
Un equipo de investigadores identificó al exoplaneta TOI-512b como un posible eslabón clave para comprender por qué hay tan pocos mundos con entre 1,8 y 2,4 veces el tamaño de la Tierra.
Según informó el medio especializado Space.com, el planeta fue detectado inicialmente por el satélite TESS de la NASA y confirmado posteriormente con mediciones del espectrógrafo ESPRESSO, instalado en el Telescopio Muy Grande (VLT) de Chile.
TOI-512b se encuentra a 218 años luz de la Tierra y, de acuerdo con los datos obtenidos, tiene un radio 1,54 veces mayor y una masa 3,57 veces superior a la terrestre. Tal y como detalló el medio, con esta información los astrónomos calcularon su densidad media en 5,62 gramos por centímetro cúbico, ligeramente por encima de la densidad de la Tierra, que es de 5,52.

Hipótesis sobre la pérdida de atmósferas
El planeta orbita a menos de 10 millones de kilómetros de su estrella y completa una vuelta cada 7,1 días. Recibe 112 veces más energía que la Tierra, lo que lo sitúa fuera de la zona habitable y en el umbral inferior del llamado “desierto de Neptunos calientes”, una región donde, según explicó Space.com, se observa una notoria ausencia de planetas medianos.
Una de las teorías más aceptadas sostiene que estos cuerpos pierden su envoltura gaseosa debido a la fuerte radiación estelar a la que están expuestos.
No obstante, otra hipótesis alternativa considera que el calor residual del interior del planeta sería el responsable de la disipación de esa atmósfera. Este mecanismo, conocido como core-powered mass loss, implicaría que la energía interna calienta desde adentro la capa gaseosa, facilitando su fuga al espacio exterior.

Composición interna y evidencia a favor del calor interno
El grupo liderado por José Rodrigues, del Instituto de Astrofísica de Porto, simuló la posible estructura interna de TOI-512b en función de su densidad, masa y volumen. Según explicó Space.com, el modelo con mayor coherencia describe una composición dividida en un 13% de núcleo, 69% de manto, hasta 16% de agua y apenas un 2% de masa correspondiente a una capa gaseosa muy reducida.
Rodrigues afirmó que si el planeta hubiera perdido su atmósfera únicamente por acción de la radiación estelar, no quedaría ni agua ni gas. En cambio, sugiere que la pérdida inducida por calor interno resulta más compatible con la edad estimada del planeta, que es de aproximadamente 8.235 millones de años (aunque con un margen de error de más de 4.000 millones).
Este proceso, a diferencia del generado por la radiación, puede prolongarse durante escalas temporales de miles de millones de años.

Un caso que aún no permite conclusiones generales
Pese a lo prometedor de este hallazgo, Rodrigues señaló que aún es necesario encontrar muchos más exoplanetas similares para poder convertir las hipótesis actuales en certezas científicas.
“Es una pequeña adición a la larga lista de planetas conocidos, pero descubrimientos como este son esenciales para mejorar nuestra comprensión de los mecanismos de formación y evolución planetaria”, afirmó.
Desafíos para futuras observaciones
La investigación descartó la presencia de un segundo planeta en el sistema TOI-512. En cuanto a estudios atmosféricos más profundos, Space.com informó que el uso del telescopio James Webb sería poco eficaz debido a la lejanía del exoplaneta, por lo que el equipo de Rodrigues propuso utilizar el espectrógrafo ANDES del futuro Telescopio Extremadamente Grande (ELT), actualmente en construcción en Chile.
La investigación fue publicada en la revista Astronomy & Astrophysics, y según Space.com, se espera que contribuya a desentrañar el papel que juegan los distintos mecanismos de pérdida atmosférica en la evolución de mundos fuera del Sistema Solar.