La OMS insta a priorizar el acceso a lenacapavir y otros medicamentos frente al VIH tras los recortes en financiación

El organismo internacional advierte que la reducción de fondos ha alterado la lucha global contra el sida, lo que limita programas preventivos, afecta a poblaciones vulnerables y exige medidas urgentes para no poner en riesgo años de avances

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El acceso a medicamentos preventivos contra el VIH, como el lenacapavir, representa el principal desafío para millones de personas que han visto interrumpidos sus tratamientos debido a la retirada parcial o total de financiamiento internacional, de acuerdo con lo reportado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La OMS alertó, en el marco del Día Mundial del Sida, que los recortes de fondos han alterado de forma significativa programas comunitarios claves, incluidos aquellos orientados a la profilaxis previa a la exposición (PrEP) y a la reducción de daños para quienes se inyectan drogas. Según las estimaciones de la Coalición para la Promoción de la Vacuna contra el Sida, aproximadamente 2,5 millones de personas que utilizaron PrEP durante 2024 podrían haber perdido el acceso a estos medicamentos hacia octubre de 2025 a causa de la contracción de recursos externos.

Tal como detalló la OMS, el director general Tedros Adhanom Ghebreyesus emitió un llamado a los países para que consideren la ampliación del acceso a lenacapavir y a otros tratamientos como una prioridad fundamental en la actual respuesta global al VIH. Esta solicitud surge en un contexto en el que la prevención ha dejado de avanzar, y la reducción de fondos internacionales ha impactado la continuidad de servicios esenciales como las pruebas, el tratamiento y la prevención. El organismo internacional subrayó que este retroceso pone en peligro los logros alcanzados en las últimas décadas y dificulta el objetivo de erradicar el sida como amenaza de salud pública para 2030.

La interrupción de estos servicios tiene efectos directos en poblaciones clave. Según comunicó la OMS y los datos consignados por ONUSIDA, el año pasado se registraron 1,3 millones de nuevas infecciones por VIH en el mundo. Casi la mitad de estos nuevos casos (49%) correspondieron a trabajadores sexuales, hombres que tienen sexo con otros hombres, mujeres transgénero y personas que se inyectan drogas, así como sus parejas sexuales. La organización detalló que el riesgo de contraer el VIH es 17 veces mayor en trabajadoras sexuales y mujeres transgénero, 18 veces mayor en hombres que tienen sexo con hombres y 34 veces más alto en personas que se inyectan drogas, en comparación con el resto de la población.

Según publicó la OMS, al cierre del último año se estimó que 40,8 millones de personas vivían con el VIH y 630.000 fallecieron por causas vinculadas a la infección. Además de los obstáculos derivados de la reducción presupuestaria, la OMS identificó otros factores que agravan la vulnerabilidad de quienes viven con el virus. Entre ellos figuran el estigma, la discriminación y las múltiples barreras legales, sociales y estructurales que dificultan el acceso a servicios sanitarios y de apoyo.

A pesar de la crisis financiera, el organismo internacional destacó el impulso que representó en 2025 la aprobación y recomendación por parte de la OMS del lenacapavir inyectable semestral como nueva opción preventiva. En julio, la OMS presentó nuevas directrices en las que propuso incorporar este fármaco como alternativa en la profilaxis previa a la exposición, integrándose en los programas existentes de PrEP. El lenacapavir recibió la precalificación de la OMS para su uso en prevención el 6 de octubre, lo que aceleró las aprobaciones regulatorias en países africanos clave, como Sudáfrica, Zimbabue y Zambia. El Procedimiento de Registro Colaborativo de la OMS permitió esta expansión del acceso.

La OMS informó que, junto a la Fundación del Fondo de Inversión para la Infancia (CIFF, por sus siglas en inglés), la Fundación Gates, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, y Unitaid, está ejecutando estrategias para asegurar que el lenacapavir sea asequible y llegue a países con alta carga del virus. Estas alianzas buscan compensar parte del déficit provocado por la reducción de la ayuda internacional y preservar la continuidad de los programas destinados a las poblaciones más afectadas.

La directora del Departamento de VIH, Tuberculosis, Hepatitis e Infecciones de Transmisión Sexual de la OMS, Tereza Kasaeva, expresó que la combinación de innovaciones en medicamentos y el fortalecimiento del apoyo comunitario puede garantizar que las personas en situación de mayor riesgo reciban atención integral y sostenida. Según recogió la OMS, “estamos entrando en una nueva era de innovaciones importantes en la prevención y el tratamiento del VIH”, e insistió en que solo una estrategia basada en la solidaridad y la inversión permitirá superar las actuales brechas.

El organismo internacional promovió el enfoque de "Superar las disrupciones, transformar la respuesta al sida", puntualizando que se requiere un sistema sanitario robusto, con inversión nacional suficiente y el respeto pleno de los derechos humanos. Según publicó la OMS, solo la adopción de un esquema integrado, centralizado en la atención primaria y asentado en evidencias científicas, puede sostener los avances y limitar el impacto negativo de los recortes en la lucha global contra el VIH.

La importancia de este enfoque radica, de acuerdo con el organismo, en reconocer y atacar las causas profundas que limitan el acceso a servicios de salud para las poblaciones clave. Las recomendaciones difundidas por la OMS insisten en que los países aseguren el financiamiento interno y promuevan regulaciones inclusivas que eliminen las barreras legales y sociales. De esta forma, la transformación de la respuesta al VIH dependerá del compromiso de los gobiernos y del apoyo continuado de la comunidad internacional y de los actores privados colaborativos.

Estos desafíos emergen en un panorama donde, según la OMS y la Coalición para la Promoción de la Vacuna contra el Sida, el abandono de programas y la pérdida de acceso a medicamentos profilácticos pueden revertir los avances de décadas. El organismo subraya que la urgencia de actuar se relaciona no solo con la protección de la salud pública, sino también con la equidad y el reconocimiento de derechos para quienes enfrentan el mayor riesgo de exclusión sanitaria y social.