Cada tercer lunes de enero, conocido como blue monday o “el día más triste del año”, se convierte en una fecha simbólica para reflexionar sobre el impacto emocional del regreso a la rutina tras las festividades de fin de año.
Aunque no tiene respaldo científico, este concepto ha ganado relevancia como un reflejo de los desafíos psicológicos que enfrentan muchas personas al inicio del nuevo año.
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De acuerdo con GJ Comunicaciones, el síndrome postvacacional, un trastorno adaptativo que surge al volver al entorno laboral después de un periodo de descanso, amplifica las sensaciones de ansiedad, estrés y tristeza. La combinación de estos factores hace que este momento sea particularmente complejo para muchas personas.
El impacto emocional del <i>blue monday</i>
El blue monday se popularizó como un fenómeno sociocultural que pone de manifiesto el bajón emocional que acompaña al final de las festividades. Durante esta fecha, es común experimentar sentimientos de tristeza, ansiedad o incluso irritabilidad. Estos síntomas pueden intensificarse debido a preocupaciones como las deudas de fin de año, la presión por cumplir con las expectativas laborales o la sensación de aislamiento social.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la depresión es un trastorno mental común que afecta todos los ámbitos de la vida, incluidas las relaciones familiares, sociales y laborales. Es distinta de los cambios habituales del estado de ánimo y debe ser abordada con seriedad”.
En 2022, la OMS destacó que alrededor del 3,8% de la población mundial experimenta depresión, con mayor prevalencia en mujeres que en hombres.
El síndrome postvacacional: una transición desafiante
El síndrome postvacacional, por su parte, representa un estado de adaptación que puede desencadenar estrés, ansiedad y falta de energía. Este trastorno suele manifestarse en los primeros días o semanas tras reincorporarse a la rutina diaria. La sensación de desánimo está relacionada con la pérdida de la libertad y flexibilidad que brindan las vacaciones.
Tatiana Riaño, profesional en gestión de salud mental de EPS Famisanar, señala que es crucial abordar estas emociones con herramientas prácticas para evitar que deriven en cuadros más graves como la depresión.
“El regreso a la rutina no debe ser abrupto. Es necesario encontrar un equilibrio entre las obligaciones y las actividades placenteras”, asegura.
Recomendaciones para manejar el Blue Monday y el síndrome postvacacional
Con el fin de superar este periodo y mantener el bienestar emocional, los expertos comparten las siguientes estrategias:
- Retomar la rutina de forma gradual: inicie con actividades que resulten agradables y fáciles de realizar, para evitar una transición brusca.
- Establecer hábitos saludables: mantener horarios regulares de sueño, una alimentación balanceada y realizar ejercicio contribuyen significativamente al bienestar mental.
- Incorporar actividades placenteras: dedique tiempo a pasatiempos como escuchar música, caminar al aire libre o socializar con amigos y familiares.
- Buscar apoyo profesional: si los síntomas persisten o se intensifican, acudir a un psicólogo o psiquiatra puede marcar la diferencia.
- Fijar metas realistas: en lugar de grandes resoluciones, plantee objetivos alcanzables que le permitan experimentar una sensación de logro y control.
La pandemia de covid-19 evidenció la importancia de priorizar la salud mental. Hoy más que nunca, es crucial normalizar la búsqueda de ayuda profesional y fomentar entornos que promuevan el bienestar emocional.
En Colombia, los ciudadanos cuentan con servicios gratuitos de orientación psicológica y apoyo en líneas de emergencia como la 123. Estos recursos son fundamentales para abordar de manera oportuna los signos de depresión o ansiedad.
El blue monday no debe ser visto solo como una fecha simbólica, sino como un recordatorio de que las preocupaciones emocionales y psicológicas pueden estar presentes en cualquier época del año. Reconocer nuestras emociones, buscar apoyo y adoptar hábitos saludables son pasos clave para mantener un equilibrio mental y emocional.
En última instancia, el bienestar no es una meta exclusiva de enero, sino un compromiso continuo que requiere atención y cuidado constante. Asumir este reto con determinación y las herramientas adecuadas puede transformar el “día más triste del año” en una oportunidad para el crecimiento personal y la renovación emocional.