En el árido desierto de Atacama, en Chile, el más seco del mundo, los científicos están estudiando una pequeña y resistente flor que podría contener pistas genéticas para ayudar a los cultivos a soportar el empeoramiento de las condiciones de sequía impulsadas por el cambio climático.
La Cistanthe longiscapa, conocida localmente como “pata de guanaco”, florece durante las raras lluvias en el desierto de Atacama, creando un mosaico de colores conocido como el fenómeno del desierto floreciente.
Ahora, un equipo de la Universidad Andrés Bello realiza experimentos de secuenciación genética para descubrir las características que permiten a la flor de color fucsia sobrevivir a la escasez de agua y a las oscilaciones extremas de temperatura en uno de los entornos más hostiles del planeta.
“Quisimos investigarla para comprender los mecanismos que utiliza para sobrevivir en un entorno tan hostil”, dijo el director del Centro de Biotecnología Vegetal de la Universidad Andrés Bello, Ariel Orellana.

Su objetivo es transferir características de tolerancia a la sequía a otros cultivos.
“Esta planta tiene una excelente tolerancia a la sequía, un problema grave y creciente en la agricultura mundial. Por lo tanto, al comprender el genoma y la información genética de esta planta, e identificar simultáneamente qué genes se expresan cuando se expone a la sequía, podríamos utilizar ese conocimiento para desarrollar cultivos con mayor tolerancia a la sequía“, dijo Orellana.
Chile enfrenta crecientes desafíos hídricos y el Instituto de Recursos Mundiales lo clasifica entre los países con mayor estrés hídrico del mundo. Estudios advierten sobre condiciones de sequía extrema para 2050 en el fértil valle central de Chile, clave para las exportaciones agrícolas, como el vino, la fruta y la ganadería.
“La secuenciación del ADN, el genoma de cada una de estas especies, sin duda nos ayudará a recopilar mucha más información para estudios de conservación y a utilizar características transferibles a otras especies agronómicas. De esta manera, podremos mirar hacia el futuro con más conocimiento sobre lo que tenemos y lo que podemos hacer para garantizar la sostenibilidad a largo plazo" dijo Orellana.

Bajo estrés por sequía, luz solar intensa o salinidad, la pata de guanaco activa un método de ahorro de agua conocido como fotosíntesis CAM. Cuando las condiciones mejoran, recurre a la fotosíntesis C3, más común.
“La coordinación y el trabajo conjunto con la academia y los investigadores que estudian la fisiología de esta planta son fundamentales. ¿Cómo puede producir suficiente alimento y realizar la fotosíntesis para soportar condiciones extremas?“, comentó el biólogo y Jefe de la sección de Conservación dela Biodiversidad de CONAF Atacama, Cesar Pizarro Gacitua.
“Como vemos aquí, estamos en la costa, donde las nubes permiten estabilidad térmica para las plantas, pero en las llanuras están expuestas al sol, con altas temperaturas diurnas y muy bajas nocturnas, y esta especie predomina cuando hay suficiente lluvia para activar sus semillas”, explicó.
(con información de Reuters)