La NASA eligió a Lauren Edgar: de operar rovers en Marte a buscar su lugar entre los futuros astronautas

Reconocida por su labor al frente de las misiones marcianas, la geóloga comienza una nueva etapa como candidata a astronauta en la promoción 2025, preparándose para futuros desafíos en la Luna y Marte

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La exploración lunar y marciana
La exploración lunar y marciana de la NASA suma nuevos protagonistas con la incorporación de científicos de alto nivel a su selecto grupo de astronautas (NASA)

La NASA anunció la elección de Lauren Edgar como una de las diez integrantes de la clase de astronautas de 2025, seleccionados para integrarse a misiones futuras hacia la Luna y Marte. El anuncio se realizó en el Centro Espacial Johnson de Houston, Texas, durante la semana del 22 de septiembre.

Edgar, geóloga formada en el noroeste del Pacífico de Estados Unidos, cuenta con una trayectoria de casi 20 años en exploración planetaria y diseño de experimentos científicos para la agencia.

La clase 2025 está formada por perfiles variados que incluyen pilotos, ingenieros, médicos y científicos, reunidos para conformar un equipo capaz de enfrentar los desafíos de las próximas misiones Artemis. Edgar destacó en la NASA como investigadora principal adjunta dentro del grupo de geología de Artemis 3 y participó en la formulación de los objetivos científicos de la próxima misión tripulada a la superficie lunar.

Además, colaboró durante 17 años en los equipos de los rovers Curiosity y Mars Exploration, y dirigió la formación geológica de ingenieros y astronautas. Tras conocer su selección, Edgar relató a Space.com la profunda sorpresa y emoción que sintió, incluso antes de compartir la noticia con su familia.

Desde la sala de control
Desde la sala de control hasta el entrenamiento espacial, el recorrido profesional de Lauren Edgar revela el camino de una científica que convirtió su pasión por la geología en una carrera al servicio de la exploración interplanetaria (NASA/Captura de pantalla)

Un cambio de rol y nuevos desafíos

Edgar debe ahora prepararse para ejecutar experimentos y tareas en el espacio, papel que anteriormente diseñaba para ser realizado por otros. Indicó que esta transición supone una alta exigencia cognitiva, ya que demanda adaptación y concentración para cumplir los objetivos en entornos remotos y riesgosos. La científica reconoció que este giro implica un reto que la motiva especialmente, por la oportunidad de realizar operaciones técnicas y científicas directamente en el campo.

El polo sur lunar, uno de los principales destinos previstos por la NASA para las próximas misiones, es considerado un punto estratégico tanto para el conocimiento científico como para probar tecnologías clave antes de planificar futuras expediciones a Marte.

Edgar explicó que trabajar en el polo sur facilitará el ensayo de procedimientos y equipos bajo condiciones extremas, experiencia esencial para afrontar viajes prolongados al planeta rojo. Recordó que en su trabajo con los rovers de Marte, junto a su equipo, imaginaban recorrer el planeta en persona, y afirmó que “daría la bienvenida a la oportunidad si alguna vez se presenta”.

Prepararse para dejar la investigación
Prepararse para dejar la investigación en tierra y enfrentar la incertidumbre de trabajar en entornos extremos evidencia el giro vital y profesional que afronta Edgar en esta nueva etapa (Space.com)

Diversidad, formación y objetivos de la NASA

La selección de participantes con distintas trayectorias refleja la estrategia de la NASA de promover equipos multidisciplinarios para afrontar misiones complejas de larga duración. Edgar subrayó la importancia de contar con especialistas diversos y del aprendizaje colectivo para fortalecer la exploración humana: “No se rindan. Nada es imposible, y se necesita a personas de muchos orígenes diferentes para contribuir a lo que estamos haciendo aquí en la exploración humana”, instó.

El entrenamiento de la nueva promoción iniciará en 2025 y durará dos años. Incluye sesiones de pilotaje, simulaciones de caminatas extravehiculares, estudio de idiomas, materias científicas y capacitación cruzada, con el fin de que todos los miembros sean capaces de colaborar y apoyarse ante situaciones inesperadas. Edgar mostró un interés especial por las lecciones de geología y por expandir su formación en nuevas áreas técnicas.

La integración de esta clase 2025 responde a la visión de la agencia de afrontar misiones espaciales prolongadas y de alto riesgo que exigen colaboración y especialización. Edgar expresó su confianza en la fuerza del grupo y el valor del trabajo conjunto, convencida de que la cooperación será clave para el éxito. Con expectativas ante los futuros retos, señaló que el intercambio de conocimientos marcará la diferencia en la próxima etapa de la exploración espacial, según compartió a Space.com.