
Juan Carlos Gimeno, atleta y entrenador de fitness, alcanzó una de las mayores hazañas de su carrera al ganar la Montane Lapland Arctic Ultra, una competencia de 500 kilómetros a través del Ártico, en condiciones extremas de hasta -30°C. En una entrevista con Men’s Health, Gimeno compartió cómo la soledad, el frío y la fatiga fueron los principales desafíos que lo impulsaron a superar sus propios límites físicos y mentales.
Tal y como detalló Gimeno, su preparación para esta carrera fue intensa, debido a que se consideraba el competidor más joven y novato en la competencia. Aseguró que sabía que debía prepararse como los mejores, por lo que llevó a cabo entrenamientos rigurosos como recorrer a pie los 100 km entre Calamocha y Zaragoza, o correr 87 km entre Calamocha y Teruel.
Para enfrentar las condiciones extremas de la competencia, incluyó ejercicios de fuerza en el gimnasio, buscando fortalecer piernas y espalda para poder cargar con el trineo durante la prueba con la mayor ligereza posible.

La soledad y el frío extremo
Según afirmó Gimeno en su relato para Men’s Health, los aspectos más difíciles de la carrera fueron la soledad y el frío que experimentó durante la prueba.
Tal como explicó, la oscuridad del Ártico y el aislamiento absoluto fueron los mayores retos, pero lo más gratificante para él fue la capacidad de superar esas adversidades. “El mayor reto fue la soledad y el frío. Pero lo más gratificante fue poder resurgir de las cenizas una y otra vez”, explicó Gimeno.
El papel fundamental de la nutrición y los sacrificios diarios
La nutrición desempeñó un papel esencial en el rendimiento de Gimeno, según destacó en la entrevista. Durante la carrera, el atleta consumió suplementos energéticos de Nutrisport, como barritas con cafeína, galletas y bebidas isotónicas para mantener su hidratación.
Además, comentó que su dieta se basó en liofilizados de alta densidad calórica, incluyendo avena, pasta con boloñesa y salmón con arroz, lo que le permitió mantenerse energizado durante las largas horas de la competencia.

Afrontando el dolor físico y mental
El dolor físico se convirtió en una constante durante la carrera, lo que Gimeno relató con gran detalle. En su conversación con Men’s Health, explicó que, a pesar de los momentos de dolor extremo, donde sus pies llegaron a estar inflamados y llenos de heridas, la fuerza de su mente le permitió seguir avanzando. “Hubo momentos en los que pensaba que tenía los dedos congelados, no los podía mover”, comentó.
Sin embargo, como dijo, la capacidad mental de resistir fue lo que le permitió continuar con la prueba. “Me di cuenta de lo que el ser humano es capaz de resistir”, agregó.
Rivalidad y momentos épicos
La rivalidad con Jan Rohrberg, su principal competidor, fue otro de los aspectos destacados de la carrera. Según compartió Gimeno a Men’s Health, ambos estuvieron muy igualados durante los primeros días de la competencia, pero fue su estrategia la que le permitió ganar.
“Mi constancia y astucia fueron claves para superar a Rohrberg”, explicó. Además, recordó un momento único cuando escuchó a los lobos en la segunda noche, lo que lo impulsó a correr más rápido que nunca.

Un final memorable y el poder de la mente
Un episodio que Gimeno describió como “épico” ocurrió cuando un grupo de personas en motos de nieve lo aplaudió en el kilómetro 410. Según relató, este gesto de apoyo le dio un renovado impulso para seguir adelante.
En su entrevista con Men’s Health, afirmó que pensar en sus seres queridos y en su pueblo natal, Calamocha, fue una fuente constante de motivación. “El pensar en los míos y en todo el sacrificio que he hecho para llegar hasta el Ártico me dio la energía para salir de abajo para arriba”, concluyó.