Rufián pide una reunión con Sánchez porque "se han encontrado cosas" y "pensar que todo es una conspiración no cuela"

Gabriel Rufián urge un cara a cara con Pedro Sánchez para exigir respuestas sobre la limpieza interna del PSOE, advierte que la estrategia de culpar a otros no convence y alerta sobre el desgaste entre los aliados parlamentarios

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Según declaraciones recientes de Gabriel Rufián, portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso, los partidos aliados del Gobierno enfrentan un momento de incomodidad por la situación interna del PSOE, conectada con los casos de corrupción descubiertos en las últimas semanas. Rufián enfatizó la necesidad de mantener un encuentro a solas con el presidente Pedro Sánchez para conocer de primera mano qué decisiones tomará para renovar tanto a su partido como al Ejecutivo. En palabras de Rufián citadas por el medio, la estrategia de señalar conspiraciones o de responsabilizar a otros actores políticos ha dejado de ser efectiva frente a la magnitud de los hechos detectados.

Tal como publicó el medio, Rufián, al ingresar a la comisión de investigación sobre la dana de Valencia en el Congreso, reconoció que la situación actual ha creado una tensión notable entre los partidos que sostienen al Gobierno. El portavoz expresó que los socios parlamentarios atraviesan un periodo de vergüenza por las consecuencias políticas y éticas de los casos que afectan al PSOE y subrayó que se enfrentan a un dilema sobre su futuro apoyo gubernamental. “Por primera vez estamos frente a un chantaje, o para ser más suave, un dilema que tiene mala solución porque muchos de nosotros no queremos que Santiago Abascal sea vicepresidente; pero también muchos de nosotros no queremos seguir pasando vergüenza como estamos pasando cada día”, aseguró Rufián, según consignó el medio.

En ese contexto, el portavoz republicano instó al PSOE y al Gobierno a abandonar la narrativa de conspiración y a dejar de emplear argumentos que busquen inspirar lástima o desviar la atención mediante comparaciones con errores de otros partidos, postura comúnmente representada en el debate político español como “y tú más”. Sostuvo que la izquierda no puede sustentarse en ese argumento, ya que se espera de ella una conducta política diferenciada respecto a la derecha y la ultraderecha. Añadió que resulta inequívoco para la ciudadanía el resultado de un eventual gobierno encabezado por Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, pero insistió en que replicar los discursos de confrontación no representa una salida favorable para su espacio político.

Rufián requirió un encuentro con Pedro Sánchez que vaya más allá de las exposiciones mediáticas, reclamando una conversación directa en la Moncloa o el lugar que se estime oportuno para abordar propuestas concretas sobre la regeneración institucional y la crisis de confianza que afecta al Gobierno y al partido socialista. El diputado recordó que tras el verano anterior, Sánchez presentó públicamente diversas medidas que, según su balance, no se han materializado, lo que refuerza la necesidad de explicaciones claras sobre los próximos pasos del Ejecutivo.

Sobre las diferencias entre los casos de acoso y los de corrupción, Rufián afirmó que ambos le resultan inaceptables y animó a una reflexión en torno a si mantener el statu quo garantiza que la derecha y la extrema derecha no alcancen el poder. Al mismo tiempo, advirtió del riesgo de que la prolongación de esta situación termine generando un mayor crecimiento de las fuerzas conservadoras y ultraconservadoras, que podrían permanecer en el poder durante largos periodos si logran acceder al Gobierno por desgaste de sus adversarios.

El portavoz de ERC rememoró que en el pasado, tanto su formación como otros aliados del Ejecutivo defendieron la existencia de una ofensiva judicial y mediática contra Pedro Sánchez y su equipo, similar a la que, según él, soportaron los independentistas catalanes. No obstante, en esta oportunidad Rufián remarcó que existen pruebas concretas y hechos relevantes que exigen respuestas distintas por parte del Gobierno y del PSOE. “Aquí se han encontrado cosas”, recalcó, mostrando así su discrepancia respecto a quienes minimizan los hechos bajo la sospecha de una persecución política.

Durante su intervención, Rufián también cuestionó la responsabilidad exigida a los partidos a la izquierda del PSOE —denominados de forma genérica como “a la izquierda del PSOE”— para asumir un papel de permanente respaldo a las decisiones del Gobierno, independientemente de las crisis o los hechos que se sucedan. Señaló que esa expectativa de actuar siempre como “paracaídas” del Ejecutivo ya no resulta aceptable.

Además, el portavoz de ERC enfatizó la necesidad de que Sumar deje de limitarse a expresar su malestar y actúe dentro del Consejo de Ministros, planteando propuestas efectivas para dar respuesta a los retos actuales. Rufián puso de manifiesto la diferencia de influencia entre los distintos grupos, al recordar que ERC cuenta con siete diputados y no dispone de acceso directo a la toma de decisiones que se formalizan en el Boletín Oficial del Estado, ámbito donde sí tiene presencia la formación Sumar.

Por otro lado, el medio recogió la postura de Podemos a través del diputado Javier Sánchez Serna, quien aclaró que su partido no contempla solicitar una reunión con el presidente Pedro Sánchez. Según Sánchez Serna, Podemos ya no se considera parte del bloque de gobierno y reitera que, a su juicio, la legislatura con enfoque progresista terminó cuando el PSOE decidió negociar la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con el Partido Popular en lugar de pactarlo con los socios que respaldaron la investidura.

De acuerdo con lo reportado, la demanda de explicaciones directas y el reconocimiento del desgaste de las alianzas parlamentarias introducen nuevos desafíos para el Gobierno de Sánchez. Las tensiones expuestas reflejan el estado de ánimo en las formaciones parlamentarias que, hasta ahora, han sostenido la mayoría necesaria para la gobernabilidad, mientras continúan surgiendo dudas sobre la eficacia y la orientación del Ejecutivo frente a los escándalos de corrupción y la percepción pública del manejo de las crisis internas.