Belle Gibson: la influencer que engañó al mundo con un falso cáncer y sigue sin pagar por su fraude

Prometió recetas que salvaban vidas, pero su diagnostico resultó ser una falsedad. Cómo su caso conmocionó a la industria tecnológica y editorial, informa Vanity Fair

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Belle Gibson se convirtió en
Belle Gibson se convirtió en un ícono del bienestar en Australia en 2014 con una historia de superación... hasta que se supo que todo era un fraude

En 2014, Belle Gibson era una de las figuras más influyentes en la industria del bienestar en Australia.

Su historia de lucha contra un supuesto cáncer terminal, que había superado gracias a la alimentación saludable y terapias alternativas, la convirtió en un ícono inspirador, recuerda Vanity Fair.

Su aplicación The Whole Pantry fue un éxito arrollador, atrayendo a cientos de miles de seguidores en Instagram, asegurándole un contrato con la editorial Penguin Australia para publicar un libro y ganándose un lugar en la preinstalación de aplicaciones del Apple Watch.

Pero detrás de su imagen de superviviente y emprendedora, se escondía una mentira: nunca tuvo cáncer.

El fraude de Gibson fue expuesto por periodistas del Sydney Morning Herald, lo que desencadenó su rápida caída en desgracia.

Ni las empresas que la habían respaldado, ni el público que la había seguido y donado dinero a sus supuestas causas benéficas tardaron en darle la espalda.

Sin embargo, lejos de admitir su engaño o mostrar arrepentimiento, Gibson reaccionó con evasivas y excusas que solo aumentaron la indignación en su contra.

Un ascenso basado en una mentira

Nacida en Tasmania en 1991 bajo el nombre de Annabelle Smillie, Gibson construyó una identidad plagada de inconsistencias.

Aseguró haber crecido en un hogar disfuncional, con una madre con esclerosis múltiple y un hermano autista, afirmando que se había ido de casa a los 12 años.

Sin embargo, registros muestran que en 2009, con 18 años, se mudó a Perth y comenzó a trabajar en una aseguradora de salud.

Fue allí donde comenzó a contar que padecía cáncer cerebral terminal, narrando su lucha en foros en línea con historias cada vez más dramáticas.

En 2012, con la llegada de Instagram, Gibson vio la oportunidad de amplificar su historia. Creó la cuenta @healing_belle, donde compartía imágenes estilizadas de recetas saludables, frases motivacionales y su supuesto testimonio de superación.

En poco tiempo, acumuló cientos de miles de seguidores y se posicionó como una gurú del bienestar.

Gibson afirmó haber abandonado su
Gibson afirmó haber abandonado su hogar a los 12 años, pero registros indican que se mudó a Perth a los 18

Con su creciente popularidad, en 2013 registró su empresa The Whole Pantry y lanzó su aplicación, que ofrecía recetas veganas y herramientas para un estilo de vida saludable.

El éxito fue inmediato: la aplicación se convirtió en la número uno en la App Store durante su mes de lanzamiento y Apple la seleccionó para incluirla en su Apple Watch.

Poco después, Gibson firmó un contrato con Penguin Australia para publicar su libro, por el que recibió un adelanto de 132.000 dólares.

Pero más allá de su éxito comercial, lo que consolidó su imagen fue su supuesto activismo benéfico.

Afirmó que una parte significativa de sus ganancias iba destinada a organizaciones de ayuda, lo que generó aún más confianza y admiración entre sus seguidores.

La verdad sale a la luz

En 2015, una investigación del Sydney Morning Herald comenzó a cuestionar la historia de Gibson.

Cinco organizaciones benéficas a las que supuestamente había donado declararon no haber recibido un solo centavo de ella.

Cuando los periodistas la confrontaron, la influencer intentó justificarlo con excusas sobre problemas de flujo de caja, pero las pruebas en su contra seguían acumulándose.

Días después, otro reportaje puso en duda su diagnóstico de cáncer. Médicos y ex amigos comenzaron a hablar, revelando que nunca había presentado pruebas de su enfermedad y que sus relatos eran inconsistentes.

Con la presión aumentando, Gibson concedió una entrevista a 60 Minutes Australia, por la que cobró 75.000 dólares. Sin embargo, lejos de limpiar su imagen, la entrevista solo empeoró su situación.

Cuando la periodista Tara Brown le preguntó cuántos años tenía, su respuesta desconcertó a todos: “Siempre me han criado como si tuviera 26 años”.

El impacto de la entrevista fue inmediato. Apple y Penguin cancelaron cualquier vínculo con ella, su aplicación fue retirada de la App Store y su libro dejó de venderse en Estados Unidos. Ante la oleada de críticas, Gibson cerró sus redes sociales y desapareció del ojo público.

Juicio y rechazo social

En 2016, Consumer Affairs Victoria la demandó por engaño al consumidor. Gibson nunca se presentó a ninguna audiencia y fue declarada culpable de conducta engañosa.

La justicia la multó con 410.000 dólares por haber defraudado a sus seguidores con su falsa historia de cáncer y sus promesas de donaciones inexistentes.

Belle Gibson fue declarada culpable
Belle Gibson fue declarada culpable de conducta engañosa en 2016 tras no presentarse a las audiencias judiciales

Pese a la sentencia, Gibson se negó a pagar la multa. En 2017, se supo que vivía en un suburbio de Melbourne, donde sus vecinos la evitaban y sus antiguos amigos cruzaban la calle para no encontrarse con ella.

Hasta el día de hoy, casi una década después de su escándalo, no abonó ni un centavo de su deuda con el estado.

La historia de Belle Gibson es un recordatorio del poder de las redes sociales para construir y destruir figuras públicas.

También expone los peligros de la desinformación en el ámbito de la salud y el bienestar, donde miles de personas buscan esperanza y orientación.

Gibson lucró con una mentira, puso en riesgo la vida de quienes creyeron en su testimonio y rechazaron tratamientos médicos legítimos en favor de terapias alternativas.

Con la llegada de Apple Cider Vinegar, la miniserie de Netflix basada en su historia, el caso de Belle Gibson vuelve a estar en el centro de la atención.

Aunque el público sigue debatiendo si merece empatía o desprecio, una cosa es clara: su nombre quedará marcado como uno de los mayores fraudes de la era digital.

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