La arepa conquista a ricos y pobres: el 85% de los colombianos la come cada semana

El alimento más emblemático del país rompió fronteras sociales y generacionales, desde desayunos caseros hasta versiones gourmet, la arepa vive un auge sin precedentes

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El consumo de arepa crece
El consumo de arepa crece 12% en Colombia y conquista todos los estratos sociales - crédito Imagen Ilustrativa Infobae

En los desayunos de barrio, en las cenas familiares o incluso en las cafeterías más modernas del país, la arepa sigue ocupando un lugar que ninguna moda logra desplazar. Este alimento, que durante siglos acompaña la vida cotidiana en Colombia, no solo resiste el paso del tiempo, está en plena expansión.

Un estudio de Worldpanel by Numerator, basado en 257.000 ocasiones de consumo, confirmó que el 85% de los colombianos come arepa al menos una vez por semana. El dato revela algo más que simple apego a la tradición, el consumo total creció 12% en el último año, impulsado tanto por recetas caseras como por la oferta de productos listos para calentar, que ya representan la mitad de las unidades que entran a los hogares.

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El 85% de los colombianos
El 85% de los colombianos come arepa al menos una vez por semana, según estudio - crédito Colprensa

La escena no se limita a sectores populares, como podría suponerse. Los estratos 5 y 6 encabezan la frecuencia de consumo, con un promedio de 5,1 porciones semanales, frente a 3,2 en el estrato 1. Es precisamente entre los hogares de mayores ingresos donde la categoría encontró mayor dinamismo, con un crecimiento superior al 10% y una clara inclinación por presentaciones prelistas, prácticas para quienes tienen agendas apretadas pero no quieren renunciar a un sabor clásico.

El factor generacional también marca tendencias. Las personas mayores de 55 años protagonizan una de cada cuatro ocasiones de consumo, consolidándose como el público más fiel. Sin embargo, la popularidad del producto alcanza a todas las edades, especialmente desde que marcas y pequeños productores diversifican el portafolio, desde las tradicionales arepas blancas o amarillas, hasta versiones con chía, avena o vegetales, que buscan atraer a consumidores interesados en lo saludable.

Aunque el desayuno sigue siendo el escenario por excelencia, acompañado, en muchos casos, de queso fresco o mantequilla, la arepa amplió su espacio en otras comidas. Hoy, cerca del 29% de las veces aparece en la cena, y no falta quien la incorpore en almuerzos rápidos o como base para preparaciones más elaboradas. Los miércoles, curiosamente, concentran la mayor cantidad de ocasiones, con 15,1%, y los fines de semana representan 27% del total, evidencia de que este alimento acompaña tanto la rutina laboral como los momentos de descanso.

Las arepas listas para calentar
Las arepas listas para calentar ya representan la mitad de las unidades vendidas en hogares - crédito Freepik

Dentro de la variedad, la arepa con queso sigue en la cima, con 17% de participación. Sin embargo, preparaciones típicas de la Costa Caribe, como la arepa de huevo, o innovaciones como la rellena de chorizo, mostraron crecimientos notables en los últimos dos años. Esta diversidad responde a un mercado que experimenta y mezcla tradiciones regionales con propuestas creativas.

El café, por su parte, se mantiene como el aliado natural, una de cada tres arepas se consume junto a una taza humeante, reforzando el vínculo entre dos emblemas culturales que los colombianos siguen defendiendo.

El auge del producto no pasa desapercibido para la industria. Panaderías artesanales, cadenas de supermercados y emprendimientos locales compiten por innovar en texturas, rellenos y empaques. La tendencia de comidas “listas para calentar” favoreció a fabricantes que ofrecen arepas refrigeradas o congeladas, mientras otros apuestan por experiencias gourmet que elevan la preparación tradicional a escenarios más sofisticados.

Los estratos altos lideran el
Los estratos altos lideran el consumo de arepa, con 5,1 porciones semanales en promedio - crédito vecinavegetariana.com

Más allá de su papel en el mercado, la arepa conserva un valor simbólico. Es memoria de abuelos amasando masa, de calles donde el olor del maíz tostado anuncia la llegada de la mañana, de fogones improvisados en reuniones con amigos. Que hoy alcance cifras récord de consumo demuestra que, lejos de ser un vestigio del pasado, este alimento sigue escribiendo su historia en el presente, adaptándose sin perder su esencia.