica tan atípica como cautivadora, informa Empire.
Un romance en el abismo
Lejos de las convenciones habituales del género, The Gorge narra la historia de dos francotiradores, Drasa (Anya Taylor-Joy) y Levi (Miles Teller), encargados de proteger un barranco plagado de amenazas misteriosas.
Mientras vigilan y enfrentan los peligros del entorno, los protagonistas encuentran en su conexión personal un refugio inesperado.
Aunque su relación comienza con un coqueteo distante, su vínculo se transforma en un romance que trasciende el peligro y el aislamiento que los rodea.
Para Derrickson, esta película representa su aproximación más cercana al amor en el cine.
Sin embargo, en su estilo característico, no se trata de una historia romántica convencional. Los elementos de acción y la tensión inherente a los personajes enriquecen la narrativa, ofreciendo una versión moderna y peculiar de las emociones humanas en circunstancias extremas.
La inspiración detrás de la cámara
La conexión emocional que Derrickson experimentaba al recibir el guion de The Gorge, escrito por Zach Dean, fue crucial para aceptar el proyecto.
“No puedo hacer una película si no tengo una conexión personal con el material en ese momento de mi vida”, explica el director en su entrevista con Empire.
Justo había contraído matrimonio por segunda vez, lo que reavivó en él el sentimiento de enamorarse nuevamente.
Esta vivencia, combinada con su admiración por los grandes clásicos románticos como Casablanca y The Philadelphia Story, marcó el tono íntimo y nostálgico de la película.
Un romance en detalle: creatividad y originalidad
La relación entre Drasa y Levi se desarrolla con un estilo narrativo fresco y visualmente innovador. En su aislamiento, los personajes encuentran formas creativas de comunicarse y entretenerse, como jugar al ajedrez usando binoculares desde sus respectivas posiciones.
Además, construyen baterías improvisadas en sus torres, mostrando cómo la interacción humana puede florecer incluso en los entornos más desafiantes.
Un detalle que resalta en la película es la inclusión de una secuencia de baile, ambientada con la música de los Yeah Yeah Yeahs.
Aunque esta escena no estaba en el guion original, Derrickson decidió integrarla para capturar un momento de culminación en el romance entre Drasa y Levi.
Según explicó, “no quería que esa conexión física terminara siendo una escena de sexo, sino algo más significativo”.
La química entre Taylor-Joy y Teller, quienes además tienen experiencia en proyectos relacionados con el ajedrez (The Queen’s Gambit) y la percusión (Whiplash), respectivamente, otorga autenticidad a sus interacciones, aunque Derrickson asegura que estos paralelismos fueron una coincidencia fortuita.
Más allá del guion
El director dejó claro que su compromiso con el proyecto trasciende las palabras del guion. Para Derrickson, The Gorge no es solo una historia de amor...
Es una exploración de cómo las emociones humanas más profundas pueden manifestarse incluso en medio del peligro y la incertidumbre. Con un elenco de talento probado y una narrativa única, la película promete destacar como un hito en la filmografía del director.
En un género saturado de fórmulas predecibles, The Gorge se presenta como una alternativa fresca y atrevida, tanto para los amantes del romance como para quienes buscan algo más que la típica historia de amor.
Derrickson, al igual que sus protagonistas, parece haber encontrado en este proyecto un abismo que explorar y conquistar, redefiniendo las posibilidades del amor en el cine.