
Desde su descubrimiento en 2012, la tecnología CRISPR transformó la biomedicina y la biotecnología agrícola, ofreciendo soluciones innovadoras para problemas de salud y seguridad alimentaria. Esta herramienta de edición genética permite modificar el ADN con una precisión sin precedentes, abriendo lugar a diversas terapias. Debido a esto, The Economist publicó un informe acerca de los principales avances con la técnica.
Este método también promete desarrollos significativos que podrían curar enfermedades que hasta el momento son consideradas incurables, además de impulsar cultivos más resistentes y nutritivos. Sin embargo, su aplicación enfrenta desafíos tanto científicos como regulatorios, que definirán su impacto en las próximas décadas.

Impacto de la tecnología CRISPR en salud
El alcance de CRISPR en la medicina es extenso. Según los datos compartidos por The Economist , más del 90% de los pacientes que necesitan un trasplante de órganos no lo consiguen, mientras que 240 millones de personas padecen enfermedades genéticas raras sin tratamiento efectivo. También se estima que una alimentación deficiente causa más de 10 millones de muertes prematuras al año.
La edición genética representa una esperanza para abordar estas crisis sanitarias, eliminando mutaciones perjudiciales y reforzando la resistencia del cuerpo a diversas patologías. Es por ello que uno de los avances más prometedores es el desarrollo de órganos de cerdo editados genéticamente para trasplantes humanos, cuyos ensayos clínicos continuarán este año.
Este concepto busca aliviar la escasez de órganos y reducir los riesgos de rechazo. Paralelamente, la edición genética avanza en terapias para enfermedades cardiovasculares, que podrían ofrecer protección de por vida contra ataques al corazón con una única intervención.
Casos de éxito en la medicina
Entre los hitos más relevantes de CRISPR destaca Casgevy, la primera terapia de edición genética aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para tratar la anemia falciforme y la beta-talasemia. Este tratamiento, desarrollado por Vertex Pharmaceuticals y CRISPR Therapeutics, mostró resultados positivos en 39 de los 42 pacientes que participaron en los primeros ensayos clínicos.

Un caso destacado fue el de Tamani Harris, una beneficiaria que dejó de sufrir los episodios de dolor extremo que la afectaban desde la infancia tras recibir la terapia de edición. Casgevy fue aprobado en 2023 por el Reino Unido y Estados Unidos, marcando un punto de inflexión en la medicina genética. Aunque su elevado costo de aplicación en pacientes, plantea interrogantes.
Aplicaciones de edición genética en agricultura
El impacto de CRISPR no se limita a la medicina. En la agricultura, su potencial para mejorar cultivos es significativo. Esta tecnología puede aumentar los rendimientos agrícolas, hacer que los alimentos sean más resistentes al cambio climático y mejorar su calidad nutricional. Por ejemplo, se están desarrollando variedades de pan blanco con almidón de fibra, lo que mejoraría la salud digestiva sin alterar su sabor y textura.
Otro uso relevante es la optimización de cultivos poco populares pero altamente nutritivos, como las mostazas silvestres, haciéndolos más atractivos al consumidor. Estas modificaciones pueden contribuir a diversificar la alimentación y reducir la dependencia de cultivos convencionales con alto impacto ambiental.

Desafíos y regulaciones
Pese a sus beneficios, CRISPR enfrenta barreras regulatorias que limitan su desarrollo y adopción. En el ámbito médico, muchas normativas fueron diseñadas para tratamientos convencionales y no contemplan la flexibilidad que requiere la edición genética. Esto afecta particularmente a enfermedades raras, donde los costos de aprobación y fabricación son altos, dificultando la viabilidad comercial de los tratamientos.
En la agricultura, la situación es aún más restrictiva. En la Unión Europea, los alimentos editados genéticamente siguen regulándose como productos transgénicos, pese a que CRISPR no introduce genes de otras especies, sino que modifica los propios del organismo. Esta normativa limita su aceptación en el mercado, a diferencia del Reino Unido, que está flexibilizando sus leyes para permitir el desarrollo de cultivos mejorados con CRISPR.
Nuevas técnicas de edición genética
El desarrollo de herramientas más avanzadas promete mejorar la eficacia y seguridad de la edición genética. Una de ellas es la edición de bases (base editing), desarrollada en 2016, que permite cambiar una única letra del ADN sin necesidad de cortar la doble hélice. Esta técnica que ya está en ensayos clínicos, reduce los riesgos de mutaciones no deseadas.

Otra innovación es la edición prima (prime editing), que permite copiar y pegar fragmentos de ADN en ubicaciones específicas con una precisión aún mayor. Esta técnica, que inició sus primeras pruebas en humanos durante 2024 y fue difundido por Nature podría ampliar el alcance de CRISPR en el tratamiento de enfermedades hereditarias.
Los científicos también trabajan en métodos para aplicar CRISPR directamente dentro del cuerpo, eliminando la necesidad de extraer células, editarlas en laboratorio y reintroducirlas en el paciente. Una de las estrategias más prometedoras utiliza nanopartículas lipídicas, similares a las empleadas en las vacunas de ARNm contra el COVID-19, para transportar el material genético hasta las células objetivo.