“Soy muy duro conmigo mismo, pero también creo que esa es la razón por la que estoy donde estoy”, confesó Taylor Fritz, con la serenidad que lo caracteriza en una entrevista con Esquire. A sus 27 años, el californiano escaló hasta lo cima del circuito ATP, consolidándose como el mejor tenista estadounidense de la actualidad. Su talento forjado con esfuerzo y determinación, lo llevó a disputar finales de gran nivel y a desafiar a los mejores del mundo. El objetivo del jugador es claro: ganar un Grand Slam y demostrar que su ascenso no es circunstancial.
Desde su irrupción en el circuito profesional en 2015, Fritz evolucionó de una joven promesa a un contendiente serio por los títulos más importantes. Su trayectoria no fue fácil, pero su disciplina le ayudó a superar obstáculos y perfeccionar cada aspecto de su juego. Su victoria en el Indian Wells Masters 2022 marcó un punto de inflexión en su carrera, posicionándolo entre la élite y reafirmando su capacidad para competir al más alto nivel.
Un competidor obsesionado con la mejora
En sus inicios, Fritz se distinguió con una mentalidad inquebrantable y una autoexigencia extrema. Su progreso en el circuito fue constante, pasando del Top 50 en 2018 al Top 10 en 2022, hasta alcanzar su mejor ranking en 2024, cuando se situó como número 4 del mundo tras llegar a la final del Nitto ATP Finals. Para él, este crecimiento es el resultado de una ética de trabajo que no le permite conformarse. “Creo que gran parte de la razón por la que pude mejorar y llegar hasta aquí es porque, al final del día, soy extremadamente exigente conmigo mismo”, admitió el tenista.
Su obsesión por la mejora fue clave para su evolución. Paul Annacone, exentrenador de Pete Sampras y Roger Federer, lo vio desde el principio, y afirmó: “Este tipo podría ganar Grand Slams. No será superado en esfuerzo por nadie”. Lo mismo opina Michael Russell, su entrenador desde 2021, quien supo canalizar esa intensidad en sesiones de entrenamiento meticulosas, enfocadas en optimizar cada detalle de su juego.
Ese enfoque lo llevó a ganar 54 de sus 77 partidos disputados en 2023, un año que consolidó su figura como jugador de élite. Mediante la capacidad de la calma en momentos de alta presión también fue un diferencial. Mientras otros jugadores como Andrey Rublev o Daniil Medvedev son conocidos por sus explosiones de temperamento, Fritz se mantiene imperturbable. Si lo ves jugar, lucha hasta el final, pero su ritmo cardíaco ni siquiera se altera cuando vamos tarde para un vuelo”, reconoció su fisioterapeuta, Wolfgang Oswald.
La presión de ser el mejor tenista estadounidense
Desde 2021, Fritz ostenta ser el mejor tenista estadounidense en el ranking ATP, un reconocimiento que implica tanto prestigio como responsabilidad. En un país con una rica tradición en el tenis, su nombre se convirtió en la gran esperanza para devolver a Estados Unidos a la cima del deporte.
“Obviamente quiero ser el estadounidense que gane un Grand Slam, el tipo que haga lo que la gente estuvo esperando durante tanto tiempo”, reconoció. Además agregó: “Es genial que me vean como ese jugador, pero al final ninguna presión o expectativa externa va a igualar la que yo mismo me pongo”.
En un circuito cada vez más competitivo, Fritz mantuvo su estatus como el referente del tenis estadounidense, superando a sus compatriotas Tommy Paul y Frances Tiafoe, con quienes compartió el ascenso en el circuito juvenil. A pesar de la constante presión por consolidarse como el heredero de las grandes figuras del país, insiste en que su motivación es puramente personal. “Estoy haciendo esto por mí”, aclaró.
Esta postura contrasta con lo que expresó en la serie documental Break Point, donde admitió que ser el número uno de su país le había colocado un blanco en la espalda. Con el tiempo, su perspectiva evolucionó y más que una carga, ahora considera que la presión es un estímulo para seguir mejorando. En su opinión, la clave para alcanzar la grandeza no está en la validación externa, sino en el esfuerzo diario por superar sus propios límites.
La eterna búsqueda de satisfacción profesional
Para Taylor Fritz, cada logro alcanzado solo despierta el deseo de conseguir más. Su crecimiento dentro del circuito está marcada por metas que, una vez cumplidas, dejan de ser suficientes. Primero fue entrar al Top 10, luego consolidarse en el Top 5. Actualmente el gran objetivo es ganar un Grand Slam, pero ni siquiera él está seguro de que eso le brinde la satisfacción definitiva. “La pregunta es: ¿cuándo sentiré que estoy satisfecho? Porque digo una cosa, la consigo y luego me doy cuenta de que todavía quiero más”, admitió el estadonunidense.
También sabe que la ambición es un motor que difícilmente se apagará. Al hablar de su futuro, deja claro que su enfoque no está en una transformación radical de su juego, sino en perfeccionar cada detalle. Sobre esto, profundizó: “No creo que haya algo en particular en lo que tenga que invertir una enorme cantidad de tiempo. Se trata de mejorar todo un poco más”.