Una desgraciada hipótesis
Los cuerpos a los que se les asigna el sexo “mujer” al nacer son considerados, de manera más o menos consciente, propiedad de los varones. Tanto que desde chiquitxs, tanto a las mujeres cis como a los varones trans, nos enseñan a jugar con elementos que nos adiestran para servir y pertenecer al otro