Los robots japoneses que promueven el trabajo humano a distancia con innovación social

El medio The Independent elaboró un informe sobre el modelo pionero situado en Tokio que utiliza avatares para ofrecer empleo remoto a personas con limitaciones físicas. Sus beneficios repercuten en la integración a la economía local y ofrece un prometedor futuro

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El modelo mejora la conexión
El modelo mejora la conexión social de trabajadores con limitaciones físicas y geográficas (Imagen Ilustrativa Infobae)

En medio de un contexto de crisis laboral y envejecimiento demográfico, Japón enfrenta el desafío de garantizar la sostenibilidad de su economía. Con este panorama, el café Dawn de Tokio, surge como un modelo pionero que combina tecnología y responsabilidad social. Este establecimiento, creado por el inventor Kentaro Yoshifuji, emplea robots avatar controlados de manera remota. El medio The Economist analizó el innovador proyecto que permite que personas con discapacidades o limitaciones físicas puedan acceder a oportunidades laborales significativas y participar activamente en la economía.

La propuesta de Yoshifuji, quien describió su creación como una forma de “teletransportación”, va más allá del simple uso de robots. A diferencia de otros cafés robotizados en Japón, donde predominan dispositivos autónomos basados en inteligencia artificial, los robots de Dawn son pilotados en tiempo real por personas que trabajan desde sus hogares, incluso desde otros países. Con dispositivos como teléfonos móviles o tecnologías de seguimiento ocular, los pilotos pueden interactuar directamente con los clientes, cumpliendo funciones como tomar órdenes y acompañarlos durante su estancia.

Mediante la iniciativa se beneficia a quienes enfrentan barreras de movilidad, y también abre posibilidades para personas en diferentes situaciones personales y geográficas. Un ejemplo destacado es el de una trabajadora japonesa residente en Italia que, a través de su robot OriHime, encuentra una conexión emocional y laboral con su país de origen. Este modelo promueve la inclusión y modifica la interacción laboral al aprovechar la tecnología para superar limitaciones físicas y sociales.

Los efectos van más allá del ámbito económico, ya que también ayuda a combatir el aislamiento y fomenta un sentido de pertenencia para los empleados, al tiempo que sensibiliza a la sociedad sobre las capacidades y contribuciones de personas con discapacidades.

El café Dawn en Tokio
El café Dawn en Tokio permite emplear robots avatar controlados por personas con discapacidades desde sus hogares (Fast Company)

La innovación de Dawn, aunque centrada en la inclusión, es también una respuesta a la realidad demográfica de Japón. Al incorporar trabajadores que de otra manera, quedarían fuera del mercado laboral, la tecnología cubre necesidades económicas, y promueve un cambio cultural hacia la aceptación y la integración. Este modelo según Yoshifuji, es una prueba tangible de que la tecnología puede ser una herramienta poderosa para transformar vidas y reconfigurar las estructuras laborales en beneficio de todos.

Origen y evolución de una idea transformadora

La génesis del café Dawn se encuentra en la experiencia personal del creador, Kentaro Yoshifuji, cuya visión fue moldeada por las dificultades que enfrentó durante su juventud. A raíz de una enfermedad que lo dejó inmovilizado y le impidió asistir a clases, Yoshifuji comenzó a cuestionar las limitaciones de participación para las personas en la educación y la sociedad. Debido a esto desarrolló un prototipo de avatar robótico que le permitió asistir virtualmente a las aulas. Esta solución inicial, basada en un escaneo de su rostro y un sistema de interacción remota, sentó las bases para los avatares OriHime, el núcleo del concepto del café Dawn.

De acuerdo con Yoshifuji, la movilidad física sigue siendo un factor clave para el acceso a la educación y el empleo, y su ausencia puede llevar al aislamiento, pérdida de propósitos y, en casos más extremos, a problemas como la depresión o la demencia. “Universidades, lugares de trabajo y ciudades están diseñados bajo el supuesto de que todos pueden moverse”, afirmó el inventor en diálogo con The Independent, destacando la exclusión sistemática de quienes no cumplen con esta condición.

Los avatares OriHime nacieron de
Los avatares OriHime nacieron de la experiencia personal del ingeniero y empresario Kentaro Yoshifuji (EFE/Nora Olivé)

El objetivo inicial del proyecto OriHime era facilitar la asistencia virtual de personas con discapacidades a escuelas y universidades, pero rápidamente evolucionó para abordar un problema más amplio: la inclusión laboral. En Japón, la tasa de empleo de personas con discapacidades después de graduarse es de apenas un 5%, una situación que este modelo busca revertir.

Asimismo, el camino no fue sencillo. Los primeros años del café Dawn estuvieron marcados por retos técnicos y financieros. Establecer conexiones de red confiables para operar los robots y capacitar a los pilotos para garantizar una experiencia natural y auténtica fueron desafíos críticos. Además de que el proyecto enfrentó altos costos iniciales de implementación tecnológica. Pero con el tiempo, el modelo demostró su viabilidad económica y logró generar ganancias, allanando el camino para la apertura de nuevas sucursales y la realización de cafés emergentes en distintas ciudades de Japón.

Conceptualmente, la visión de Yoshifuji también busca la creación de un sistema inclusivo que altere limitaciones preexistentes y fomente una participación activa de diversos grupos de la sociedad. En última instancia, el inventor aspira a que los pilotos que trabajan en Dawn utilicen esta experiencia como un trampolín hacia mejores oportunidades laborales, mientras la tecnología sigue demostrando su capacidad para transformar vidas.

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