Lucas Pinheiro Braathen: además de estrella del esquí, modelo, Dj y showman

El talentoso esquiador describió en una entrevista con L’Equipe cómo los retos con la federación noruega moldearon su espíritu. Su retiro, cambio de bandera y regreso motivaron a nuevas aspiraciones

Guardar
Braathen asegura que su objetivo
Braathen asegura que su objetivo va más allá de ganar trofeos y busca inspirar a las personas a desafiar lo establecido (REUTERS)

“Sé creativo, sacúdeme”, exigió Lucas Pinheiro Braathen antes de comenzar su entrevista con L'Équipe.

El esquiador de 24 años, nacido en Noruega, pero ahora representante de Brasil, no es un atleta común. Es un showman dentro y fuera de las pistas, un deportista que desafía las normas del esquí alpino con su estilo audaz y su personalidad irreverente.

“Siento que estoy aquí con un objetivo que va mucho más allá de ganar trofeos o medallas. Quiero inspirar a la gente a ser ellos mismos, a desafiar lo establecido y a encontrar su propia voz” afirmó con seguridad.

Tras un retiro sorpresivo en octubre de 2023, motivado por conflictos con la Federación Noruega de Esquí, Braathen decidió regresar en marzo de 2024 con una nueva identidad: ahora compite por Brasil, el país de su madre.

“Muchos brasileños me dicen: ‘No tengo idea de cuál es tu deporte, pero te apoyaré hasta la luna’”, comentó entre risas. Su director general, Pedro Cavazzoni, lo ve como un “pionero del cambio”, capaz de hacer por el esquí lo que Gustavo Kuerten hizo por el tenis o Ayrton Senna por la Fórmula 1.

Su estilo extravagante, su amor por la moda y la música, y su lucha contra los estereotipos de género lo convirtieron en una figura disruptiva.

“Soy deportista y no me critican por cómo entreno, sino por cómo me visto en mi tiempo libre. Esto es intolerancia”, sentenció. Para él, el esquí es un lienzo en blanco, un espectáculo que necesita reinventarse.

Con un espíritu indomable y una determinación feroz, Lucas Pinheiro Braathen quiere revolucionar su deporte. “Quiero traer más rock’n’roll al esquí”, dijo, y no cabe duda de que lo está logrando.

Un esquiador fuera de lo común

Lucas Pinheiro Braathen desafía el
Lucas Pinheiro Braathen desafía el molde del esquí alpino con su amor por la moda, la música y la creatividad (REUTERS)

Desde el primer momento, Lucas Pinheiro Braathen dejó claro que no encajaba en el molde tradicional del esquí alpino. Su pasión por el deporte va de la mano con su amor por la moda, la música y la creatividad.

“Me encantan las siluetas femeninas, el estilo, los colores”, confesó, una declaración que generó tanto admiración como controversia en el mundo del deporte.

En la Semana de la Moda de Copenhague, sorprendió desfilando con el torso desnudo, chaqueta negra y pantalones rosas. Para él, la ropa es otra forma de expresión:

“Estoy trabajando en proyectos para ser una fuente creativa de inspiración y expresión en un grado nunca antes visto en un atleta”.

Criado entre Noruega y Brasil, Braathen combina dos culturas muy distintas. “Me siento mitad y mitad. Crecí con la energía del fútbol callejero en São Paulo y la disciplina del esquí en Oslo”, dijo.

Su padre, Björn Braathen, recuerda que desde niño “Lucas era muy aficionado al deporte, pero también le encantaba el espectáculo: le encantaba bailar, cantar aunque no fuera un buen cantante y, sobre todo, le encantaba entretener”. Esa esencia nunca lo abandonó.

En su piel lleva tatuado un jarrón roto reparado con polvo de oro, un guiño al kintsugi, la tradición japonesa que celebra la belleza en las imperfecciones. “Es un símbolo de resiliencia y renovación”, explicó.

Su ascenso en el esquí alpino

Desde que pisó la nieve por primera vez a los nueve años, Lucas Pinheiro Braathen supo que el esquí sería su vida. “Me fascinaba la velocidad de los esquiadores alpinos, esa sensación de control y adrenalina”, recordó.

Su formación en el prestigioso Baerums Skiklub en Noruega lo llevó a destacar rápidamente en el circuito juvenil, pero su ambición iba más allá de los resultados. “Siempre tuve esa visión de lo que podría ser diferente en nuestro deporte”, dijo.

En 2018, hizo su debut en la Copa del Mundo, y solo dos años después, logró su primera victoria en Sölden, convirtiéndose en el primer esquiador nacido después del 2000 en ganar una carrera del circuito.

Su ascenso fue vertiginoso: en 2023, se coronó campeón de la disciplina de eslalon, llevándose el Globo de Cristal. Pero Braathen impresionaba por su talento, y por su carisma.

“Se destaca del resto y brilla”, aseguró el director Sam Wrench, quien lo sigue para un futuro documental.

A diferencia de muchos esquiadores tradicionales, Braathen convirtió cada carrera en un espectáculo.

Después de hacer historia con su primer podio como representante de Brasil en Beaver Creek, celebró con unos pasos de samba en la meta y luego subió al podio con botas de vaquero. “Quiero que el esquí sea un show, que emocione tanto como otros deportes”, dijo con entusiasmo.

Su estilo explosivo y su actitud irreverente lo convirtieron en una rareza en el circuito, pero él lo ve como una fortaleza.

“El esquí es el deporte más divertido del mundo, pero aún queda mucho por hacer en cuanto a visibilidad y formato”, aseguró. Para él, cada carrera es una oportunidad para desafiar los límites y dejar su huella.

Conflicto con la Federación Noruega y su sorpresivo retiro

Lucas Pinheiro Braathen anunció su
Lucas Pinheiro Braathen anunció su retiro del esquí el 27 de octubre de 2023 (REUTERS)

El 27 de octubre de 2023, con lágrimas en los ojos, Lucas Pinheiro Braathen sorprendió al mundo del esquí al anunciar su retiro en una conferencia de prensa en Sölden, el mismo lugar donde había conseguido su primera victoria en la Copa del Mundo.

“Me perdí intentando ser amado por todos”, confesó. Su decisión no fue por falta de pasión, sino por un conflicto con la Federación Noruega de Esquí sobre los derechos de imagen. “Por primera vez en mi vida, me siento libre”, afirmó.

El problema había comenzado meses antes, cuando Braathen exigió mayor control sobre sus patrocinios y su imagen pública, chocando con la estricta estructura de la federación.

“Al final de ese periodo ya no era él mismo, no podía continuar”, explicó su padre, Björn Braathen. Su espíritu rebelde y su deseo de independencia no encajaban con un sistema rígido, y la presión terminó por desgastarlo.

Tras su retiro, Braathen se alejó del esquí. Viajó a Brasil, pasó tiempo con su familia en Ilhabela y exploró otras facetas de su vida, desde la moda hasta la música. Sin embargo, la nieve nunca dejó de llamarlo. “El esquí es mi vida, pero necesitaba reencontrarme antes de volver”, admitió.

Esa pausa terminó en marzo de 2024, cuando anunció su regreso a la competencia, pero con una gran diferencia: ya no representaría a Noruega, sino a Brasil.

Su cambio de bandera fue un golpe inesperado para el circuito, pero él lo vio como un nuevo comienzo. “Nunca me había sentido tan conectado con mi identidad”, afirmó con determinación.

El regreso a las pistas representando a Brasil

El anuncio de su regreso no fue una simple rueda de prensa. Lucas Pinheiro Braathen lo hizo a lo grande, en las oficinas de Red Bull, su principal patrocinador, con invitados descendiendo de un avión y un video editado con precisión cinematográfica.

“Quería que fuera un momento especial, algo que reflejara mi nueva dirección”, explicó. A partir de entonces, cambiaría el rojo y azul de Noruega por el verde y amarillo de Brasil.

Pero competir por Brasil no es solo un símbolo, sino también un desafío. En los Juegos Olímpicos de Pekín 2022, el equipo brasileño solo tuvo un esquiador alpino, y el país nunca ganó una medalla en los Juegos de Invierno.

Sin embargo, Braathen no se deja intimidar. “¡Represento a 200 millones de personas! Es una responsabilidad enorme, pero también una motivación inmensa”, dijo con entusiasmo.

Ahora, con la mirada puesta en Milán-Cortina 2026, Braathen quiere hacer historia como el primer esquiador brasileño en ganar una medalla olímpica.

“Esquío para ser excepcional. No tengo miedo de decirlo, porque si no creyera en mí, ¿por qué dedicaría mi vida a esto?”, declaró con determinación.

Más que un esquiador: modelo, DJ y showman

Lucas Pinheiro Braathen dice que
Lucas Pinheiro Braathen dice que el esquí es solo una parte de su identidad (REUTERS)

Para Lucas Pinheiro Braathen, el esquí es solo una parte de su identidad. Su amor por la moda y la música lo convirtió en una figura única en el mundo del deporte.

“La única razón por la que puedo vivir de mi deporte es porque soy un artista”, asegura. Su presencia en la Semana de la Moda de Copenhague, donde desfiló con confianza, es prueba de ello.

“Fue muy estresante, me sentí como si estuviera en una competición de esquí”, recordó entre risas.

Además de la moda, la música es otro de sus grandes pasatiempos. Para él, los tornamesas y las pistas de esquí tienen algo en común: el control del ritmo y la emoción.

“Antes de una carrera importante, me relajo con música, creando sonido en mis tocadiscos”, contó. Su círculo cercano sabe que la música no es solo una distracción, sino una herramienta para potenciar su rendimiento. “Le da la energía que necesita”, señaló su amigo y entrenador Charlie Raposo.

Pero su estilo extravagante y su expresión personal también generaron controversia. En redes sociales, fue atacado por sus uñas pintadas o por usar ropa considerada “demasiado femenina”.

Sin embargo, Braathen no se deja afectar. “Cuando desafías el status quo, o inspiras o eres odiado por ello”, afirmó con seguridad. Su objetivo es claro: usar su plataforma para cambiar la percepción del esquí y romper con los estereotipos.

En un deporte donde la imagen tradicional aún pesa, Braathen se atreve a ser diferente. “No busco ser amado ni odiado. Solo busco ser yo”, sentenció. Y, con cada carrera, cada desfile y cada set de DJ, sigue demostrando que el esquí puede ser mucho más que una competencia: puede ser un espectáculo.

Desafíos y sueños para el futuro

Para él, el esquí es más que una competencia: es una experiencia artística y una forma de expresión. “Con mi traje me siento tan vulnerable y a la vez tan poderoso, conectado con el entorno y la nieve. Es una sensación única”.

Su manera de desafiar las normas generó comparaciones con otras figuras disruptivas del deporte, como Dennis Rodman en la NBA o Ronaldinho en el fútbol.

Incluso el medio noruego Aftenposten lo comparó con el ajedrecista Magnus Carlsen, asegurando que “hace temblar a los líderes” con su forma de transformar el esquí.

Braathen acepta esas comparaciones con orgullo: “Si mi camino inspira a otros a atreverse a seguir sus sueños, entonces estoy haciendo algo bien”.

Guardar