
En las extensas llanuras del sur de Siberia, la arqueología contemporánea realizó un descubrimiento que aporta una nueva perspectiva sobre las complejas y ricas culturas de la Edad del Hierro en Asia Central.
En el sitio conocido como Tunnug 1, también llamado Arzhan 0, un equipo internacional de arqueólogos documentó un ritual funerario de gran complejidad que involucra el sacrificio de al menos 18 caballos, así como restos humanos.
Este hallazgo, descrito por Muy Interesante, permite explorar más a fondo las prácticas funerarias y las conexiones culturales de las antiguas sociedades escitas, revelando el uso simbólico del caballo en estos rituales.
Características del sitio arqueológico
Según Muy Interesante, el descubrimiento se localiza en el valle de Uyuk, en la república de Tuvá. La monumental tumba de Tunnug 1, construida a finales del siglo IX a.C., ofrece una estructura arquitectónica notable de madera de alerce, que comparte similitudes con el emblemático túmulo de Arzhan 1.
Las pruebas de radiocarbono permitieron datar su construcción entre el 833 y el 800 a.C., justo al inicio del horizonte escita en la región.

Complejidad ritual y arquitectónica
El medio destaca la notable complejidad ritual del yacimiento, manifestada en una estructura radial dividida en compartimentos trapezoidales.
Sobre una capa de arcilla, se distribuyeron huesos de caballos, elementos de arneses y restos humanos, organizados en tres concentraciones principales. Esta disposición indica un acto ritual significativo que precedió al sellado de la tumba bajo una capa de piedras.
Objetos y hallazgos en el túmulo
Muy Interesante detalla que cada una de las concentraciones de restos aporta información valiosa sobre el ritual. En un conjunto, se documentaron al menos cinco caballos junto a fragmentos humanos y varios objetos de bronce y colmillos de jabalí, tanto auténticos como creados en asta.
En otra área, se hallaron nueve caballos y un esqueleto humano femenino completo, con artilugios de bronce y colmillos ornamentales que sugieren un sistema de arneses rudimentario.
Esta variedad de elementos apunta a un ritual altamente codificado, posiblemente vinculado a prácticas funerarias reales.

Análisis osteológico
El análisis de los restos equinos revela, según la fuente, que los sacrificios incluyeron sobre todo caballos machos adultos entre 9 y 15 años de edad, lo que coincide con patrones rituales escitas y de la cultura pazyryk.
Sólo un caballo joven, de aproximadamente 3 o 4 años, fue identificado entre los restos. Este enfoque en caballos adultos sacrificados enteros, destaca Muy Interesante, difiere de otros hallazgos donde solo se enterraban partes específicas del animal.
Conexiones históricas y culturales
El descubrimiento también permite profundizar en las conexiones culturales transcontinentales del mundo antiguo. Muy Interesante señala que las descripciones de Heródoto sobre los funerales de reyes escitas, donde mencionaba “jinetes espectrales” compuestos de hombres y caballos sacrificados, encuentran eco en la disposición de los restos en Tunnug 1.
Las evidencias refuerzan la hipótesis de una continuación de tradiciones que unían culturalmente a diferentes regiones del mundo euroasiático a través del caballo y las prácticas funerarias.

Significado antropológico
Este hallazgo, destacado por Muy Interesante, proporciona una perspectiva invaluable sobre las complejas prácticas de la Edad del Hierro.
La tumba de Tunnug 1 no solo testimonia una tradición funeraria de notable complejidad simbólica, sino que además representa un punto de convergencia cultural influenciado por corrientes provenientes de Mongolia, las montañas del Altái y las estepas occidentales.
Preservación del patrimonio cultural
La preservación de estos descubrimientos es esencial para comprender las raíces y las conexiones de las culturas antiguas en la región. Por tanto, trabajos arqueológicos como los realizados en Tunnug 1 son fundamentales para la historia y la antropología, al desentrañar las historias subyacentes de comunidades que dominaron estos paisajes mucho tiempo atrás.
Según el medio, el hallazgo es una prueba tangible de cómo las sociedades escitas integraron el simbolismo del caballo en sus rituales, marcando su estatus y prestigio en una expresión de poder transcontinental.