Un evento catastrófico ocurrido hace aproximadamente 5 millones de años cambió para siempre la geografía y la ecología del mar Mediterráneo. Según un estudio del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) de Italia, en colaboración con la Universidad de Catania, el Mediterráneo experimentó una de las mayores inundaciones jamás registradas en la historia de la Tierra.
Este fenómeno puso fin a un período de sequía extrema conocido como la “crisis de salinidad del Messiniense”, que había transformado al Mediterráneo en una vasta extensión desértica. La investigación, ofrece las pruebas más contundentes hasta la fecha sobre la rapidez y magnitud de este evento.
De acuerdo con el INGV, el Mediterráneo quedó aislado del océano Atlántico hace entre 5,97 y 5,33 millones de años debido a un levantamiento tectónico en la región del Estrecho de Gibraltar.
Este aislamiento convirtió al Mediterráneo en una cuenca cerrada que, con el tiempo, se secó casi por completo. Durante aproximadamente 600.000 años, el área se transformó en un desierto salado, lo que provocó la extinción de numerosas especies marinas.
Sin embargo, el estudio detalla que el regreso del agua del Atlántico al Mediterráneo ocurrió de manera repentina y violenta, en un proceso que los científicos describen como una “mega-inundación”.
Un debate científico de décadas resuelto
El fenómeno del llenado del Mediterráneo ha sido objeto de debate entre los científicos durante más de 50 años. Existen dos teorías principales sobre cómo ocurrió este proceso: una sostiene que el Mediterráneo se llenó lentamente durante un período de 10.000 años, mientras que la otra defiende un evento rápido y catastrófico.
Según el estudio del INGV, los datos más recientes respaldan la segunda hipótesis, que describe un flujo de agua masivo y turbulento desde el Atlántico hacia el Mediterráneo a través del Estrecho de Gibraltar.
El equipo de investigación, que incluyó a expertos de Italia, España, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, utilizó un enfoque multidisciplinar para analizar las huellas geológicas de este evento en la región de Sicilia, al sur de Italia.
Allí, los científicos identificaron más de 300 colinas alargadas y estrechas, separadas por profundos surcos, que fueron modeladas por el flujo de agua. Estas formaciones geológicas, junto con el gigantesco Cañón de Noto, son evidencia directa de la fuerza y magnitud de la inundación.
La magnitud del evento: cifras sin precedentes
El estudio detalla que el flujo de agua que reintrodujo el Atlántico en el Mediterráneo alcanzó tasas de entre 65 y 100 millones de metros cúbicos por segundo. Estas cifras superan con creces las de cualquier otra inundación conocida en la historia de la Tierra.
Para ponerlo en perspectiva, este caudal es cientos de veces mayor que el flujo actual del río Amazonas, el más caudaloso del mundo. La intensidad del agua fue tal que esculpió el paisaje de manera permanente, dejando marcas visibles incluso millones de años después.
Además, los investigadores lograron reconstruir cómo era la región antes del cataclismo. Según el INGV, el área del Mediterráneo se asemejaba a una gran bahía de aguas poco profundas, donde se acumulaban sedimentos de yeso, sales y materiales calcáreos.
Este entorno contrastaba drásticamente con el desierto salado en el que se convirtió durante la crisis de salinidad.
Impacto ecológico y geológico
La crisis de salinidad del Messiniense tuvo un impacto devastador en la biodiversidad marina del Mediterráneo. La desaparición de especies fue una consecuencia directa de la desecación de la cuenca, que eliminó los hábitats marinos y alteró los ecosistemas de manera irreversible.
Sin embargo, el regreso del agua del Atlántico marcó el inicio de una nueva etapa para el Mediterráneo, permitiendo la reintroducción de especies y la recuperación de su ecosistema marino.
Geológicamente, el evento dejó una huella imborrable en la región. Las formaciones de colinas y surcos en Sicilia, así como el Cañón de Noto, son testigos de la fuerza del agua que fluyó durante la inundación.
Un enfoque multidisciplinar para entender el pasado
El estudio del INGV y la Universidad de Catania se basó en un enfoque multidisciplinar que combinó geología, paleontología y modelado hidrodinámico. La colaboración internacional permitió analizar datos de diversas regiones y disciplinas, lo que resultó fundamental para reconstruir las condiciones del Mediterráneo antes, durante y después de la inundación.
Según los investigadores, esta metodología fue clave para resolver uno de los mayores enigmas geológicos de la historia reciente del planeta.
La agencia EFE destacó que este trabajo sobre el pasado del Mediterráneo también tendrá importancia para el estudio de otros eventos geológicos y climáticos extremos. Comprender cómo se desarrolló este fenómeno puede ayudar a los científicos a interpretar mejor los cambios en los océanos y el clima a lo largo de la historia de la Tierra.