
“Definitivamente podría dedicarme al automovilismo”, afirmó Brooklyn Peltz-Beckham en diálogo con Esquire, mientras se preparaba para el evento de la Formula E Evo Sessions en Miami. El hijo mayor de David y Victoria Beckham, creció explorando constantemente diversas pasiones en su camino: la fotografía, la gastronomía, la moda y ahora el automovilismo.
A sus 26 años, se encuentra en una etapa de experimentación, dispuesto a probar nuevos desafíos sin temor a la crítica. “Siempre habrá haters. Me gusta porque me hacen trabajar más duro y no dejo que me afecte”, señaló con determinación. Durante su participación en la Fórmula E, Brooklyn disfrutó del desafío de conducir un monoplaza de última generación. Asociado con el equipo Jaguar TCS Racing, entrenó con el piloto profesional Mitch Evans, a quien ya considera un amigo.
“Siempre me gustaron los deportes de motor. Es algo que disfruté con mi papá y mis amigos toda la vida”, explicó. Además, lejos de la etiqueta de “celebridad sin rumbo”, Brooklyn tiene claro que la clave está en seguir explorando. “Está bien descubrir qué es lo que quieres hacer, siempre y cuando te atrevas a intentarlo”, aseguró con convicción.

La pasión de Brooklyn por el automovilismo
Si bien su apellido está directamente vinculado al fútbol, su interés por los autos creció con el tiempo. Es por ello que participar en la Fórmula E Evo Sessions junto a otros creadores de contenido, fue una experiencia transformadora para él.
Al volante de un GEN3 Evo race car, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 1.82 segundos, demostró una habilidad que sorprendió a muchos. Aunque el evento no se trató de una competencia oficial, sus tiempos en la pista fueron comparados con los de otras figuras públicas, incluyendo al exfutbolista argentino Sergio Agüero.
Su relación con el corredor Mitch Evans fue clave en su aprendizaje. Sobre su deseo por mejorar, indicó: “Estuve escuchando a los profesionales. Soy como una esponja”. No descarta seguir avanzando en el automovilismo de manera más seria. “Oh, definitivamente podría”, respondió sin dudar cuando le preguntaron si consideraría dedicarse a las carreras de manera profesional.
Estilo y moda: la influencia de su familia
Brooklyn no solo heredó la disciplina de su padre con el deporte, sino también un marcado interés por la moda, algo que comparte con su madre y sus hermanos. “Mis padres me influenciaron mucho en mi estilo”, admitió sobre sus preferencias para seleccionar los atuendos.

En la cotidianidad, suele optar por looks relajados, combinando jeans y camisetas con gorras de béisbol, muchas veces de su propia marca, Cloud 23. Su participación en el mundo del automovilismo despertó una nueva inquietud estilística.
Inspirado en el diseño retro de los uniformes de carreras, le entusiasma la idea de incorporar estos elementos en su vestimenta cotidiana. “Creo que podría hacer que la moda de la Fórmula E se vea bien en el día a día”, señaló. Además compartió que se siente alineado con el estilo de sus hermanos, y explicó: “Romeo es más llamativo, Cruz está explorando el estilo Britpop, y yo me mantengo en algo más clásico”.

Su relación con Nicola y la visión de vida
Si hay una constante en la vida de Brooklyn, es el papel fundamental que juega su esposa Nicola Peltz-Beckham. Desde que se conocieron, su relación fue objeto de atención mediática, pero para él, lo único que importa es la conexión que construyeron juntos.
“Lo más importante que alguien puede hacer es encontrar a su persona. Toda su vida cambiará”, destacó el hijo del exfutbolista. Para Brooklyn, el matrimonio fue una experiencia transformadora, una en la que encontró estabilidad y apoyo incondicional. “Mi esposa me respalda y yo a ella. No escuchamos a nadie más, solo hacemos lo nuestro”, planteó con seguridad.

La vida bajo los reflectores
Crecer como el hijo mayor de dos íconos globales no fue sencillo. Desde niño, Brooklyn estuvo rodeado de cámaras y aprendió a convivir con la constante atención de los medios. Sin embargo, a pesar de la presión que conlleva su apellido, no cambiaría nada de su infancia. “Tuve una infancia increíble. Fue una locura porque mi papá jugaba al fútbol y mi mamá era una Spice Girl. Tengo a los mejores padres del mundo y fue muy divertido”, recordó.
Aunque su vida estuvo marcada por la exposición pública, prefiere no darle demasiada importancia a los paparazzi que rodean su vida pública. A propósito de esto, bromeó: “Amo a los paparazzi. Son gente encantadora”.
Con una carrera en constante evolución, Brooklyn sigue explorando diferentes caminos sin miedo a reinventarse. Ya sea en la fotografía, la moda o el automovilismo, lo que más le interesa es disfrutar el proceso y descubrir nuevas pasiones. “Me gusta ser el primero en hacer algo interesante”, concluyó con confianza.