
Florida Atlantic University (FAU) impulsa un proyecto innovador para la restauración de esponjas marinas en la Bahía de Florida, respaldado por una subvención de USD 720.446 de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
Bajo el liderazgo de Andia Chaves-Fonnegra, Ph.D., investigadora del Harbor Branch Oceanographic Institute integran por primera vez genética avanzada en la recuperación de especies clave, apostando por la biodiversidad y la estabilidad económica en una de las regiones costeras más vulnerables del país.
Esta iniciativa marca un hito en la conservación marina en Florida, al unir ciencia, innovación y gestión para responder a desafíos ambientales crecientes y fortalecer los sectores productivos que dependen de la salud del ecosistema.

La Bahía de Florida: riqueza ecológica y motor económico
La Bahía de Florida, ubicada entre el extremo sur de la península y los Cayos dentro del Parque Nacional Everglades, constituye un ecosistema estratégico por su diversidad biológica y su relevancia económica. Alberga especies esenciales como esponjas marinas, peces y la codiciada langosta espinosa, que sustentan actividades económicas vitales.
Según datos de la FAU, los arrecifes y sus hábitats asociados generan anualmente más de USD 1.000 millones en turismo y recreación, mientras que la pesca relacionada con arrecifes aporta más de USD 150 millones en ventas y da empleo a decenas de miles de floridanos. La interacción entre biodiversidad y economía hace de la Bahía un territorio clave para la sostenibilidad regional.
Las esponjas marinas tienen un papel insustituible: filtran grandes volúmenes de agua, reciclan nutrientes como el nitrógeno, estabilizan fondos marinos y ofrecen refugio a múltiples especies. Además, sostienen históricamente industrias locales como la de las esponjas de baño, antes de la llegada de alternativas sintéticas y el colapso de las poblaciones.
La degradación de sus comunidades, causada por proliferación de fitoplancton, enfermedades y episodios de frío, provocó un efecto en cadena, comprometiendo la pesca de esponjas y de langosta, así como servicios ecosistémicos fundamentales como la calidad del agua y el equilibrio de la vida marina.

Diversidad genética: clave para la restauración sostenible
Hasta ahora, los esfuerzos de restauración se basaron en trasplantes por fragmentación asexual, técnica útil para recuperar cobertura en áreas dañadas pero limitada en su capacidad de generar poblaciones adaptables. La FAU advierte que los trasplantes clónicos carecen de diversidad genética, lo que restringe la resistencia ante enfermedades, el cambio climático o nuevas amenazas ecológicas.
El nuevo proyecto liderado por Chaves-Fonnegra incorpora genética de poblaciones en la restauración, utilizando herramientas como microsatélites y polimorfismos de nucleótido único para analizar la estructura y variedad genética de cuatro especies clave: Spongia barbara, Spongia graminea, Ircinia campana y Spheciospongia vesparium, empleadas por la Florida Fish and Wildlife Conservation Commission (FWC). De este modo, se busca evaluar diversidad genética, endogamia y éxito reproductivo en viveros y zonas de trasplante, logrando poblaciones más resilientes.
El proceso contempla la cría de larvas en viveros terrestres y su posterior trasplante utilizando sistemas de información geográfica (GIS) para seleccionar las mejores zonas y maximizar beneficios ecológicos. Esto permitirá incrementar la variabilidad genética y garantizar no solo la abundancia de esponjas, sino también su estabilidad a largo plazo y la de los ecosistemas asociados.
Como enfatizó Chaves-Fonnegra: “Obtener este apoyo de la EPA es sumamente relevante porque nos permite pasar de aumentar el número de esponjas a restaurar poblaciones con la fortaleza genética necesaria para enfrentar un clima cambiante, enfermedades y otras amenazas crecientes”.

Un modelo para el futuro
La iniciativa de FAU trasciende la restauración de esponjas: representa un modelo replicable de conservación donde convergen ciencia, innovación y gestión pública. Los resultados serán integrados de inmediato en las prácticas de la FWC y se alinean con el Objetivo 5 del Plan Estratégico de la EPA, enfocado en restaurar ecosistemas y comunidades amenazadas.
Los beneficios proyectados abarcan la mejora de la resiliencia ecológica, la seguridad alimentaria y la salud económica de comunidades costeras. Además de asegurar aguas más limpias y servicios ecosistémicos robustos, el proyecto refuerza la prosperidad de sectores que dependen de la vitalidad de la Bahía de Florida.
Con este avance, Florida Atlantic University marca un antes y un después en la restauración marina. El enfoque en diversidad genética y ciencia aplicada define el camino hacia ecosistemas más fuertes, comunidades resilientes y una base sostenible para el futuro de la región, garantizando no solo la supervivencia de las esponjas, sino la seguridad de todos los que dependen del patrimonio natural de Florida.
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