
Un equipo de investigadores realizó un hallazgo extraordinario en la selva amazónica brasileña, más específicamente en el estado de Acre, cerca de la frontera entre Brasil y Perú. Después de 13 años sin nuevas adiciones, se identificó una nueva especie de rana venenosa del género Ranitomeya. Este descubrimiento capturó la atención de los biólogos por su apariencia singular, y por sus sorprendentes comportamientos reproductivos.
La nueva especie, Ranitomeya aquamarina, lleva un nombre que hace alusión a su peculiar coloración azul-turquesa y se destaca entre las 16 especies conocidas de ranas venenosas de este género, según publicó Der Spiegel.
Una apariencia única
Los científicos a cargo de este descubrimiento, dirigidos por el experto en biodiversidad Alexander Tamanini Mônico del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia (INPA), detallan que Ranitomeya aquamarina posee un patrón de color único en su piel, que parece una obra de arte de la naturaleza.

Esta rana, que mide entre 15,4 y 18,5 milímetros, tiene un dorso negro medianoche adornado con rayas longitudinales de un amarillo metálico a verde turquesa, y sus patas están cubiertas por manchas de color rojo carmín y un llamativo amarillo azufre en la parte superior de sus muslos.
El diseño de su piel, que recuerda a las manchas de un leopardo, llamó la atención de los científicos de todo el mundo. Además de su apariencia visual, las ranas de esta especie tienen la capacidad de exudar una toxina venenosa, característica de las ranas dardo, que podría servir como defensa ante posibles depredadores.
Cuál es su hábitat y condiciones de vida
El hallazgo de Ranitomeya aquamarina fue realizado en la margen derecha del río Juruá, una región remota en el suroeste de Brasil, en el estado de Acre. Esta área se encuentra en la selva tropical, uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta, que sigue siendo fuente de descubrimientos como este. Los investigadores destacaron que, a pesar de haber buscado en diversas áreas dentro de la región, la nueva especie solo fue encontrada en una de las cuatro áreas de muestreo de la expedición. Una situación que sugiere que es extremadamente difícil de localizar.

Las ranas prefieren poner sus huevos en pequeños charcos formados en agujeros de ramas de árboles, especialmente en el árbol Bananeira brava. Sin embargo, la distribución geográfica de esta especie sigue siendo incierta, ya que los análisis genéticos revelaron que las ranas encontradas están más estrechamente relacionadas con otras especies de Ranitomeya que habitan a 60 kilómetros al sur o 330 kilómetros al norte de la región.
Un comportamiento reproductivo sorprendente
Lo que realmente sorprendió a los biólogos que investigaron esta nueva especie no es solo su colorido patrón, sino también su comportamiento reproductivo. A diferencia de otras especies de anfibios, que suelen formar grupos grandes y dispersos, Ranitomeya aquamarina parece seguir una estructura social más íntima y monógama.
En el transcurso de la investigación, los investigadores observaron que los adultos de esta especie se encontraban principalmente en parejas, lo que sugiere una fuerte tendencia hacia la monogamia, un comportamiento relativamente raro entre los anfibios.
Además, los machos de Ranitomeya aquamarina muestran un comportamiento territorial muy marcado, lo que indica que luchan por asegurar su espacio y su acceso a las hembras. Los biólogos documentaron cómo los machos emitían gritos incesantes cuando se capturaban a las hembras, reforzando la idea de que estos animales protegen celosamente su territorio y pareja.

La monogamia en estas ranas podría ser un mecanismo de supervivencia, ya que vivir en pareja ayuda a proteger sus crías. Esta estructura social podría garantizar la continuidad de la especie en un entorno tan desafiante como la selva amazónica.
Cuáles son los retos en la conservación de la Ranitomeya aquamarina
Aunque el hallazgo de Ranitomeya aquamarina es un avance significativo en el estudio de la biodiversidad de la región amazónica, también plantea preguntas sobre su conservación. Los investigadores señalan que la especie es extremadamente difícil de encontrar, lo que sugiere que su número es limitado y su distribución geográfica podría ser restringida.
A pesar de su apariencia deslumbrante, la rana está en riesgo debido a la deforestación, la contaminación del agua y el cambio climático, factores que afectan a muchas especies endémicas de la región.
Y a medida que los científicos siguen descubriendo nuevas especies, se hace cada vez más evidente que la preservación de la selva es crucial para la supervivencia de especies como Ranitomeya aquamarina y para el equilibrio ecológico global.
Un futuro incierto para la nueva especie de rana venenosa

El descubrimiento de la nueva rana venenosa Ranitomeya aquamarina es un recordatorio de la increíble biodiversidad que sigue existiendo en la selva amazónica, un ecosistema aún lleno de secretos por descubrir.
Su aparición, marcada por un patrón de colores únicos y un comportamiento sorprendentemente monógamo, abre nuevas puertas a la comprensión de las dinámicas de las especies que habitan en la región. Sin embargo, este hallazgo también subraya la necesidad urgente de proteger estos hábitats naturales para asegurar que futuras generaciones puedan seguir estudiando y apreciando la riqueza biológica de la Amazonía.
La nota de Der Spiegel se basa en la investigación publicada en la revista ZooKeys, liderada por Alexander Tamanini Mônico y el equipo del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia.
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