“Para mí, simplemente llegó un punto donde sentí que ya no era saludable seguir en esa relación”, afirmó Melinda French Gates en diálogo con la revista People, con una mezcla de serenidad y firmeza. A cuatro años de su separación del cofundador de Microsoft, Bill Gates, decidió reflexionar sobre lo que significó atravesar el fin de un matrimonio de 27 años, rehacer su vida desde lo emocional, y reconectar con sus prioridades como madre, filántropa y mujer.
En la entrevista, la empresaria y filántropa -nombrada como una de las diez mujeres más ricas del mundo, según Forbes— compartió su visión a futuro y los aprendizajes que extrajo del dolor. En relación a esto, compartió: “Pasé por muchos días en los que lloraba. A veces me sentía simplemente enojada, y esas eran emociones muy reales”.

El divorcio y la reinvención personal
La ruptura con Bill Gates no solo supuso el fin de una de las parejas más reconocidas del mundo empresarial y filantrópico, sino también un proceso de reconstrucción interior. Melinda no esquiva el tema ni lo reduce a lugares comunes. Es por ello que habló de traición, pérdida y un punto de quiebre necesario.
“La decisión que tomé no fue algo que pensé solo una vez. Fue algo que consideré seriamente durante mucho tiempo”, explicó sobre el período de reflexión. Además agregó: “Cuando finalmente tomé la decisión, sentí mucha tristeza, pero supe que iba a salir adelante”.
Durante el primer año posterior a la separación, Melinda eligió tomarse el tiempo que necesitaba para sanar. “Empezaba los días llorando. Aunque estaba aprendiendo a aceptar que esos días también eran parte del proceso”, comentó.
En medio de un panorama adverso, encontró una claridad inesperada. “Hubo pequeños momentos de alegría y me aferré a ellos”, explicó. Asimismo, otra clave fue recuperar su nivel de intuición y ser más consciente, lo cual considera muy saludable.

Vida familiar y vínculos con sus hijos
A lo largo del recorrido, el sostén de sus tres hijos fue esencial. La relación con ellos no solo se mantuvo, sino que se fortaleció. Sobre esto profundizó: “Ellos me vieron en mis momentos más vulnerables, y eso nos acercó. Soy madre antes que nada y siempre lo seré”.
La empresaria estadounidense también destacó que una de sus mayores satisfacciones fue ver cómo sus hijos integraron valores en sus vidas, que ella considera fundamentales; como empatía, responsabilidad y humildad. “Me emociona ver que son jóvenes comprometidos con el mundo, que quieren marcar una diferencia”, aseguró con orgullo.
También reconoció que el respeto mutuo fue clave para que como familia atravesaran la transición sin rupturas internas. Debido a esto, planteó: “Les fui honesta y no traté de endulzarles nada. Les dije que íbamos a tener que atravesar esto juntos, paso a paso”.

El nuevo amor, la autonomía y la felicidad en soledad
Aunque mantuvo un perfil bajo respecto a su vida sentimental, Melinda Gates habló públicamente por primera vez sobre la importancia de permitirse volver a sentir, sin presiones ni etiquetas. Su relación con el periodista y empresario Jon Du Pre fue mencionada como parte de una nueva etapa en la que se sintió lista para explorar el amor desde otro lugar. “Una vez que entendí que puedo estar en paz conmigo misma, me abrí a otras posibilidades”, expresó.
La empresaria hizo énfasis en que lo más importante de esta etapa fue recuperar su centro. A propósito de esto, detalló: “Me siento completa. Estoy en una etapa de mi vida en la que me respeto más que nunca, y creo que eso también me hace mejor compañera para alguien más”.
Por otra parte, resaltó que vivir en función de sus propios términos fue uno de los logros más significativos. “Es un regalo poder tomar tus decisiones desde un lugar de libertad, no de necesidad”, sentenció de manera contundente sobre su pasado.
Liderazgo filantrópico y futuro profesional
Aunque su vida personal haya cambiado drásticamente, Melinda no detuvo su trabajo como una de las figuras más influyentes del ámbito filantrópico global. Su labor en la Fundación Bill y Melinda Gates continúa, aunque con una impronta cada vez más marcada por su compromiso con las mujeres.
“Sigo absolutamente comprometida con mejorar las vidas de mujeres y niñas alrededor del mundo. Eso es lo que me mueve”, subrayó sobre su visión profesional. Y más allá del trabajo institucional, invirtió de manera privada en iniciativas que promueven la equidad de género, la salud reproductiva y el empoderamiento económico. Es por ello que sostuvo: “Cuando las mujeres tienen poder sobre sus vidas, todo cambia”.

En el reportaje, también se refirió a cómo sus decisiones personales fortalecieron su voz como líder. “No se puede pedir a las demás mujeres que sean valientes si una no lo es. Yo tuve que encontrar mi propio coraje. Eso hizo que mi compromiso sea más auténtico que nunca”.
Como cierre, Melinda compartió la palabra que eligió para guiar su futuro: “descubrir”. Con ese concepto encapsula la idea de seguir explorando, reinventándose y permaneciendo abierta a lo inesperado. “Quiero seguir descubriendo cosas sobre mí, sobre el mundo, sobre la vida. Estoy en una etapa donde ya no me asusta lo desconocido”, sentenció en su reflexión.