
En medio de la tensión comercial global y mayor demanda a causa de la creciente incertidumbre, los precios de los alimentos a nivel global aumentaron en abril 1%, a un nivel 7,6% superior al del mismo mes de 2024.
En Argentina, exportador neto y uno de los principales productores de alimentos, la suba se habría desacelerado respecto a marzo pero aún la inflación en el rubro se mantiene alta.
En el plano internacional, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se registró un leve aumento respecto del mes anterior, impulsado por subas en los valores de los cereales, los productos lácteos y las carnes, mientras que los precios del azúcar y los aceites vegetales mostraron caídas.
Un dato a destacar es que pese al avance del índice general el mes pasado, todavía se mantiene 31,9 puntos por debajo del máximo alcanzado en marzo de 2022.
Al interior, el índice de precios de los cereales de la FAO se situó 1,3 puntos por encima de marzo, pero 0,6 puntos por debajo del nivel registrado un año antes.

“El aumento mensual obedeció al alza de los precios de todos los cereales principales. Los precios mundiales del trigo subieron ligeramente, sostenidos por la mayor escasez de los suministros exportables en la Federación de Rusia, el ritmo sostenido de las exportaciones de algunos de los principales países exportadores y las fluctuaciones cambiarias vinculadas al debilitamiento del dólar de EE.UU, en particular frente al euro. Sin embargo, la evolución de las políticas comerciales y la incertidumbre macroeconómica limitaron la subida”, explica el informe.
Al grano
Los precios internacionales del maíz también aumentaron, en gran medida como consecuencia de la reducción estacional de las reservas en los EE.UU. y las fluctuaciones cambiarias.
“Los ajustes introducidos a las políticas arancelarias de importación en los EE.UU. —incluida la exención de México, el principal importador de maíz estadounidense, y la pausa de 90 días en los aranceles de importación superiores al 10 % de varios otros asociados comerciales— contribuyeron aún más a la presión al alza en los precios", sostuvo la FAO.
En cuanto a otros cereales secundarios, los precios mundiales del sorgo y la cebada también aumentaron.
En tanto, el índice de precios de los aceites vegetales se redujo en abril un 2,3%, aunque se mantuvo un 20,7% por encima del nivel de hace un año.
El descenso se debió principalmente a la baja de los precios del aceite de palma, que compensó bastante el incremento de las cotizaciones de los aceites de soja y colza, mientras que los precios mundiales del aceite de girasol se mantuvieron prácticamente estables.

“Los precios mundiales de los aceites de soja y colza siguieron aumentando, como consecuencia, respectivamente, de la persistente firmeza de la demanda mundial de importaciones y la mayor escasez de suministros a medida que se acerca el final de la campaña de 2024/25″, señaló el informe.
Por su parte, los precios internacionales del aceite de girasol fluctuaron dentro de un estrecho margen durante abril, pero se mantuvieron muy por encima de los niveles de hace un año, en un contexto de reducción de la oferta procedente de la región del Mar Negro.
Efecto favorable
El avance de estos productos favorece a la Argentina ya que es el cuarto productor mundial de aceite de girasol y primer exportador del aceite de soja, según el último informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA).
Por su parte, los precios de la carne aumentaron 3,2% y 4,3% en relación a un año atrás.
Las cotizaciones internacionales de la carne subieron en todas las categorías, siendo los precios de la carne de cerdo los que registraron el aumento más significativo.
Esta última suba obedeció al aumento de las cotizaciones en la Unión Europea, debido a una mayor demanda mundial de importaciones, después de que se restableciera la condición de zona libre de la enfermedad de fiebre aftosa en Alemania y los países importadores levantaran las restricciones conexas, lo que se vio reforzado además por el aumento de la demanda estacional asociado a Semana Santa.
Los precios de la carne bovina también subieron, sobre todo en Australia y el Brasil, ante la constante demanda de importaciones y las limitadas disponibilidades a nivel mundial.
Asimismo, los precios de la carne de ovino registraron un aumento repentino, a raíz del fuerte interés de compra en los principales mercados.

Por su parte, los precios de la carne de aves de corral experimentaron un moderado aumento, especialmente en el Brasil, donde la solidez de la demanda externa y la ralentización de los procesos de elaboración relacionada con las festividades dieron lugar a una mayor escasez de los suministros exportables y añadieron una presión alcista sobre los precios.
En Argentina, se registró una fuerte aceleración en las carnes durante febrero y marzo, a la vez que el mes pasado, según la consultora LCG, avanzaron 5,4%, lo que pondrá presión sobre la división de Alimentos y Bebidas del Indice de Precios al Consumidor, dado el peso que tiene en la ponderación. Entre los factores que motivaron el alza se encuentran una menor faena y subas preventivas por la salida del cepo.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO alcanzó 152,1 puntos, con una suba mensual del 2,4% y un alza interanual del 22,9%. Los precios de la mantequilla marcaron un récord histórico, con un incremento del 2,9%, impulsados por la menor disponibilidad en Europa y la alta demanda de grasa láctea.
También, subieron los precios de las leches en polvo —1,6% la desnatada y 2,9% la entera— debido a la firme demanda interna y el traslado del interés exportador hacia Oceanía, donde la producción cayó. El queso registró un aumento del 2,3% por la escasez de oferta en Oceanía y una sólida demanda externa.
El índice de precios del azúcar cayó un 3,5%, lo que representa el segundo descenso mensual consecutivo y ubica el índice un 10,9% por debajo de su nivel de abril de 2024.
“La caída de los precios mundiales del azúcar obedeció en gran medida a la preocupación por la incertidumbre de las perspectivas económicas mundiales y sus posibles efectos en la demanda de los sectores de elaboración de bebidas y alimentos, que representan la mayor parte del consumo mundial de azúcar”, indicó la FAO.
“El hecho de que la producción de azúcar en el Brasil fuera mayor de lo previsto en la segunda quincena de marzo acentuó la presión a la baja. Además, la depreciación del real brasileño frente al dólar de los EE.UU y la bajada de los precios del crudo contribuyeron al descenso de los precios mundiales del azúcar”, añadió.
Inflación en alimentos en Argentina
En marzo el rubro Alimentos y bebidas presentó una suba del 5,9%, siendo el de mayor incidencia en el IPC. El impulso provino principalmente de los incrementos en verduras, tubérculos y legumbres y en carnes y derivados.
Para abril, las estimaciones privadas son algo menores pero todavía elevadas. Según C&T Asesores Económicos, el conjunto de alimentos y bebidas saltó 2,2% en el mes.
Por su parte, la consultora Orlando Ferreres y Asociados registró una inflación en el rubro de 3,6 por ciento.
No es menor destacar que, de acuerdo al relevamiento de LCG, los precios de los alimentos no aumentaron en la cuarta semana de abril y cayeron 0,4% en la quinta. Así, el promedio de las últimas 4 semanas retrocedió a 2,8%.
Las subas más importantes en la última semana del mes se dieron en panificados, cereales y pastas (3,2%); azúcar, miel, dulces y cacao (2,5%) y aceites (1,2%). Por el contrario, bajaron bebidas e infusiones para consumir en el hogar, productos lácteos y huevos, verduras, carnes y comidas listas para llevar.