
A lo largo de la historia, algunos inventores pusieron a prueba sus propias creaciones con la firme convicción de que funcionarían sin problemas. Sin embargo, en varios casos, estos experimentos terminaron en tragedia. National Geographic recopiló las dramáticas historias de estas figuras. Desde un sastre que probó su traje-paracaídas desde la Torre Eiffel a un ingeniero atrapado en su propio mecanismo de movilidad, todos perdieron la vida debido a la confianza que depositaron en sus inventos.
Franz Reichelt y el traje-paracaídas que no se abrió
Franz Reichelt, un sastre austríaco sin formación científica, dedicó años a diseñar un traje-paracaídas que permitiría a los aviadores aterrizar con seguridad en caso de accidente.
National Geographic reseña que, el 4 de febrero de 1912, decidió probarlo él mismo lanzándose desde la Torre Eiffel, pese a haber asegurado que lo probaría primero con un muñeco. Su invención no funcionó y perdió la vida en el impacto.

Thomas Andrews, el diseñador del Titanic
Thomas Andrews fue el arquitecto naval encargado de los detalles del Titanic y el primero en afirmar que el barco era “prácticamente indestructible”, según National Geographic. Sin embargo, la noche del 14 de abril de 1912, cuando el transatlántico chocó contra un iceberg, en lugar de intentar salvarse, se dedicó a ayudar a mujeres y niños a subir a los botes salvavidas. La publicación detalló que fue visto por última vez en la sala de fumadores de primera clase, contemplando en silencio un cuadro, y que su cuerpo nunca fue recuperado.

Thomas Midgley y la trampa de su propia invención
El ingeniero químico Thomas Midgley desarrolló inventos como la gasolina con plomo y los primeros refrigerantes. A los 51 años, contrajo polio y, para poder moverse sin asistencia, diseñó un sistema de cuerdas y poleas.
Sin embargo, National Geographic destaca que, su propio mecanismo lo atrapó y murió estrangulado el 2 de noviembre de 1944.

Aurel Vlaicu y su último vuelo
El pionero de la aviación Aurel Vlaicu, de origen rumano, dedicó su vida a diseñar y pilotear sus propios aviones con la intención de romper récords de altitud.
En 1913, decidió cruzar los Montes Cárpatos a bordo del Vlaicu II, pero su aeronave se estrelló en medio de la cordillera, según National Geographic. Este accidente terminó con su vida y al mismo tiempo lo convirtió en una leyenda de la aviación.

Charles Justice y su ejecución en su propia silla eléctrica
Charles Justice, condenado por asesinato en Ohio, se dedicó a reparar y mejorar varios dispositivos dentro de la prisión.
National Geographic aseguró que uno de sus proyectos más notorios fue la silla eléctrica, en la que trabajó para hacerla más eficiente mediante el uso de metal en su estructura. En un giro irónico del destino, el 9 de noviembre de 1911, fue ejecutado en la misma silla que ayudó a mejorar.
Marie Curie y los efectos de la radiactividad
Marie Curie, reconocida por sus descubrimientos sobre la radiactividad, trabajó durante años con radio y polonio, sin conocer los efectos nocivos de la exposición prolongada a estos elementos.
National Geographic explicó que su salud se deterioró gravemente sin que nadie entendiera la causa y que, en 1934, murió de anemia aplásica. A pesar del alto costo que pagó, su legado científico sigue vigente.

Aleksandr Bogdánov y su peligrosa teoría sobre la inmortalidad
El médico y científico Aleksandr Bogdánov estaba convencido de que las transfusiones de sangre podían detener el envejecimiento. Según National Geographic, comenzó a experimentar en sí mismo, intercambiando sangre con varios donantes.
En 1928, realizó una transfusión con sangre contaminada con malaria y tuberculosis, lo que le provocó una grave enfermedad y terminó con su vida.
