
El krill antártico, aunque pequeño individualmente, tiene un impacto gigantesco en el medioambiente debido a su increíble población en el océano Austral, estimada en más de 700 billones de ejemplares. Según Smithsonian Magazine, estos crustáceos son responsables de una de las bombas biológicas más grandes del planeta, un proceso en el que ayudan a secuestrar carbono en las profundidades marinas.
El krill consume fitoplancton, que captura carbono y libera oxígeno al fotosintetizar. A medida que el krill se alimenta y luego descompone, los desechos se hunden hasta el fondo del océano, lo que permite almacenar carbono durante siglos, liberando espacio en la superficie para que se absorba más CO2 del aire.
Este proceso es esencial para disminuir los efectos del cambio climático, según el ecologista Matthew Savoca de la Universidad de Stanford, quien destacó que el krill juega un papel clave en la lucha contra el calentamiento global.

Amenazas para el krill: el cambio climático y la pesca
A pesar de su papel vital en la lucha contra el cambio climático, el krill antártico se enfrenta a varias amenazas, principalmente debido al cambio climático y a la creciente presión de la pesca. La temperatura del océano está aumentando, afectando tanto el hábitat del krill como su capacidad de reproducirse y alimentar a sus larvas.
Tal como se explica en el artículo de Smithsonian Magazine, la pérdida de hielo marino, esencial para la alimentación de las larvas de krill, está afectando la supervivencia de estos crustáceos, especialmente en la Península Antártica, que se está calentando a un ritmo cinco veces superior al promedio global.
Por otro lado, la expansión de la industria pesquera en el océano Austral también está generando un impacto negativo sobre las poblaciones de krill. Aunque la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR) regula la pesca en la región, una reciente falta de acción para renovar medidas clave de protección podría permitir que las flotas pesqueras se concentren en áreas específicas, lo que aumenta la presión sobre los ecosistemas marinos.
Según la investigadora ambiental Zephyr Sylvester, de la Universidad de Colorado Boulder, la ausencia de regulaciones adecuadas podría tener un impacto aún mayor sobre la fauna que depende del krill, como pingüinos, ballenas y focas.

La contaminación plástica y su impacto sobre el krill
La contaminación plástica también se convirtió en una amenaza significativa para la capacidad del krill para secuestrar carbono, ya que estudios recientes muestran que los plásticos podrían reducir hasta en un 27% la eficiencia del krill en este proceso.
Este hallazgo fue detallado por un estudio realizado por la British Antarctic Survey, publicado en Marine Pollution Bulletin, que destacó cómo la presencia de plásticos en el océano podría interferir con las funciones biológicas del krill.
El impacto de la contaminación plástica no solo afecta la biodiversidad del océano, sino que también tiene implicaciones para el futuro de la captura de carbono en los océanos, un proceso crucial para reducir el cambio climático.

La distribución del krill y sus implicaciones ecológicas
El cambio climático no solo afecta la capacidad del krill para sobrevivir, además altera su distribución geográfica. Como resultado del calentamiento de las aguas, el krill se está desplazando hacia el sur en busca de aguas más frías y estables.
Según el ecologista So Kawaguchi, de la División Antártica Australiana, estos cambios en la distribución podrían aumentar los encuentros entre los krill y las flotas pesqueras, y al mismo tiempo modificar las interacciones entre las especies que dependen de ellos como fuente de alimento.
Kawaguchi también explicó que, si las emisiones de carbono no se reducen, las tasas de reproducción del krill podrían caer hasta un 70% en los próximos cien años, lo que tendría un impacto devastador sobre los ecosistemas marinos.

La necesidad de acción internacional urgente
Smithsonian Magazine destaca que, la protección del krill antártico y su hábitat requiere medidas urgentes a nivel internacional. Si bien las poblaciones de krill son actualmente extensas, la combinación de factores como el cambio climático, la pesca insostenible y la contaminación pone en riesgo la supervivencia de la especie y, con ella, el equilibrio ecológico global.
Los expertos, como Matthew Savoca y otros científicos destacados en Smithsonian Magazine, subrayan que el krill es un aliado crucial en la lucha contra el cambio climático, pero su futuro depende de la implementación de políticas que protejan sus hábitats y regulen la pesca en la región.
De no tomarse acciones inmediatas, los efectos negativos sobre el krill podrían alterar irreversiblemente los ecosistemas marinos y la capacidad del planeta para manejar el cambio climático.