La miniserie American Primeval de Netflix revive con crudeza el sombrío episodio de la masacre de Mountain Meadows, ocurrido en Utah en 1857. Aquel violento enfrentamiento que dejó 120 muertos, es presentado en la ficción como un ejemplo del caos y la brutalidad del oeste estadounidense. Sin embargo, el trasfondo histórico de este hecho es todavía más perturbador.
El episodio fue el resultado de años de tensiones entre los pioneros mormones y el gobierno de Estados Unidos, una relación marcada por el mutuo recelo, los prejuicios religiosos y los conflictos territoriales. El portal de National Geographic publicó un artículo con la participación de historiadores sobre un evento que perteneció a la Guerra de Utah, descrita como la primera guerra civil del país.
Búsqueda de refugio religioso y nacimiento del conflicto
Los pioneros mormones, liderados por la “Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, llegaron al territorio de Utah en 1847 con el sueño de encontrar un espacio donde practicar su fe sin persecuciones. Tras el asesinato de Joseph Smith -fundador de la religión- en 1844, Brigham Young asumió el liderazgo y condujo a los miembros de la iglesia hacia el oeste. El grupo que había sido acosado durante años por la hostilidad en Nueva York, Misuri e Illinois, encontró en Utah un terreno inhóspito, pero que les ofrecía la posibilidad de construir una sociedad apartada.
El sueño de independencia mormona llevó a la propuesta del Estado de Deseret, un intento por establecer un gobierno autónomo en el recién adquirido territorio estadounidense. Pero el gobierno federal rechazó esta iniciativa y creó en su lugar el territorio de Utah, nombrando a Young como gobernador. Este compromiso, aunque prometedor en apariencia, pronto dio paso a una profunda desconfianza entre ambas partes.
Factores de tensión en Utah
Durante la década de 1850, Utah enfrentó desafíos significativos que agravaron las relaciones entre los mormones y las autoridades federales. La falta de infraestructura, los conflictos entre colonos blancos y las comunidades nativas americanas, y las diferencias religiosas crearon un ambiente cargado de tensiones. La controversia se intensificó cuando la iglesia declaró públicamente su apoyo a la poligamia, un tema que escandalizó a la sociedad estadounidense de la época y alimentó el rechazo hacia los mormones.
El carismático y autoritario liderazgo de Young también fue un elemento divisorio. Su firme control sobre la comunidad y su desconfianza hacia el gobierno federal alimentaron la percepción de que los mormones no aceptaban la autoridad nacional. Estas circunstancias sentaron las bases para una serie de enfrentamientos que culminarían en los trágicos eventos de 1857.
Escalada hacia la “Guerra de Utah”
Las tensiones acumuladas para 1857 entre los mormones y el gobierno federal llegaron a un punto crítico. El presidente James Buchanan, alarmado por las noticias sobre el carácter teocrático del territorio de Utah y las prácticas religiosas mormonas, declaró la región en “rebeldía”. La decisión implicaba el despliegue de una expedición militar destinada a destituir a Brigham Young como gobernador y reafirmar el control federal sobre el territorio.
La llegada de esta amenaza fue interpretada por los mormones como un nuevo acto de persecución. En respuesta, Young declaró la ley marcial, ordenó restringir el comercio con los viajeros que cruzaban Utah y movilizó a la milicia territorial. La comunidad mormona, ya recelosa por los ataques sufridos en el pasado, se preparó para una confrontación directa.
La masacre de Mountain Meadows: una tragedia en el lejano oeste
En septiembre de 1857, mientras la tensión alcanzaba su punto más alto, un grupo de emigrantes conocido como la caravana Baker-Fancher llegó a Utah en su camino hacia California. Compuesto mayoritariamente por metodistas de Arkansas, se enfrentó a una comunidad mormona en estado de paranoia. Las disputas por suministros y las burlas hacia las creencias mormonas intensificaron los roces entre los emigrantes y los colonos locales.
Líderes locales como John D. Lee, miembro de la milicia mormona, e Isaac Haight, alcalde de Cedar City, decidieron tomar medidas drásticas. Según los registros históricos, ambos conspiraron para atacar a la caravana y, con el objetivo de encubrir la participación mormona, involucraron a miembros de la tribu Paiute para que el ataque pareciera un asalto indígena.
El 11 de septiembre de 1857, tras un sitio de cuatro días, los milicianos ofrecieron a los emigrantes paso seguro a cambio de que entregaran sus armas. Aunque lo que parecía una tregua fue una trampa. Los emigrantes fueron emboscados y asesinados; solo sobrevivieron los niños más pequeños, quienes posteriormente fueron adoptados por familias locales.
En este acontecimiento, unas 120 personas fueron asesinadas, en lo que se considera una de las peores matanzas del oeste estadounidense. Aunque los responsables intentaron encubrir el crimen, la magnitud del suceso lo hizo imposible.
Décadas después, John D. Lee fue el único en ser juzgado y ejecutado por su participación, aunque culpó al liderazgo mormón, insinuando que Brigham Young aprobaba su acción.