El documental británico Marilyn Manson: Desenmascarado -transmitido en Gran Bretaña por Channel 4- termina convirtiéndose en una pieza clave para entender las múltiples acusaciones de abuso que pesan sobre el artista estadounidense, nacido como Brian Warner.
Con testimonios crudos y desgarradores de sus presuntas víctimas y antiguos colaboradores, la serie de tres episodios enfrenta directamente las complejidades que permitieron que Warner, bajo su personaje artístico, burlara el escrutinio por décadas.
Según The Independent, “el documental señala hábilmente los sistemas que permiten que figuras como Warner pasen décadas sin control”.
En 2021, la actriz Evan Rachel Wood, conocida por su papel en la serie Westworld, dio un paso adelante con acusaciones de abuso físico, psicológico y sexual en contra de Manson, quien fue su pareja durante tres años.
Wood recuerda haber conocido al músico cuando tenía tan solo dieciocho años, describiendo cómo, al principio, lo veía como un hombre “mucho mayor y bien establecido”.
En el segundo episodio del documental, la actriz relata su primera impresión de Manson en una fiesta en el Chateau Marmont:
“Este gran hombre pálido y oscuro se me acercó y me dijo que admiraba mi trabajo en la película Thirteen“.
Más adelante, narra que su relación se volvió tóxica, culminando en episodios traumáticos como su participación en el video musical Heart-Shaped Glasses, cuyo rodaje, según ella, fue una experiencia extremadamente perturbadora. The Independent asegura que los detalles expuestos sobre su relación son “horripilantes”.
El documental recoge también la voz de otros seguidores y antiguos fanáticos de Manson que relatan cómo el músico generó un vínculo casi sectario con sus admiradores.
Jennifer Pavao, una seguidora que descubrió a Manson durante su adolescencia, cuenta que inicialmente quedó fascinada: “Era muy carismático y eso me atrajo”.
Pavao, entrevistada en el primer episodio, revela cómo ella y sus amigas formaron parte de un grupo conocido como Las loncheras (llevaban loncheras al estilo infantil), emulando a la banda Marilyn Manson & The Spooky Kids.
Sin embargo, también comparte momentos inquietantes, señalando que en una ocasión, Manson firmó su lonchera con un mensaje inapropiado:
“Para Jen...”, (y todo lo que sigue es irreproducible por hiriente y misógino). Aunque en el momento no comprendió la gravedad del comentario, Jen reflexiona hoy: “Se perdió por completo”, superando incluso a los más obscenos.
Otro tema central de la serie documental es cómo la industria y los medios contribuyeron a proteger la figura pública de Manson, permitiéndole actuar sin consecuencias.
Jason Newman, editor de Rolling Stone, observa que “las líneas entre el hedonismo aceptable y la conducta criminal en la música siempre han sido extremadamente borrosas”.
Según Newman, esta percepción permisiva dificultó identificar y cuestionar sus acciones. El tercer episodio del documental aborda la complicidad de múltiples estructuras alrededor de Manson.
Fans devotos que defendían ciegamente al cantante, un equipo de trabajo que se mantenía en silencio debido a factores económicos y una prensa que, emocionada por sus provocativas actuaciones, minimizaba el impacto de sus afirmaciones y acciones.
En palabras de Rolling Stone, muchas de sus declaraciones comprometedoras sobre el trato a mujeres fueron desestimadas como “comportamiento típico de una estrella de rock”.
El reportaje audiovisual también pone de relieve el escarnio público que enfrentan las mujeres que denuncian estas conductas, especialmente en espacios digitales.
En el tercer episodio, se analiza de qué forma muchas acusadoras son bombardeadas con ataques en línea por parte de fanáticos leales, aspecto que las intimida para hablar públicamente.
La actriz Evan Rachel Wood afirma en la serie que una de las víctimas de Manson decidió retractarse de su testimonio tras observar el nivel de abuso que recibió Amber Heard durante el mediático juicio por difamación entre Heard y Johnny Depp en 2022.
Este paralelismo refleja un patrón recurrente: culpar a las víctimas y cuestionar por qué no se pronunciaron antes.
Marilyn Manson: Desenmascarado no solo revisita el historial del músico, sino también el entramado cultural e institucional que permitió su aparente impunidad durante años.
Al final, como concluye The Independent, “quizás, después de este documental, la próxima vez que una estrella de rock nos diga que es un monstruo... le creamos”.