
En las provincias afganas de Badghis y Helmand se han detectado dos casos de poliomielitis, según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que ha motivado al Ministerio de Sanidad afgano a iniciar una campaña nacional de vacunación con el objetivo de proteger a los niños menores de cinco años y frenar la transmisión del virus. El medio de comunicación detalló que esta nueva fase de vacunación arrancó este lunes en Kabul y varias provincias del país asiático, bajo la administración instaurada por los talibán a partir de agosto de 2021.
La iniciativa, reportó el Ministerio de Sanidad a través de la red social X, busca inmunizar a todos los menores de cinco años para así evitar la propagación de la poliomielitis, una enfermedad capaz de provocar parálisis permanente en los niños pequeños. El llamado de las autoridades incluye una invitación a las familias afganas para que colaboren durante esta campaña, con la esperanza de mantener a Afganistán libre de polio y garantizar mejores condiciones de vida para la infancia.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los casos confirmados corresponden a las regiones de Badghis y Helmand, lo que ha generado preocupación ante la posibilidad de un repunte en los contagios y la persistencia del virus en el país. Afganistán, junto a Pakistán, figura entre las pocas naciones donde la poliomielitis sigue sin erradicarse, y cuya perpetuación se asocia a la dificultad de acceso, la inseguridad y las barreras sociales.
Tal como reportó el medio, la situación actual contrasta con la política impuesta por los talibán antes de recuperar el poder en 2021, ya que anteriormente prohibían las campañas de vacunación puerta por puerta en las áreas bajo su control. Esta restricción obstaculizaba la inmunización de la población infantil y facilitaba la continuidad de la enfermedad en diversas comunidades.
El restablecimiento de las campañas fue posible, explicó la fuente, gracias a la mediación de Naciones Unidas, que facilitó un acuerdo para reanudar los programas de vacunación en el país asiático. A partir de ese pacto, el Ministerio de Sanidad afgano y los organismos internacionales han trabajado conjuntamente para ampliar la cobertura sanitaria destinada a los niños y niñas.
El medio consignó que las campañas de vacunación en Afganistán frecuentemente enfrentan importantes desafíos sociales y culturales. Entre ellos destaca la desinformación difundida en distintas regiones, donde persisten creencias infundadas acerca de la vacuna. Algunas afirmaciones falsas sostienen que la inmunización conduce a la infertilidad, mientras que otras acusan a los trabajadores sanitarios de espionaje, lo que ha favorecido un clima de desconfianza y hostilidad hacia el personal que participa en las jornadas de salud pública.
Esta desconfianza ha desembocado en actos violentos. Según lo publicado, no solo la población civil, sino incluso los propios talibán, antes de acceder al poder, han protagonizado ataques contra trabajadores de la salud involucrados en campañas de vacunación. Estos incidentes han dificultado la continuidad de la lucha contra la poliomielitis en un país que, por la fragilidad de sus infraestructuras sanitarias y por los numerosos conflictos armados, permanece especialmente vulnerable ante brotes de enfermedades prevenibles.
Las tareas actuales de las autoridades sanitarias afganas, en coordinación con entidades como la OMS y Naciones Unidas, se centran en superar el rechazo social y ampliar el acceso a la inmunización, con la meta de reducir el riesgo de que la poliomielitis se mantenga de forma endémica. El Ministerio de Sanidad instó nuevamente a la colaboración ciudadana para lograr su objetivo de mantener el país protegido frente a la reaparición del poliovirus y proteger el bienestar de las generaciones futuras.
De acuerdo con el reporte, la campaña presentada en Kabul y otras provincias se enmarca dentro de una estrategia nacional que prioriza la detección temprana de nuevos casos, la administración urgente de vacunas y el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica. La respuesta de Afganistán a los nuevos casos subraya la importancia de la cooperación entre gobiernos locales, organismos internacionales y comunidades para reducir el riesgo de parálisis y limitar la circulación del virus en un entorno marcado por la desinformación y la inseguridad.


