
En el centro de la Vía Láctea, una región de gas denso conocida como la Zona Molecular Central (CMZ, por sus siglas en inglés) presenta un fenómeno que desconcertó a los científicos durante décadas: las nubes de hidrógeno en esta zona parecen estar ionizadas a un ritmo mucho mayor de lo esperado.
Hasta ahora, la principal hipótesis era que esta ionización, mediante la cual los átomos de hidrógeno adquieren una carga positiva cuando suelen ser neutros, se debía a los rayos cósmicos, partículas de alta energía que viajan por la galaxia. Sin embargo, un nuevo estudio propone una explicación diferente y sorprendente: la materia oscura de baja masa podría generar la energía necesaria para producir este efecto.
La investigación fue publicada en la revista Physical Review Letters. Según los autores, existe la posibilidad de que partículas de materia oscura, con una masa mucho menor a la considerada hasta ahora, podrían interactuar en el centro galáctico para generar electrones y positrones (la versión antimateria de los electrones), lo que explicaría la ionización observada en la CMZ.
Un misterio en el gas del centro galáctico

Los astrónomos ya habían observado que el hidrógeno en la CMZ está ionizado de forma anómala. La cantidad de moléculas cargadas eléctricamente en esta región es mayor de lo que se puede explicar con los modelos convencionales. Inicialmente, se pensó que esto era por la presencia de rayos cósmicos de baja energía que impactaban el gas y arrancaban electrones de los átomos.
Sin embargo, los cálculos mostraban que para lograr el nivel de ionización observado, la cantidad de radiación tendría que ser desproporcionadamente alta, algo difícil de justificar. Es en este punto donde la nueva hipótesis cobra fuerza: la ionización podría deberse a la presencia de materia oscura que aniquila el material del centro de la galaxia y genera partículas cargadas capaces de ionizar el gas.
La aniquilación es un proceso en el que una partícula y su antipartícula colisionan y se destruyen mutuamente. Al suceder esto, liberan su energía en forma de materia o radiación.
En este caso, el análisis sugiere que partículas de materia oscura ligera se aniquilarían en el centro galáctico, y producirían electrones y positrones. Estos últimos, al encontrarse con electrones del medio interestelar, se destruyen y generan la característica emisión de rayos gamma con una energía de 511 keV.
Materia oscura de baja masa: una nueva posibilidad

Los científicos propusieron durante años que la materia oscura está formada por partículas denominadas WIMPs (siglas en inglés de “partículas masivas de interacción débil”), que serían pesadas y apenas interactuarían con la materia ordinaria.
Sin embargo, el Dr. Shyam Balaji, investigador postdoctoral en King’s College London y coautor del estudio, explicó: “Los datos nos indican que la materia oscura podría ser potencialmente mucho más ligera de lo que pensábamos”. Según esta hipótesis, las partículas de materia oscura de baja masa pueden colisionar entre sí y producir electrones y positrones. Estas partículas cargadas, al moverse dentro del gas denso del centro galáctico, podrían causar la ionización observada.
Este modelo también resuelve otro problema: evita violar restricciones establecidas por observaciones en el fondo cósmico de microondas y en radiaciones de alta energía. Es decir, si la ionización fuera causada por procesos más energéticos, se esperarían señales detectables en otras partes del espectro electromagnético, pero no se encontraron. La propuesta de materia oscura ligera evita esto y encaja con las observaciones.
Una pista sobre la naturaleza de la materia oscura

Uno de los aspectos más interesantes de esta investigación es que podría estar relacionada con otro fenómeno enigmático del centro galáctico: la emisión de una línea de rayos gamma a 511 keV. Esta señal indica la presencia de positrones que se encuentran en proceso de aniquilación en el medio interestelar. Hasta ahora, la fuente de estas partículas ha sido un misterio, pero la nueva investigación sugiere que podrían ser producidos por la misma materia oscura ligera que explicaría la ionización en la CMZ.
“El gas de hidrógeno en la CMZ sugiere que podemos estar más cerca de identificar evidencias sobre la posible naturaleza de la materia oscura”, señaló Balaji. No obstante, los investigadores advierten que para que ambas señales (la ionización y la emisión de 511 keV) tengan un origen común, podría ser necesario que la materia oscura produzca más electrones que positrones, o que existieran otros procesos adicionales involucrados.
Futuras observaciones en rayos X, gamma y radio, así como estudios más detallados sobre la distribución de la ionización en la CMZ, podrían ayudar a confirmar esta hipótesis. Si se comprueba, implicaría un giro radical en la forma en que se comprende la materia oscura, ya que se sugiere que sus partículas podrían ser mucho más livianas de lo que se pensaba y que podrían interactuar con el entorno de maneras que hasta ahora no se habían considerado.