
La ciudad de Odense en Dinamarca, es reconocida por su legado histórico y cultural. Fue el lugar donde el rey vikingo Canuto IV fue asesinado en el siglo XI y donde nació el célebre escritor Hans Christian Andersen. Sin embargo, en las últimas décadas, esta ciudad de poco más de 210.000 habitantes adquirió una nueva identidad: la de un centro global de innovación en robótica. El portal MIT Technology Review difundió los detalles que convierten al lugar en una referencia mundial.
Actualmente, alberga más de 150 empresas especializadas en robótica, automatización y drones, destacándose en el campo tecnológico para desarrollar robots colaborativos; diseñados para trabajar junto a humanos en entornos industriales.
El ascenso del sector posicionó a Odense como un ejemplo tecnológico e impulsó su economía, atrayendo inversiones y talento. Para el alcalde Peter Rahbæk Juel, la robótica es un “sector estratégico” que genera orgullo entre los habitantes de la ciudad. Aunque, este crecimiento no fue casual: su desarrollo está vinculado a la transformación de su histórica industria naval y la estrecha relación con el sector privado.

Orígenes de la industria robótica en Odense
El primer impulso hacia la robótica en Odense surgió en la década de 1980, cuando el astillero Lindø, perteneciente al grupo naviero Mærsk, enfrentaba una creciente competencia de Asia. Para mejorar la eficiencia en la construcción de barcos, la empresa recurrió a la Universidad del Sur de Dinamarca, solicitando apoyo para el desarrollo de robots de soldadura.
Uno de los estudiantes que participó en el proyecto fue Niels Jul Jacobsen, quien había soñado con trabajar en robótica desde que vio Star Wars en su adolescencia. Sin embargo, en aquel entonces, este campo apenas tenía presencia en Dinamarca. La colaboración entre la universidad y el astillero comenzó a cambiar esa realidad.
En los años 90, la apuesta por la robótica se consolidó con la creación del Mærsk Mc-Kinney Møller Institute (MMMI), financiado por la fundación detrás de la empresa Mærsk. Aunque la planta industrial abandonó sus esfuerzos en automatización con el tiempo, la universidad mantuvo sus investigaciones en el área. Esto atrajo a numerosos estudiantes interesados en el desarrollo de tecnologías autónomas.

Nacimiento de Universal Robots y su impacto
De este entorno de innovación surgió Universal Robots, la primera gran empresa de robótica de Odense. Tres investigadores del MMMI diseñaron un brazo robótico ligero, flexible y fácil de programar, pensado para automatizar tareas en fábricas sin necesidad de grandes inversiones.
El éxito de la compañía quedó demostrado en 2015, cuando la multinacional estadounidense Teradyne adquirió Universal Robots por USD 285 millones. Para Kristian Kassow, cofundador de la empresa, este hito confirmó que una compañía de Odense podía destacar globalmente sin depender de proyectos específicos, como había ocurrido con el astillero.
Lejos de trasladar la empresa fuera de Dinamarca, Teradyne decidió mantener su sede en Odense y conservar su cultura de trabajo, caracterizada por la colaboración y la horizontalidad en la toma de decisiones. Universal Robots también adoptó un modelo de plataforma abierta, permitiendo que otras empresas desarrollen soluciones específicas basadas en su tecnología.
Actualmente, sus brazos robóticos se utilizan en sectores tan diversos como la automoción, la construcción, la industria farmacéutica y la producción de vino. Es por ello que el impacto de Universal Robots atrajo inversiones, talento y nuevos emprendimientos a la ciudad, consolidando su ecosistema tecnológico.
En 2018, Teradyne adquirió otra empresa de Odense, Mobile Industrial Robots, fundada por Niels Jul Jacobsen, quien invirtió las ganancias de la venta en nuevas startups de robótica, como Capra, especializada en robots móviles para exteriores.

Desafíos del crecimiento
A pesar del crecimiento de la industria, Odense enfrenta retos significativos para consolidarse como una central global de robótica. Dado que un gran desafío es la captación de inversión extranjera. A pesar del crecimiento del sector, la mayor parte del financiamiento aún proviene de Dinamarca, lo que limita la capacidad de expansión de las empresas locales.
Otro obstáculo es la escasez de talento especializado. La demanda de ingenieros y expertos en tecnología supera la oferta, lo cual genera dificultades para cubrir puestos clave en las empresas del sector. Kasper Hallenborg, director del MMMI, reconoció que la universidad siente la responsabilidad de formar suficientes profesionales para sostener el crecimiento de la industria.
Además, hay una baja participación de mujeres en STEM, lo que reduce el potencial de nuevos talentos. Para revertir esta situación, se implementaron programas dirigidos a niñas y jóvenes en edad escolar, con el objetivo de ampliar la base de futuros especialistas.

Futuro de la robótica en Odense
El cierre definitivo del astillero Lindø, tras la crisis financiera de 2008, pudo haber significado una pérdida irrecuperable para la economía local. Sin embargo, la ciudad supo reconvertir esta área en un parque industrial, donde se fabrican estructuras de gran escala, como los enormes monopilotes de acero utilizados en parques eólicos marinos.
La Universidad del Sur de Dinamarca también apostó por este sector, desarrollando un centro de investigación dedicado a la automatización en la industria pesada. La visión a futuro es integrar aún más la robótica en la producción de estructuras de gran tamaño, generando nuevas oportunidades para la industria local.