La soja registró una nueva suba que la ubicó en USD 425,23 por tonelada, el valor más alto en casi un año y medio. En efecto, el grano cerró con un alza diaria de 2,93% o 12,13 dólares y se posicionó en los mismos niveles a los que había llegado a mediados de 2024.
El impulso se atribuye a declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump sobre posibles compras de China a Estados Unidos, aunque el mercado sigue atento a la abundante oferta global y la posición de las autoridades chinas. No obstante, analistas advierten sobre los desafíos para la cotización en un contexto internacional marcado por la estabilidad de precios proyectada para los próximos años y una demanda que permanece sostenida, mientras crecen los riesgos de un excedente de oferta.
“La soja sube 2,5% hoy, anotando una suba en lo que va del mes de 3,4% y 11% en lo que va del año. Se encuentra en niveles de julio de 2024″, expresó Salvador Vitelli, el jefe de Research de la consultora Romano Group cuando promediaba la jornada.
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) expresaron que la oleaginosa experimentó “explosivas subas, finalizando 4% por encima del precio de ajuste del viernes y constituye un máximo desde junio de 2024″. “El hecho que explica la vertiginosa escalada son las declaraciones de Trump asegurando que China anotará compras de cargamentos estadounidenses”, explicaron.

Al mismo tiempo, la entidad rosarina sostuvo que el gigante asiático dispone de grandes stocks de oferta de poroto ya que se encuentra bien abastecido por las fuertes importaciones desde Brasil. “Este hecho, sumado a la falta de declaraciones de autoridades chinas sobre el asunto, pone en duda las perspectivas de mayores compras de oleaginosa estadounidense en el futuro, aunque no fue suficiente para poner un freno al dinamismo de la cotización del futuro”, analizaron.
En paralelo, el Banco Mundial estimó que en 2025 el índice de precios de los alimentos, que abarca cereales, harinas, aceites y otros rubros, bajará un 6%. Posteriormente, previó que los valores se mantendrán estables y no habrá cambios de importancia en 2026 y 2027.
“El sector agrícola presenta un panorama complejo, caracterizado por una oferta robusta que presiona los precios a la baja, mientras los costos de los insumos clave muestran una tendencia alcista, generando una compresión de márgenes”, señaló la BCR sobre esta dinámica.
En el caso de la soja, se proyecta una disminución de precios del 12% en 2025 y leves subas de 1% en 2026 y 2% en 2027. Este comportamiento se asocia a la previsión de una baja de aproximadamente 1% en la superficie sembrada para la campaña 2025/26, aun en un escenario de consumo global que marcaría un récord.
En el mercado de aceites vegetales, el pronóstico es mayormente de alzas. El aceite de soja aparece con una suba estimada de 13% para 2025 y de 1,5% en 2026, empujada por una demanda que superaría la oferta proyectada para la campaña 2025/26.
El aceite de palma, en tanto, muestra posibilidades de incrementos del 6% para 2025 y del 3% para 2026, más una mejora adicional de menor magnitud en 2027.
Esta tendencia estaría influida por una menor aceleración en el crecimiento de la oferta —por debajo del promedio 2015-2024— y una demanda sostenida, ya que sigue siendo competitivo frente a otros aceites. La excepción sería el aceite de soja en 2027, cuando una mayor producción de aceite de girasol disminuiría la presión para su reemplazo.
En relación a la harina de soja, las proyecciones apuntan a una caída del 21% en 2025 y una baja adicional de 4% en 2026, en gran parte por la suba en la producción de aceite de soja. En 2027 se espera una mejora leve, en el orden del 2%.
“La coyuntura actual encuentra al principal producto de exportación del país con valores FOB relativamente bajos y llegando a operar a precios mínimos de más de 15 años durante parte de la campaña actual 2024/25″, destacó la BCR.

En este contexto, el consultor Javier Preciado Patiño indicó que el mercado internacional de soja está abundantemente abastecido. Brasil se prepara para una cosecha superior a la previa y, entre Brasil y Argentina, se produce el doble que en Estados Unidos.
Además, el consumo de China permanece estable, aunque el país sigue siendo responsable de dos tercios de las importaciones globales de soja. Por este motivo, “en principio no hay grandes expectativas de mejoras en los precios, salvo que ocurra alguna debacle climática en Sudamérica durante enero o febrero”, dijo el especialista.
Preciado Patiño añade un segundo aspecto: si Estados Unidos y Brasil promueven el uso de aceite de soja para biodiésel o diésel renovable, ambos países generarán más harina de soja. Este incremento en la oferta podría exceder la demanda, lo que volvería probable la continuidad de precios deprimidos.
“Las exportaciones podrían mantenerse en niveles similares a los de este año. La industria aceitera argentina está preparada para competir tanto con precios altos como bajos, por lo que las diferencias no serían relevantes”, concluyó.
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