Robbie Williams: “Me definiría como un ‘animator’, un animador puro”

Con la llega del nuevo año, el público conocerá Better Man, el filme biográfico del polémico y carismático cantante británico. En un mano a mano con Vanity Fair, habla de su ascenso y caída en la industria musical, sus adicciones y la lucha por comprenderse a sí mismo

Guardar
Tráiler de "Better Man", el biopic de Robbie Williams

Desde el 1° de enero, Robbie Williams presentará al mundo Better Man, su película biográfica dirigida por Michael Gracey. El cantante, a pesar de los años y los cambios, conserva su actitud irreverente y su energía juvenil intactas.

Williams sigue siendo ese hombre que hizo de la ironía y la vulnerabilidad su sello personal desde los días en que se convirtió en ídolo de los 90 y mucho más allá, comienza definiéndolo la Vanity Fair italiana... Su capacidad para mantener su magnetismo sobre el escenario, sin perder un ápice de su esencia, es un testimonio de la solidez de su identidad como artista.

En la entrevista Williams lo dice breve y claro: “Me definiría como un animator, algo así como un animador puro”, sugiriendo que lo lleva en la sangre, algo más allá de un simple trabajo en el escenario. Let Me Entertain You, una de sus canciones más icónicas, no es solo una frase pegajosa, sino una declaración de intenciones: él vive para entretener, para ser el centro del espectáculo.

La vulnerabilidad, que ha mostrado abiertamente a lo largo de su carrera, sigue siendo su carta más poderosa, y en esta nueva etapa, la ironía es su forma de estar presente ante el público, incluso cuando ya atravesó diversas etapas de su vida personal y profesional.

El cantante británico en la
El cantante británico en la tapa de la reciente edición italiana de Vanity Fair (@VANITY FAIR)

Este enfoque, a mitad de camino entre el bufón y el artista, muestra a un Williams que no solo se convirtió en un referente de la música pop, sino también en un eterno showman que nunca dejará de sorprender.

El viaje de Williams en “Better Man”

Williams destaca por hacer de
Williams destaca por hacer de la ironía y la vulnerabilidad su sello distintivo (REUTERS)

La película narra la trayectoria del artista desde su meteórico ascenso al estrellato hasta las oscuras caídas que marcaron su vida, tanto personal como profesional. A través de sus altibajos, ilustra no solo su deslumbrante éxito con su grupo inicial, Take That, sino también las luchas internas que definieron su carrera solista.

En el proceso, Williams se enfrenta a las sombras de su infancia, con la pérdida de un padre ausente y el amor incondicional de su abuela, cuyas figuras son representadas como claves en su búsqueda de identidad y amor.

La historia profundiza en su relación con la fama, los excesos, la depresión y las adicciones, temas recurrentes que lo llevaron a cuestionar su propia existencia en varias ocasiones. Sin embargo, también muestra los momentos de renacimiento, tomando decisiones cruciales para seguir adelante.

Uno de los aspectos más impactantes de Better Man es la representación de la ambivalencia de Williams con el escenario y la fama. La película no escatima en mostrar sus momentos más oscuros: la lucha por equilibrar su carrera con las relaciones personales, como las que mantuvo con figuras como Nicole Appleton de All Saints.

La película no solo se enfoca en su éxito y las multitudes que lo veneraban, sino también en los momentos de aislamiento y soledad que sentía al estar en el ojo público. Estos temas universales del amor, la dependencia emocional, las luchas internas y las adicciones están expuestos de una forma cruda, reflejando el complejo viaje del artista hacia la autorreflexión y la sanación.

Sin embargo, la verdadera sorpresa de la película es la introducción de un personaje singular: un mono antropomorfo, creado mediante efectos especiales y la actuación de Jonno Davies, que acompaña a Williams durante toda la película.

Este mono, lejos de ser un simple recurso visual, representa al cantante en su propia visión de sí mismo. Se ve a sí mismo como un “mono de circo”, un bufón moderno destinado a hacer reír y entretener al público, sin importar el costo personal.

El animal simboliza su lucha interna, esa sensación de estar atrapado en un papel que, aunque lo satisface profesionalmente, lo limita emocionalmente. Es una figura que subraya su necesidad constante de aprobación y su vulnerabilidad como ser humano, algo que siempre compartió con su audiencia, sin miedo a mostrar sus debilidades.

Este recurso, al mismo tiempo que cómico, se convierte en una metáfora profunda de la identidad del cantante, un hombre que siempre ha vivido entre la luz y la sombra, enfrentando las consecuencias de su éxito y su necesidad de pertenecer.

El mono simboliza la visión
El mono simboliza la visión que el cantante tiene de sí mismo como un “mono de circo” (Paramount Pictures)

Williams desmantela su propia leyenda

Para el cantante, contar su historia en Better Man tiene una simple respuesta: “Para personas como yo, este es uno de los instrumentos para prolongar la carrera. Pero hay algo más. En mi vida cotidiana, trato de entenderme a mí mismo, de explicarme a mí mismo. Así que es natural tratar de explicarte también al mundo, especialmente cuando eres malentendido”.

A lo largo de los años, fue percibido bajo diferentes luces: el niño travieso de Take That, el rebelde del pop y, en ocasiones, el villano de su propia narrativa. A través de esta película, busca desmantelar esas percepciones y ofrecer una visión más honesta de sí mismo.

En cuanto a su salida de Take That, Williams se muestra rotundamente en desacuerdo con la narrativa popular que le asignó el papel de “destructor” de la banda. En Better Man, refuta la idea de que fuera él quien decidió abandonar, señalando que, en realidad, fue acompañado hasta la puerta por sus compañeros.

“Toda la parte sobre Take That podría ser una película por sí sola. No hay verdaderos villanos en la banda. Éramos solo chicos que trataban de entender quiénes eran, inmersos en un ambiente tóxico y extremo. Alguien me dijo que en Italia se pensaba que quería convertirme en el cantante principal de la banda”, comenta.

En cuanto a las tensiones con Gary Barlow, Williams ironiza sobre la representación de su compañero de banda como un personaje “más malo” que él en la película, algo que, según él, es completamente falso. Reconoce que Barlow era quien escribía la mayoría de las canciones, lo que naturalmente le otorgaba un mayor poder económico dentro de la banda, lo que generaba tensiones entre ellos.

A pesar de la envidia que sentía al ver a Barlow vivir en una villa mientras él seguía en el barrio, Williams ahora lo ve con una perspectiva más pragmática y madura, entendiendo cómo funcionaban las dinámicas de grupo en una banda tan exitosa. Sin embargo, para el cantante, el verdadero “villano” en la historia de Take That fue su manager, Nigel Martin-Smith.

El cantante lo critica por no haber sabido gestionar adecuadamente los problemas emocionales y de salud mental que enfrentaban los miembros de la banda, dejándolos expuestos y sin apoyo. Sostiene que, en lugar de ser un guía, el manager fue una figura tóxica en la vida de los chicos, especialmente en momentos en los que la fama y el estrés comenzaban a cobrar un alto precio emocional.

El riesgo como motor

El riesgo ha sido una constante en la vida de Williams, una característica fundamental que define tanto su carrera como su personalidad. El cantante no duda en reconocer que muchas de las decisiones que tomó a lo largo de los años fueron arriesgadas, algunas de las cuales casi lo destruyen, pero otras le permitieron alcanzar el éxito.

Dice Williams: “Casarme con mi esposa (Ayda Field) fue la apuesta más grande de mi vida. Casarme era más o menos un intento de abrazar un estilo de vida monógamo. Y también sabía que podría perder la mitad de todo lo que había ganado. Por eso, en términos concretos, esa fue la apuesta más grande”.

A pesar de estos riesgos, ve en su matrimonio con una de las más exitosas de su vida, comparable en importancia con sus trabajos musicales y su imagen mediática. En sus reflexiones, el cantante recuerda cómo todas las decisiones que tomó, desde sus discos hasta sus arriesgadas intervenciones en los medios, eran apuestas de las que no tenía garantía de éxito. Así y todo, la mayoría de ellas resultaron ser triunfos, lo que refuerza la idea de que, para él, los sueños solo se logran cuando se tiene el coraje de arriesgarse.

Williams y Field se casaron
Williams y Field se casaron el 7 de agosto de 2010 (NPA)

La larga lucha de la salud mental en la música

En los años 90, cuando Williams alcanzaba la cima de su fama con la banda y luego con su exitosa carrera en solitario, la industria musical no estaba preparada para abordar temas de salud mental. El cantante reflexiona sobre cómo, en ese entonces, el tema no era una prioridad ni se discutía abiertamente dentro del entorno del entretenimiento. En una industria dominada por el éxito y la imagen pública, las presiones emocionales y psicológicas de ser una estrella del pop eran ignoradas o minimizadas. Las adicciones, la depresión y la ansiedad eran problemas comunes entre los músicos, pero no había espacios ni recursos para tratar estos temas de manera seria.

Hoy en día, las cosas cambiaron, aunque Williams sigue siendo escéptico sobre si realmente se hizo lo suficiente. Si bien en lugares como el Reino Unido y Estados Unidos existe ahora una mayor conciencia sobre la importancia de la salud mental, y se logró reducir el estigma de hablar abiertamente sobre los problemas emocionales, no está tan seguro de que la industria haya adoptado medidas suficientes para proteger a los artistas.

Si bien ahora los músicos y celebridades pueden decir “no me siento bien mentalmente” sin temor a ser ridiculizados, la presión sigue siendo una constante en la vida de los artistas, y los jóvenes talentos, a menudo, siguen siendo vulnerables al agotamiento y los trastornos emocionales.

Cuidado familiar

La relación de Williams con su padre experimentó una transformación significativa a lo largo de los años, especialmente a medida que maduró y se convirtió él mismo en padre. El cantante refleja cómo, en su juventud, la relación con su progenitor fue complicada, marcada por la ausencia y la falta de conexión emocional. Sin embargo, con el paso del tiempo, y tras asumir las responsabilidades de la paternidad, llegó a comprender mejor a su padre y logró perdonarlo por sus ausencias.

“Hoy mi padre es un gran amigo mío. Lo quiero mucho”, dice. Esta cercanía le permitió desarrollar una perspectiva más comprensiva sobre su infancia y las dinámicas familiares. Sin embargo, las dificultades familiares no se limitan a su relación con su padre.

Actualmente, su progenitor padece Parkinson y su madre sufre de demencia, lo que obligó a Williams a enfrentarse a los complejos desafíos que conlleva el cuidado de los seres queridos en situaciones de enfermedad. Aunque el cantante reconoce que estuvo demasiado ocupado con su carrera como para hacer frente a estos problemas de la manera que quisiera, esta etapa de la vida lo llevó a reflexionar profundamente sobre las responsabilidades que implica ser hijo y, ahora, también padre.

Comparte cómo este proceso lo hizo más consciente de la fragilidad humana y de las emociones complejas que surgen cuando uno se ve en la obligación de cuidar a los suyos.

El verdadero éxito

A pesar de haber sido una estrella global y haber conquistado escenarios en todo el mundo, Williams no considera que alcanzar el éxito en América sea crucial para su bienestar personal.

La actitud irreverente y energía
La actitud irreverente y energía juvenil de Williams permanecen intactas (REUTERS)

Viví allí en el anonimato durante 24 años, y estoy agradecido a América y a todo lo que me dio, incluida una esposa y cuatro hijos. Creo que convertirme en una estrella allí sería un bonito logro para añadir a la lista. Si sucede, será fantástico. Si no sucede, también está bien. No es algo esencial para mi bienestar interior”, señala.

Hoy, a sus 50 años, se siente más maduro y consciente de su lugar en el mundo. Lejos de la presión constante por mantener la fama, llegó a una conclusión profunda: su legado ya no está definido por su éxito en las listas de éxitos ni por la cantidad de discos vendidos, sino por la persona que llegó a ser.

Guardar